Celo

4.1K 176 333
                                    

Levi estaba frustrado, tremendamente frustrado, y ahora encima cabreado.  

Por un lado desde que Kenny los había pillado su Hanji, que normalmente era una gata salvaje en la cama, se había vuelto muy tímida. Levi no quería presionarla, eso junto a su retorno a las pistas que había consistido en un entrenamiento intensivo para ponerse en forma que la había dejado agotada, había dado como resultado que ellos se limitaran a abrazarse dormidos, ya que Hanji caía rendida en cuanto tocaba la cama, y darse besos y caricias durante el día. Nada más. Eso lo tenía frustrado, su recompensa había empezado de forma maravillosa y nunca había llegado a acabar. Maldito Kenny. Todo esto era su culpa.

Por otro lado, ahora se había sumado a esa frustración un terrible cabreo. El puñetero simio de mierda había venido a la categoría de dobles a tocarle los cojones. No solo lo iba a tener que aguantar en la individual, sinó que en la de dobles también. Dos por uno. Menuda mierda.

Después de su último encuentro, en el cual el maldito Zeke se le había insinuado a su princesa y se había metido en su vida sexual, verlo lo llenaba de una rabia pura y destilada que le recorría las venas, aún más intensa que antes.

Le tenía ganas, le había dicho a Hanji la última vez "la próxima vez que lo enfrente en la pista voy a hacerlo pedazos". Tenía ganas de aplastarlo con la suela de su bamba Nike y hacerlo polvo. No iba a quedarse satisfecho hasta que no lo machacara en la pista. Y por lo visto mañana iba a tener una oportunidad maravillosa. Crujió los nudillos de sus manos.

Hanji y él se dirigían hacia los vestuarios. Su princesa de chocolate estaba terriblemente consternada por la derrota de su amigo Moblit y quería ir a consolarlo. No es que a Levi le hiciera ilusión que ella fuera a consolar a otro hombre, pero era su amigo, ella lo quería y Levi sabía que era una buena persona. Así que acompañaba a su princesa a verlo.

Iban andando cogidos de la mano. Hanji parloteaba, ella siempre parloteaba pero cuando estaba nerviosa lo hacía incluso más:

- No lo puedo creer... Yo quería jugar esta final con Moblit y Lynne! Que hace Zeke en dobles? Tan desconectada he estado del mundo que ni me he enterado? Madre mía... No puedo creer que hayan conseguido pasar a la final... y ahora como consuelo a Moblit? Y a Lynne? Estoy nerviosa... no sé nada de como juegan Zeke y su compañera... no sé que esperar mañana en la final...

Levi se limitó a escucharla y a intentar contener la rabia que le hervía por todo el cuerpo en burbujas amargas.

Cuando giraban una esquina se toparon de golpe con el simio, era muy alto y Levi tuvo que levantar la cabeza a esa corta distancia para mirarlo a la cara. Le tocaba mucho las pelotas.

El mono iba acompañado de una mujer de larga y espesa cabellera negra, con ojos soñadores, que era menuda, de menor estatura que Levi. Era su compañera. Levi la había estado observando durante el partido en los pocos momentos en los que no se estaba cagando en Zeke y maldiciéndolo mentalmente.

La chica jugaba bien, tenía un potente reves que era para tener en cuenta. Se había fijado poco en ella pero lo poco que había visto le servía para concluir que la chica tenía una muy buena técnica. Era una rival a tener en cuenta.

En ese momento Zeke abrió su gran bocota que siempre le daba dolor de cabeza a Levi:

- Hanji querida es un placer volver a verte - cogió la mano de SU princesa de chocolate y le dió un beso en el dorso, ella hizo una pequeña mueca de desagrado que el mono rubio no vió- estás más hermosa que la última vez que nos vimos.

Levi sintió la rabia contrayéndole los músculos del cuerpo y de la cara, frunció el ceño. Tenía ganas de lanzarse a la yugular de Zeke por atreverse a tocar a su princesa. Ella habló:

Amantes OlímpicosOnde as histórias ganham vida. Descobre agora