—En Inglaterra he estado trabajando en el noticiero como ya te comenté, pero mis planes siempre han sido seguir de cerca a la familia real, me he hecho de conexiones y he tenido oportunidad de conocerlos en persona, los he seguido de cerca, sabes que la historia de ellos me resulta fascinante, los Mountbatten siempre resultan ser una familia impresionante —sabía a qué se refería, el drama entre esa familia real de Inglaterra siempre dejaba de que hablar, a pesar de que el hijo menor de los reyes se había convertido en rey, los demás eran un misterio, no había ningún miembro de esa familia que no tuviera una historia entretenida que contar—. Y bueno, en Alemania sucede lo mismo, mi padre conocía al rey Johan gracias a que solía entrevistarlo seguido durante su reinado, con su hijo como rey sucede lo mismo, he tenido mis conexiones para acercarme a él y es un hombre admirable, con una historia espectacular. Mis planes son seguirles más de cerca, intentar conocer más de ellos y dar una buena nota, que el pueblo conecte más con los reinos, es importante.

—Es interesante —confesé—. Y que afortunado eres por tener oportunidad de conocer de cerca la realeza, sobre todo a los reyes de otros países.

—Sabes que siempre he sido fanático de la realeza. Por supuesto, su vida me resulta impresionante e intrigante, pero jamás llenaría sus zapatos, es admirable todo lo que hacen para mantener a un país y las cosas que tienen que pasar para gobernar. Nunca se es fácil llegar a ser rey o reina.

Su último comentario me hizo pensar en Frederick, ¿lo encontraba difícil y por eso no quería ser rey?

—Es por eso por lo que estoy buscándote a ti, sé que en el pasado Nicholas te ha pedido que escribas notas sobre la realeza británica y alemana, la forma en que sueles redactarlas me resulta atrapante y quisiera que hicieras lo mismo en mi periódico, quiero darte una sección en específico donde hablas de las familias reales, principalmente de la familia real de Suecia.

Me sorprendí.

—¿Qué hay con la familia de Suecia?

Tomó una bocanada de aire y suspiró.

—La monarquía aquí es buena, no hemos estado en guerra desde años y somos un país desarrollado, tenemos buenas relaciones con otros países y siempre se habla bien de Suecia, lo único que no conocemos bien es a la familia real, en sus entrevistas siempre dan una respuesta diplomática, nunca conocemos nada sobre sus vidas personales, al menos no muy a fondo, conocemos la muerte del príncipe Brayden, pero estoy seguro de que hay algo que la familia real oculta, los reyes de Suecia siempre se han mostrado distantes ante la convivencia del pueblo, se les ve en fiestas y reuniones, pero me temo que no son tan sociables, aunque siempre se ha dicho que la reina Christina de Inglaterra es una persona muy reservada y bueno, sabes todo el drama de ella con sus nietos, su hijo y la reina Sofia, pero ella siempre ha dado la cara ante cualquier cosa, siempre sabe responder y nunca se ha mostrado grosera ante ninguna cámara, reservada quizás, pero da buenas entrevistas cuando realmente ofrece una y ni hablar del rey Johan y la reina Melania que descansen en paz, ellos siempre fueron amables y sumamente agradables, pero la familia real de Suecia nunca quiere dar entrevistas, siempre cortan los temas cuando se les pregunta de sus hijos y el rey... He escuchado cosas de él que me gustaría investigar. Por supuesto también de los príncipes, son jóvenes y Frederick es sumamente agradable, pero Bryson, hay algo en él que no entiendo, tengo la idea de que él y su hermano no se llevan bien.

—¿Por qué supones todo esto?

Pregunté con curiosidad. Fabrizio rio.

—Porque unos meses atrás me enteré de algo, es sobre el príncipe menor y su hermano, bueno más bien en general es de toda la familia real, ocultan algo. He tenido oportunidad de hablar con ellos antes y aunque me he llevado una buena impresión sigo considerándolos un misterio.

El día en que conocí al príncipe Bryson supe Frederick y él no tenían una buena relación, lo había notado por la forma en que Frederick se tensó al verlo y su buen humor se había transformado en mal humor en cuestión de segundos.

—¿Y qué tendría que ver yo con esto?

Sonrió.

—Digamos que quiero conocerlos más a fondo y que al final seas tú quien escriba la nota, por supuesto, no te pediré que los acoses o algo por el estilo, solo quiero que escribas lo que opinas de ellos cuando te traigamos la información, sé que Nicholas te hacía investigar sobre los príncipes de Inglaterra y leer miles de artículos sobre ellos para dar tus propias opiniones, pero esto no es igual, bueno, es parecido, pero no quiero distorsionar la información y tampoco quiero que los difamemos, me agradan, pero sé que ocultan algo y he escuchado que otros periódicos están investigando de cerca sus vidas, sobre todo las del príncipe Bryson, les resulta un hombre muy interesante.

Si tan solo supiera que yo no lo consideraba de esa manera, no me había llevado una buena impresión de él.

—¿Qué me dices Beth? ¿Aceptas? Claro que no siempre escribirás artículos de la realeza, harás otras cosas, pero esto es importante, quiero abrirme paso en otros países como México, Chile, Estados Unidos y si conocemos bien los secretos de las familias reales, podríamos despertar el interés de los demás para conocer mejor a los presidentes, quiero escribir artículos exclusivos sobre los políticos y como son los países democráticos. Como verás, me interesa la política.

Estaba sorprendida por sus palabras, no era de impresionarse que quisiera abrirse paso en otros países, pero me estaba resultando algo obsesivo con los gobiernos. Lo consideré por un momento, necesitaba el trabajo, si solo me dedicaría a escribir artículos sería sencillo y era algo que me apasionaba, la oferta era interesante, pero había algo, aunque no terminaba de cuadrarme, conocía de primera mano que Fabrizio amaba la forma en que se vivía dentro del mundo de la realeza, los misterios que había dentro de ella y otras cosas, pero había algo más.

Pedirle que me dejara considerar su oferta de nuevo no sonaba tan bien, quería el trabajo, además, siempre había querido trabajar en una empresa tan importante como la suya. Recapitulé la conversación en mi cabeza y lo pensé de nuevo, las oportunidades como está no se presentaban a diario, a decir verdad, casi nunca se presentaban.

Al final, terminé aceptando la propuesta de trabajo y firmé el contrato, Fabrizio se ofreció a llevarme a casa y le pedí que me dejará justo en el lugar donde me había recogido, el sol ya se había ocultado y la noche era fría, después de haber firmado el contrato, las horas se habían pasado y terminamos pidiendo más de un postre, había mucho de qué hablar, por lo que termine llegando alrededor de las diez y media a la residencia.

Las casas eran todas similares, pero por suerte, reconocí la casa de Frederick de inmediato, las luces estaban encendidas y me pregunté si aún estaba despierto o se había dormido, una parte de mí deseaba que estuviese dormido y la otra deseaba que ese no fuera el caso debido a que no tenía llaves y dormir afuera no era una buena opción.

Dudosa de si tocar la puerta o tratar de abrirla y comprobar si tiene llave o no me quede allí parada por unos segundos y terminé tocando, la puerta se abrió de inmediato. Me encontré con el rostro de Frederick llenó de preocupación.

—Maldición Bethany, creí que no volverías —murmuró en el momento en que hizo contacto visual conmigo—. ¿Por qué te fuiste sin mencionar nada? Estaba preocupado por ti.

Sus palabras me llenaron de sorpresa, no esperaba que dijera eso, le preste mejor atención a su aspecto, realmente lucía preocupado.

—Lo lamento, olvide decirte que me iría.

Respondí, Frederick se pasó una mano por el rostro.

—Dios, yo creí que... —Hizo una pausa pensando un poco sus palabras, tomó una gran bocanada de aire y suspiró—. Bueno no importa, solo entra a casa, espero que te haya ido bien en tu cita esta noche. Estoy cansado, iré a dormir.

Su repentina preocupación había desaparecido rápidamente y ahora sus palabras se habían vuelto serías, fingió restarle importancia al hecho de que me había ido sin avisar, no espero a que entrara a casa, al contrario, se apresuró a ir de vuelta a su habitación y dejarme sola en la entrada.

Mi romance realWhere stories live. Discover now