Niña desordenada

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Capítulo dedicado a Makaalbrann. Espero que te guste :3


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Hacía mucho tiempo que no me costaba dormirme del tirón sin hablar del hecho de no poder apenas pegar ojo en toda la noche. Dadas las circunstancias podía hacerme una idea de cual era la causa principal, lo que no estaba muy clara es mi manera de afrontarla al día siguiente.

Me levanté más pronto de lo habitual, gracias a que no pude dormir en absoluto, pues temía que tras nuestra conversación de anoche Cleo decidiera escapar y no afrontar el problema que teníamos entre manos. Estaba cansado como para ponernos a discutir como anoche, por lo que me decidí por probar una estrategia diferente; escuchar y ser escuchado. Lo malo es que en la teoría todo te pinta bonito y en el mundo real te llevas una gran desilusión.

En cuanto vi como Cleo se removía en la cama pensé que estaba despierta así que, incorporándome, me senté en mi cama disfrutando de los últimos momentos de tranquilidad que iba a tener hoy.

-Buenos días -dije con mi voz rasposa típica tras acabar de despertarme.

-Buenos días -me contestó sin demasiadas ganas. Volvió a revolverse en la cama esta vez quedando cara a cara conmigo. Pude ver en sus ojos el cansancio, incluso lo abatida que se sentía aunque no supiera muy bien el porqué.

- ¿Tomamos un café mientras hablamos? -le ofrecí dibujando una pequeña sonrisa en los labios esperando un sí de su parte. Quería ser amable con ella, esa era mi manera de compensar en parte por lo ocurrido ayer y antes de ayer y mucho antes que todo eso. Buscaba hacerla sentir reconfortada aunque no tenía muy claro si a ella le interesaba.

-Claro -me contestó levantándose de la cama como si fuera a cámara lenta. En cuanto lo consiguió se llevó la mano a la cabeza y cerró los ojos con fuerza, así que uniendo mis observaciones me di cuenta de que tenía resaca -Voy a lavarme los dientes.

-Vale.

Y con eso terminó nuestra pequeña conversación. Ambos nos levantamos dirigiéndonos cada uno a una punta de la habitación y, obviamente, a hacer cosas muy distintas. Me puse enseguida con el café, ambos lo necesitábamos, por lo que traté de prepararlo lo antes posible. Llené el agua del pequeño depósito de la cafetera, eché café en el filtro y le di al botón para que comenzase a crearse aquella deliciosa mezcla. Aproveché la espera para sacar de un cajón una pastilla para el dolor de cabeza y dejárselo sobre la mesa. En cuanto la cafetera comenzó a pitar la apagué y serví dos enormes tazas de café.

Justo en ese momento apareció en mi campo visual Cleo. Su rostro y su cuerpo eran el mismo pero algo había cambiado en ella que me hacía sentirla diferente.

-Ahí tienes -señalé su taza junto a la pastilla. Cuando vi su ceño fruncido me adelanté a su pregunta. -Es para el dolor de cabeza.

-¡Oh! Gracias -contestó por compromiso. Llevé la taza a mi boca dándole un pequeño trago quemándome la lengua por impaciente y viendo como Cleo me observaba tomando asiento.

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