Al cuerno

4K 313 58
                                    

Oops! Ang larawang ito ay hindi sumusunod sa aming mga alituntunin sa nilalaman. Upang magpatuloy sa pag-publish, subukan itong alisin o mag-upload ng bago.


Podía sentir el fuego abrasador que provocábamos el uno en el otro, percibía el deseo que había en sus ojos y sobre todo sus ganas de controlar la situación que se estaba saliendo de madre. Se estaba resistiendo, no la culpaba por ello, yo lo llevaba haciendo durante toda esta larga semana y ya estaba harto. ¿De qué me servía tratar de mantenerla lejos cuando la distancia entre nuestras camas eran exactamente seis pasos? Ni aunque pudiera querría poner tierra de por medio entre los dos.

Notaba su cuerpo revolverse bajo el mío, como sus manos se movían nerviosas pues no sabía que hacer con ellas, si empujarme o atraerme hacia ella. Me gustaba ver que tenía la misma lucha interior que yo.

—Al cuerno.

Entonces supe que su decisión estaba tomada, que había decidido el destino para los dos y por un segundo temí que no fuera el que yo me había propuesto.

Percibí su mirada salvaje, la rebeldía y el desafío que había en ellos y supe que se había rendido ante la situación, ante lo nuestro, ante mí.

Sonreí de una forma que no recordaba hacerlo en lo que pareció una eternidad, una sonrisa que aumentó en cuanto sentí su mano en mi pelo, enredándose y tirando ligeramente de él. Lo que vino a continuación fue un cumulo de deseo desenfrenado que había llevado a Cleo a pegar a ella con necesidad y juntar nuestros labios de forma desesperada. No hubo ternura, ni hubo cariño, era puro apetito y ansia por lo que la explosión de química que sentimos llegó a atontarnos. En cuanto logré reaccionar mi mano fue directa a su cintura para así para poder sentir el contacto de nuestras pieles que se consumían en el fuego que habíamos creado. No pude evitarlo, verdaderamente tampoco quise, por lo que acomodándome entre sus piernas comencé a recorrer con mi mano cada centímetro de su cuerpo que se me pusiera por delante. Mi boca no se quedó atrás y anhelando aun más se movieron contra los suyos con tanta avidez que su reacción fue un gemido en mi boca. Joder.

Su cuerpo volvía a revolverse bajo el mío, pero esta vez sin nerviosismo y sin miedo, sino pidiéndome que no me detuviera, que no frenase mi ataque a cada célula de su cuerpo. Así lo hizo, mi lengua se metió en su boca comenzando a rozar la suya con lentitud, casi como si tuviera miedo de que esto fuera un sueño. Por suerte estaba seguro de que no lograría sentirme tan vivo ni en el mejor de mis sueños.

Anhelaba más, quería más de ella, más de mi y de nosotros, por lo que di un paso más y metí la mano bajo su camiseta logrando acariciar su piel esta vez sin nada que me impidiera disfrutarlo plenamente. Y una vez que lo hice nada más iba a detenerme, sentí entonces que había demasiada ropa entre nosotros y vi con claridad en sus ojos que ella pensaba lo mismo. Me faltaron manos para poder deshacerme de nuestros trapos todo lo rápido que quisiera pero me detuve a hacerlo con calma para así saborear cada instante, cada reacción.

Ella alzó sus manos en cuanto nuestras bocas se separaron en busca de oxígeno y las mías sin dudarlo comenzaron a alzar su camiseta hasta tirarla a algún rincón remoto del suelo. Tuve que detenerme en ese instante, me quedé tan sumamente prendado de lo que había frente a mi que me deleité y lo grabé a fuego en mi mente; Cleo ni siquiera llevaba sujetador, ¿Cómo no me había fijado antes?

Juegos salvajesTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon