Koi No Yokan (Light Yagami y Tú)

Presagio

Narra Light

-"Lo que quiero saber es quién será el próximo vocero de Kira. La palabra de Kira debe ser difundida y alguien debe hacerlo."

-"La muerte de Takada-sama fue una tragedia terrible, pero no puedo evitar pensar que si era tan descuidada, también tomaba a la ligera el ser portavoz de Kira."

-"A decir verdad, no es trabajo para una mujer. Kira, permíteme ser tu nuevo representante."

-"¡No! El honor corresponde a Sakura TV. El Reino de Kira..."

Ide le baja el volumen al televisor con una mueca y viendo la pantalla disgustado.

-Que asco.

-Sí, lo sé. Acaban de anunciar su muerte y ya comenzaron. Todas las televisiones hablan de quién debe reemplazarla.

Como sea, no creo necesitar otro portavoz después de la reunión con Near. Los juicios de anoche se dieron según lo planeado, o sea que Takada y Mikami no tuvieron problema para comunicarse. No hay nada de que preocuparse.

-Oigan, Near está llamando.

Todos nos giramos a ver la pantalla.

-Hola, "L".

-¿Sí?

-No quiero molestarte continuamente, pero con respecto al encuentro quería confirmar que sigue en pie el día 28 a la 1:00 p.m.

-Así es.

Tal como lo supuse, no cambiará el horario original. No cabe duda.

-Muy bien. El 28, pasado mañana.

-Sí.

Apago todos los equipos y me recargo sobre la silla, cubriendo mi rostro con mi antebrazo, cansado y en fingida tristeza por Kiyomi.

-Entonces pasado mañana, ¿eh? ¿No les parece emocionante?- comenta Matsuda a los demás, torciéndose la corbata.

-Sí, no dejo de preguntarme que querrá enseñarnos Near- Ide responde sirviéndose algo de café.

-Si, bueno... ¿Alguien tiene hambre?- pregunta Mogi, dispuesto a salir del cuartel.

No podía fallar, tenía todo controlado, es mejor que disfrutaran de sus últimas horas. Están acabados.

*28 de Enero de 2013*

Llovía a cantaros afuera, lo que me recordaba al día en que murió L y nuestra conversación en el techo. Parecía otra vida aquella, hace años luz, pero no tenía más de unos cuantos años.

Interesante, cómo N moriría en un día tan parecido al de su padre.

-Buenos días a todos- saluda N desde la computadora.

Todos estamos reunidos frente a ll monitor más grande, Matsuda moviendo el pie izquierdo con nerviosismo y los demás serios, tratando de no movernos.

-Buenos días.

-Antes que nada, ya liberamos a Amane. Puedes llamarla para confirmarlo.

Tomo mi teléfono y le marco a mi prometida in expresión alguna. No me importaba si estaba a salvo, por mi podrían haberla matado y yo no tendría problemas. Es más, me habrían hecho un favor.

La rubia contesta al segundo tono y grita mi nombre, provocando que aleje el móvil de mi oído.

-¿Estás bien?

-No sé que pasó, pero me hospedaron en el pent-house del hotel Teito. Creo que están disculpándose. ¿Puedes creerlo? ¡Eso sí me gusta!

-Ya veo, bien. Quédate ahí un poco más.

-Claro, mi amor. ¡Te tengo una sorpresa cuando vayamos a casa!

Cuelgo y asiento la cabeza a los demás para indicar que todo está bien. Matsuda respira aliviado y sonríe un poco.

-Ahora, Near, comunícame con Mogi. La libreta está en una caja fuerte, y para poder abrirla, necesito la clave de cada miembro del equipo.

-Entendido. Te comunicaré de inmediato.

Pasan unos minutos, en los que los demás miembros de la investigación ponemos nuestras claves.

-Habla Mogi- se escucha de repente-. La clave es 62-324.

Tecleo la clave y la puestecilla se abre. No tomo la libreta, en vez de ello, le pido a Aizawa que lo haga, como Near había requerido.

Aizawa toma la Death Note como si se tratará de una bomba activa y la mete en una bolsa transparente con cuerdas, que luego se abrocha en el pecho de tal manera que la libreta quede a vista de todos.

-Near, soy Aizawa- se para frente al micrófono-. Hemos decidido que seré yo quien lleve la libreta consigo.

-L, ¿no te importa que el Aizawa-san la lleve? Sé honesto.

-Lo seré: elegí a Aizawa porque sabíamos que lo preferías así. No tengo inconveniente. Eres muy amable, gracias.

-Eres muy amable. Gracias. Nos veremos pronto.

Parece que es el fin. No, más bien, el comienzo. El mundo perfecto de Kira. Y quienes saben que la libreta existe... Morirán. Incluido Mikami. No me importaba lo que (T/N) quisiera, había cambiado de opinión. Teru moriría y quizá así la obligaría a volver a mi, corriendo y rogando que la acepte de vuelta. Y si no era así y se conseguía a alguien más, lo mataría por igual. O mejor aún, encontraría la manera de deshacerme de ella.

Si (T/N) Rokujo no puede ser mía, no sería de nadie.

Narra (T/N)

Sarah se estaba volviendo loca, no paraba de correr por toda la casa Nyoko siguiéndola, con vestidos y maquillaje.

-¡Ah, no! No permitiré que alguien que se hace llamar mi novia vaya a la boda de mi hermana en esas fachas- le decía exasperada a Sayu, quien reía por primera vez en meses-. Tú te pondrás cualquiera de esos hermosos vestidos y te maquillaré como si a la misma Amaterasu.

-¡Y yo ayudaré a la Tía Sarah!-grita Nyoko, alzando una brocha para el rubor como si de una espada se tratase.

-Manos a la obra, Ny-Ny.

Sarah levanta a Nyoko y la pone frente a la cara de Sayu, la pequeña niña moviendo la brocha por la nariz y mejillas de la novia de mi hermana. Esto la hace reír aun más, probablemente por las cosquillas.

A pesar de estar tratando de distraerme, me es imposible, las palabras que Ryuk me había dicho por la mañana en mi mente:

Caminaba descalza por la cocina ordenando los platos que habíamos usado en el desayuno. Teru se abrazó por la espalda y depositó un beso en mi mejilla, diciendo que tal vez volvería un poco tarde hoy. No pregunté porque, solo asistí y seguí con mi tarea.

-¡Adiós, cariño!

-¡Adiós, amor!

Mi prometido se detiene un momento en la puerta a checar que traiga todo y veo a Ryuk acercarse a mi, pero lo ignoro.

-Ha sido un placer conocerte, (T/N). Fue divertido, adiós.

No contesto, porque se supone que no lo puedo ver. Sin embargo, le sigo por el rabillo del ojo hasta que sale de la casa. ¿Adiós? ¿Qué demonios? ¿Ha dónde planeaba irse? ¿Acaso Light por fin iba a dejar a Teru en paz?

Sacudo el recuerdo de m mente, pero le sigo dando vueltas a aquellas palabras. Ryuk las había dicho de forma rara, casi triste.

Tengo un mal presentimiento.