Epifanía

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Narra (T/N)

Media hora después de la llamada, todo el equipo había vuelto a sus casas, dejándome a mí y a Light solos.

No quería admitirlo, pero temía estar en la misma habitación que Light sin nadie que pudiera protegerme. ¿Qué tal si su impulso le ganaba una vez más? El simple pensamiento de sus manos recorriendo mi cuerpo de aquella forma tan obscena me daba nausea.

-Creo que Shuichi sospecha algo; lo vi muy pensativo cuando Near les extendió la oferta- comentó tratando que mi voz no temblase y sin verlo.

-Tenemos que matarlo.

-¿Cómo?

-Tengo un plan- no lo estoy viendo, pero oigo sus pasos acercándose a mí, provocando que trate de hundirme más en el sofá.

-Tú dime que hacer y no lo dudaré.

Siento el frío tacto de Yagami por debajo de mi barbilla, pero contrario a lo que esperaba, lo hace con delicadeza, como si fuera a romperme cual porcelana. Con ganas de llorar, alzó la cara hacía él y no digo nada cuando junta sus labios con los míos.

Y entonces, al sentir su boca danzar sobre la mía, descubrí algo que casi provoca que estalle en lágrimas: Ya no amaba a Light, al menos no la versión de él que se encontraba frente a mí. Sentía repulsión hacía él y aborrecimiento a todo lo que había hecho los últimos años de mi vida por la escoria de Kira.

-Después de hacer una llamadas, podemos ir tomar algo a la cafetería que tanto te gusta, seguramente sigue abierta- el repentino sonido de su voz me saca del trance.

-Claro.

Mientras el da la vuelta con dirección a la computadora, no puedo evitar pasarme el dorso de la mano por los labios, asqueada por la demostración de falso afecto.

-¿Qué vas a hacer?

-Ya verás.

Yagami toma su computadora, dejándome a mí sentada pensando en cómo me libraría de esta situación. Near cruza mi mente y pienso que quizá lo mejor sería confesarle todo lo que ha ocurrido, desde que encontré la libreta en su casa hasta el asesinato de L... Pero algo me retiene, esa parte de mí que no importa cuánto intente suprimir, siempre tendrá esperanza en salvar a Light de la oscuridad.

-Acércate- Light me indica cuando se sienta del lado opuesto del sillón, así que acorto aún más la distancia entre nosotros.

"Habla Kira"

Veo que escribe en su computadora, la cual está conectada a un celular. Esto lo hace para no develar su verdadera voz.

-¿Es una broma?- lo ha puesto en altavoz el celular y a pesar de que me cuesta un poco de trabajo, al final identifico la voz como la de George Sairas, presidente de Estados Unidos.

"Si quiere pruebas, puedo leerle la lista de las personas a quienes castigaré mañana. Así podrá verificarla y decidir después- Yagami escribe rápidamente con una sonrisa ladina-. Señor Presidente, agradezco que usted y su país estén de mi lado, pero temo que incluso eso no es suficiente. La "G.E.K" aún trata de atraparme a pesar de su anuncio. Quiero que los detenga inmediatamente y los clausure formalmente.

Además, quiero que use a la policía norteamericana, a la C.I.A, al F.B.I y demás agencias policiales a su disposición para averiguar dónde se escoden los miembros de la G.E.K. Quiero que transmita esta información a un tercer grupo. Le daré los datos pronto.

Señor Presidente, que viva o no una larga vida depende de usted. No lo olvide."

-Entiendo.

-¿Un tercer grupo?- le preguntó ya después de colgar.

-Demegawa hará lo que sea por aumentar su audiencia, aún si eso significa vender su alma al mejor postor.

Aún un poco confundida, Light me toma de la cintura y me carga como novia hasta la puerta, donde me suelta para que me ponga los zapatos y me abrigo.

-Entonces, ¿a dónde quieres ir, Mi Diosa?- el sobrenombre me toma desprevenida y me da arcadas-. Podemos ir a la cafetería o cualquier otro lugar que tu gustes, pero dudo que encontremos muchos locales abiertos a esta hora.

-No puedo ir, prometí llevarle a Sarah unos apuntes que olvidó en mi apartamento para su clase de mañana.

-¿A esta hora?- Light ve su reloj y frunce el ceño-. Seguro estará dormida, puedes llevárselos mañana.

-No, dijo que los necesitaba hoy- sigo con mi mentira-. Además, le vendría bien una visita, me ha comentado que desde que Sayu ya no vive con ella se siente muy sola.

-De acuerdo, si tú insistes- noto en su voz que está algo irritado por la situación, pero trata de controlarse-. Yo te llevo.

-No es necesario, yo traigo mi coche- tomo mi bolsa y me propongo a salir cuando Light cierra la puerta de una patada. Doy un salto asustada y me pegó a la pared a lado mío.

-Lo lamento, tienes que creerme- Light nota que estoy temblando, así que me sostiene de los hombros-. No me tengas miedo, no te voy a hacer nada. ¿Me perdonas?

Aún sin querer moverme, asiento con la cabeza y mantengo la vista pegada al suelo.

-Princesa- Yagami me llama, así que levanto la mirada-. ¿Me darías un beso? ¿Por favor?

Anhelando irme de aquel lugar, me paro de puntas y lo beso lentamente, esforzándome en sentir cualquier cosa que no fuera repulsión, pero no puedo.

-Nos vemos mañana- Light abre la puerta y me sede el paso-. Salúdame a Sarah.

-Buenas noches.

Camino con calma hasta oír la puerta cerrarse y entonces corro hacía el elevador, presionando el botón al lobby con desesperación.

¿Y ahora qué se supone que haga? No puedo confesar, porque aún después de todo, sé que no podría vivir con la idea de haber técnicamente asesinado al hombre que alguna vez ame.

Además, teniendo conocimiento de a los extremos que ha llegado, no podía ser tan egoísta y arriesgarme a que le hiciera algo a mi familia, teniendo en cuenta que la Death Note no tenía poder sobre mí.

Llegando a Lobby, salgo al estacionamiento y tomo mi coche algo mareada. Arranco el auto pensando que quizá no era buena idea manejar en este estado después de todo, así que sin siquiera pensarlo, conduzco al lugar más cercano: la casa de Teru.

Koi No Yokan (Light Yagami y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora