CAPITULO 1

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24 AÑOS DESPUÉS...

ANKAA

Intento controlar mi respiración, mis piernas corren lo más rápido que pueden.

-Vamos Ankaa, tu puedes. - me decía a mí misma.

La noche estaba haciendo su presencia, nubes se estaban formando y el sonido de truenos se escuchaba, parecía que pronto una tormenta caria, el bosque se hacía más peligroso al igual que mis posibilidades de salir viva.

Por mi cara caían gotas de sudor, mi traje negro de cuero estaba lleno de sangre, no mía, en mi mano tenía la única arma que poseía en ese momento, una daga de plata. Atrás de mi corrían cinco lobos, desertores.

Les llevaba ventaja de unos cuantos metros, intento que me pierdan el rastro, pero eso es completamente imposible, mis pulmones ardían del esfuerzo que hacía, esquivo los árboles, troncos caídos, y piedras que se encuentran en mi camino, suspiro al recordar que mi comunicador está roto al igual que mi rastreador, estaba sola.

Escucho los gruñidos de esos animales detrás de mí, no sé cuántas horas he estado corriendo, pero la falta de agua y el cansancio me estaban matando.

Sigo corriendo, pero de un momento a otro ya no escucho más gruñidos, ni ramas romperse, solo se escuchaban mis pisadas y mi respiración acelerada agudice más mi oído y escuche a lo lejos las olas del mar chocar entre ellas, pare en seco sin bajar la guardia mire a mi alrededor, una gota cayo en mi frente mire hacia el cielo, las nubes grises soltaron el agua, las gotas de agua eran cada vez más constantes.

Limpie mi cara, poco a poco escuche como los gruñidos de hacían más fuertes.

Los lobos se acercan. - pensé.

Corrí hacia dónde provenía el ruido del mar, esa era mi escapatoria. La lluvia me hacia el trabajo más difícil al correr, pero a la vez más fácil ya que con la lluvia se perdía mi aroma y los lobos se les dificultaría encontrarme.

Llegue a un acantilado, la caída era de alrededor de 240 metros. Mire como el mar chocaba con las rocas, la marea subía, el mar se veía muy salvaje, escucho a lo lejos las pisadas de los lobos. Sabía que no podría acabar con esos cinco lobos.

-Maldita sea. - susurre. - Dios te pido no me dejes morir. - dije alejándome unos metros del acantilado.

Aun con la lluvia espere que los lobos llegaran a ella, con la guardia alta tome mi daga y me posicione para atacar a todo lo que me acercara.

Los lobos me acorralaron.

- ¡Vamos! ¿Quién será el primero en morir? - grite intentando ser fuerte.

Todos eran de color gris y negro, dos de ellos se lanzaron contra mi yo como pude encaje mi daga en un costado de uno de los lobos, soltó un aullido. El otro lobo me rasgo con sus garras en mi pierna haciendo que cayera al suelo, grite de dolor, un ardor se extendía por mi pierna mire y la sangre brotaba de mí.

Mire hacia los lobos mientras presionaba mi herida, ellos me miraban como una presa fácil, y como no, ahora sabía que ese era mi final.

Cerré los ojos esperando mi final.

Pero un gruñido brutal me hizo abrirlos, ante mí un lobo blanco como la nieve de tres metros de altura, con unos ojos de una combinación de naranja con dorado totalmente hipnotizaste, me miro el lobo blanco, sus ojos se llenaron de furia, de un sa...

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Pero un gruñido brutal me hizo abrirlos, ante mí un lobo blanco como la nieve de tres metros de altura, con unos ojos de una combinación de naranja con dorado totalmente hipnotizaste, me miro el lobo blanco, sus ojos se llenaron de furia, de un salto se puso enfrente de mi dando me la espalda. Los lobos se gruñeron entre ellos, el lobo blanco les sacaba un metro a los otros lobos.

De un momento a otro el lobo blanco pelaba con los cinco lobos.

Estaba sorprendida, el lobo blanco mato con una facilidad a los lobos desertores, la mayoría de su pelaje estaba lleno de sangre por parte de los otros lobos.

Sus ojos se posaron en mí, se acercó poco a poco, yo no podía moverme algo me lo impedía muy aparte de que mi pierna se estaba desangrando.

Se fue arrastrando para evitar que me alterara, cuando llego a mí, acerco su cara a mi pierna lastimada me miro y empezó a lamber la herida, ardía como el infierno.

- ¡Duele, basta! - grite apartando mi pierna de él.

-Aléjate de mí, bestia. - dije intentando pararme.

Pero fue un intento fallido volví a estar en el suelo cosa que hizo volver a lastimarme, solté un quejido, más sangre salía de mi herida, era demasiada la sangre que había perdido.

Mi vista se estaba empezando hacer borrosa, la cabeza me dolía, el correr y la falta de agua me estaba pasando factura.

Poco a poco estaba perdiendo la consciencia, pero antes de perderla vi como el lobo blanco se transformaba en humano.

Antes de caer vi unos ojos cafés oscuro, mirándome con mucha ¿preocupación?



ANKAA EN MULTIMEDIA 

La CazadoraWhere stories live. Discover now