CAPITULO 32

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BASTIÁN

Tenía muchas cosas en la mente, tantas cosas que resolver, sentía una presión en mi pecho y sabía perfectamente que no era mía sino de Ankaa.

Después de que me reuniera con Aarón y con mi padre, ellos se fueron y yo me quede aquí pensando en cómo solucionar todo, el cómo actuaria necesitaba salir, correr, dejar que Baruc saliera y despejara yo mi mente.

Respire y camine hasta el jardín trasero y me empecé a quitar mi ropa, cuando termine cerré los ojos y solo pensé en Baruc, cuando abrí los ojos sentía con más intensidad, los olores, mi vista era mejor, sentía el pasto debajo de mis patas, los sonidos eran más intensos, mire al bosque y me adentre a este.

Sentir la libertad, el aire en mi cara, el cómo mi pelaje se pegaba más a mí por el aire era como estar en casa. No deje de correr, deje que Baruc tomara el control.

-Se siente bien salir. – dijo Baruc con alegría.

-Lose amigo, perdón por dejarte tanto tiempo encerrado. – me disculpe y disfrute el camino.

En todo el trascurso corrimos, solo paramos para cazar un conejo y comerlo, pero de ahí en fuera todo fue correr, llegamos al lado del lago donde estuve con Ankaa, me deje caer en el pasto y descanse.

-Baruc. – le hable a mi lobo.

-Lose, tranquilo, recuerda que somos uno solo. – hablo Baruc.

- Necesito hacerlo, necesito sacar todos estos sentimientos que me amargan. – dije recordando todo lo que ha pasado.

-Hagámoslo. – dijo Baruc, nos paramos en nuestras cuatro patas.

Sentí como entraba el aire a mis pulmones y solo cerré los ojos y le dejé todo el trabajo a Baruc.

Aullido, eso fue lo que hizo Baruc, no era un aullido de dolor o para que me ubicaran, sino un aullido para liberarme. Cuando termino de aullar sentía mi cuerpo más liviano y mi mente más clara.

Me volví a dejar caer en el pasto, cerré mis ojos y me quedé dormido.

No sé cuánto tiempo paso, pero cuando desperté vi el cielo y ya se estaba ocultando el sol, el aire soplaba más fuerte anunciando la fría noche.

-Ya es hora de volver. – le hable a Baruc.

-Volvamos Bastián, quiero ver a Ankaa. – dijo Baruc empezando a caminar.

Cuando llegamos al patio de atrás de la mansión me oculte entre unos arbustos donde había dejado un pantalón antes y una sudadera. Me vestí y entre a la mansión, no me detuve solo fui a mi habitación y me bañe, deje que el agua limpiara rastros de tierra que tenía.

Cuando salí de bañarme me vestí y fui hasta mi despacho, ya ahí empecé a revisar documentos para dejar todo en orden cuando parta en mi viaje, tenía demasiado papeleo de las empresas que manejo, ya que la manada es grande y se abrieron empresas para la construcción de autos, botes, trenes, barcos y demás cosas; para el apoyo económico de la manada. Mientras revisaba y firmaba algunos documentos llame a Aarón.

Sentí el aroma de Aarón y antes de que tocara le dejé entrar.

-Pasa Aarón. – dije terminando de leer un documento sobre una exportación de una carga de autos a Estados Unidos.

-Bastián, dime. – hablo Aarón mientras se sentaba en una silla enfrente de mí.

-¿Quién recibió el material para construcción y los víveres? – pregunte tomando otro documento para empezar a leer.

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