—Lo conoces bien ¿eh?

—Me gusta creer que si —respondió—. Desde que se mudó a la residencia ha sido un gran apoyo para nosotros y bueno, nosotros hemos desarrollado una buena amistad, le quiero como a un hijo.

—Eso es tierno de tu parte. Él debe sentir lo mismo por ti, si no fuera así, no pasaría horas arreglando tu jardín.

A Frederick no parecía importarle estar en casa de Freya arreglando su jardín, pintando el buzón y podando el césped, lo había visto hacerlo durante estos días y él parecía disfrutarlo. Freya rio.

—Supongo que también me quiere —dijo con una sonrisa mientras volteaba el hot cake que tenía en el sartén—. ¿Y cómo van las cosas entre ustedes?

Deseé que no haya hecho esa pregunta del todo, apreté los labios en una mueca y consideré por un instante en no responder.

—Van bien —respondí, Freya concentro su mirada en mí.

—¿Estás segura de ello? Porque sé reconocer cuando las cosas no están bien entre dos personas. Además de que a Freddy se le da fatal para disimular. —Reí, fue una risa seca. Freya sabía que las cosas no estaban bien entre nosotros.

—¿Están obvio?

—Cariño, Freddy es pésimo ocultando las cosas, en realidad, sabe hacerlo de vez en cuando, pero la mayoría del tiempo, se le da fatal —contestó divertida—. ¿Quieres contarme que ha pasado entre ustedes?

—Es complicado.

Dije encogiéndome de hombros. Freya apagó el fuego en la estufa y terminó de poner el último hot cake en el plato junto a ella, después los colocó en la mesa frente a mí y tomó asiento.

—No creo que sea tan complicado como lo que están haciendo —dijo y yo fruncí el ceño, me ofreció una sonrisa y capté lo que estaba diciendo. Ella sabía sobre nuestra relación—. Vamos, seré vieja pero no tonta y sé que Freddy no viviría con una chica, así como si nada, sobre todo cuando no ha tenido una novia en dos años. Además de que el pobre terminó confesándolo todo.

Fue como si el azúcar en mi cuerpo se había esfumado, me sentí mareada, no podía creer que Freya estuviera al tanto de esto, sobre todo que Frederick se lo haya contado.

—¿Qué fue lo que dijo?

Le pregunté con curiosidad y ella dejó caer una gran bocanada de aire.

—Luego de explicarme lo del beso, terminó contándolo todo, desde cómo se conocieron hasta el punto en que los dos terminaron en una discusión después de besarse. —Vaya, definitivamente Frederick le había contado porque no había forma en que Freya supiera esto por su cuenta, al menos que fuera una adivina.

Suspiré. Me costaba creer que ella lo supiera.

—Descuida cariño, no le diré nada a nadie. No soy la clase de persona a la que le gustan los problemas y mucho menos me gustaría ocasionarles problemas a ustedes.

Me costó hablar y me tomé mi tiempo para hacerlo. Yo había jurado que esto solo lo sabríamos nosotros.

—Lo siento, me cuesta creer que Frederick te lo haya contado.

Ella sonrió.

—Créeme, a veces siento que soy más como una confidente para él, te sorprendería todos los secretos que me ha confiado.

—Imagino que debe tener muchos.

Dijo apretando los dientes, no sabía que decir, me sentía extraña por el hecho de que ella supiera lo de nuestra relación falsa.

Mi romance realDonde viven las historias. Descúbrelo ahora