Dedicado a Dark_Girl_23 Espero que te guste :3
Desde aquella especie de discusión, aunque más bien fuera una manera descontrolada de soltar mis nuevos sentimientos, no hubo más palabras. Literalmente ni una. Simplemente nos quedamos mirando sin saber que hacer, ni que decir, ni como actuar así que él se levantó y se fue, dejándome sola en nuestra habitación incapaz casi de moverme. No podía entender como habíamos llegado a este punto tras el momento intenso de la cafetería.
Me estaba costando mucho esfuerzo no pensar en aquello, no darle vueltas y no permitir que acapare todo mi tiempo, ya que era fin de semana y tenía la intención de disfrutarlo pues me lo había ganado estudiando toda la maldita semana. Lo cierto es que hubiese preferido disfrutarlo con Lionel pero no lo veo posible.
Cogí el móvil y tras desbloquear la pantalla revisé los mensajes en busca de un entretenimiento. Pensé en llamar a mis amigos del instituto, con los cuales mantenía contacto, pero lo descarté al darme cuenta de que sería imposible poder quedar por la distancia que nos separaba. Bajé revisando los contactos y de pronto apareció el nombre de Pablo. Lo miré por unos momentos, pensando en si sería buena idea llamarle y sobre todo si me nacía hacerlo. La respuesta a esto último es que no, no tenía ganas de hablar con él en gran parte por mi discusión con Lio.
«—Lio, Lio, Lio —repetí en mi cabeza burlándome de mi misma, —parece que ya no sé vivir sin nombrarlo».
Y por extraño que suene parece cierto. Desde que llegué a la universidad más del setenta por ciento del tiempo lo he pasado con él y es por eso por lo que creo que he cambiado en cierta manera. Obviamente sigo siendo yo pero hay características suyas que he acabado adaptando, por ejemplo su mal humor, su carácter atrevido... Quizás esta era la manera del destino de decirme que me tome un tiempo para mí, que me centre en mi y después en los demás. Quizás.
En ese justo instante, debatiéndome mis decisiones el móvil vibró en mi mano y lógicamente lo miré para ver de quien se trataba. Al abrir el mensaje que me había llegado un mensaje de un número desconocido que decía:
Hola, Cleo, soy Nadia. Quería preguntarte como estabas
tras el incidente de la cafetería.
¿Cómo demonios había conseguido Nadia mi teléfono? Esa pregunta deberé hacérsela en persona cuando la vea.
Yo
Hola, Nadia. Todo bien ¿y tú?
Tecleé con mi móvil una rápida y concisa respuesta dándole a continuación a enviar. Aunque nada estuviera bien no creo que a ella le interesasen mis problemas amorosos. Su respuesta, casi como si estuviera esperando mi mensaje, fue breves segundos después.
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Juegos salvajes
RomanceLionel es un chico cuyo pasado lleva tatuado en su piel. Literalmente. Los errores de otros, más concretamente los de su padre, recaen en sus hombros, pero a pesar de ello sigue luchando por lo único que le queda: él mismo. Nunca le ha prestado aten...