Tercero

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Hanji estaba enfundándose en un vestido de seda azul marino atado al cuello, estaba luchando con los delicados botoncitos que le cerraban la prenda alrededor del cuello dejando su espalda al aire.

Sus dedos intentaban atar a ciegas los diminutos botones sin éxito, soltó un ruido de exasperación.

Supongo que estar tremendamente nerviosa por saber desde hacía cinco días que estaba embarazada y no habérselo dicho aún a su esposo, debía de influir en que aún fuera más difícil atar esos malditos botones.

Estaba empezando a exasperarse de verdad y eso la ponía aún más nerviosa.

Lucho con los botoncitos intentando pasarlos por el puñetero ojal que se negaba a encajar en su sitio.

Entonces notó como unas cálidas y fuertes manos agarraban las suyas, que estaban luchando nerviosas con los botones. Notó una imponente presencia detrás de ella, un fuerte cuerpo se pegó al de ella por detrás y un delicioso aliento le acarició la oreja mientras el extasiante olor a sándalo llenaba sus fosas nasales:

- Déjame ayudarte amor...

La voz de Levi en su oreja era grave y tremendamente sensual. A Hanji se le puso la carne de gallina cuando las cálidas manos de su esposo le acariciaron el cuello antes de abrochar con rapidez y sencillez los botoncitos que le habían dado tantos problemas.

Pero la cosa no acabó ahí.

Las manos de Levi se deslizaron por sus costados, acariciando sus curvas desnudas debido al pronunciado escote trasero de su vestido, y se posaron en sus caderas, sus dedos hundiéndose en ellas de forma deliciosa.

Hanji sintió un estremecimiento recorrerla, que se hizo aún más intenso cuando el fuerte cuerpo de su esposo se apretó por detrás contra ella y sus pecaminosos labios empezaron a besarle el cuello de forma sensual.

Ella no pudo evitar soltar un pequeño gemido.

Levi la agarró un poco más fuerte por las caderas y ronroneó contra su cuello de forma sexy y excitante.

Hanji notó como su intimidad se humedecía, y empezó a arder cuando su esposo metió una mano por el escote trasero de su vestido y le rodeó el pecho derecho con ella.

Hanji suspiró ante el estremecimiento de placer que la recorrió. Levi deslizó sus ardientes labios por su cuello, besándola y dando pequeñas lamidas, hasta llegar a su oreja.

Le mordió el lóbulo delicadamente a la vez que apretaba su pecho con la mano. Ella dejó salir un gemido agudo de placer y su piel se erizó cuando la grave y ronca voz de su esposo le susurró al oído:

- Eres preciosa... eres tan jodidamente hermosa amor mío...

Hanji suspiró y hechó la cabeza hacia atrás:

- Levi... amor...

Él empezó a lamerle el cuello nuevo a la vez que metió su otra mano por el interior del vestido y la bajó de forma lenta hacia abajo.

Hanji sintió el fuego acumularse en su vagina, que dió un poderoso latido de excitación cuando los dedos de Levi recorrieron su delicado tanga hasta dar con el trozo que estaba caliente y humedecido:

- Mmmm... tan húmeda ya cariño? Tanto quieres que hagamos el amor?

Sí. Quería gritarele que sí.

Este embarazo estaba actuando igual que el anterior, aumentando su libido y sus ganas de ser mimada por su hombre.

Se moría de ganas de hacer el amor con él, quería sentirlo penetrándola y besándola, gimiendo y derramándose en ella. Su duro cuerpo moviéndose encima de ella mientras la golpeteaba sin descando y le susurraba palabras de amor.

Amantes OlímpicosWhere stories live. Discover now