Capítulo 15

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La luz azulada de la urna es proyectada por su líquido contenido transparente quedando reflejada en el pálido rostro de Nhor, cuya expresión es un mar de tempestad. Su largo cabello blanquecino cae por su espalda, que permanece tensa frente al hallazgo: un pequeño niño en estado latente, conectado a finos cables y curvados tubos, que duerme ajeno a lo que ocurre en el exterior.

— ¿Creado? —pregunto sorprendida mientras mis ojos recorren el dibujo serpenteante y rojizo que marca la mejilla del niño.

El mismo tatuaje que se enrolla alrededor del muslo desnudo de Nhor. Mis pensamientos viajan a toda velocidad en el interior de mi mente hasta que se crea una conexión.

— Así es —responde ella sin apartar sus ojos plateados, casi con un brillo metálico, de la urna de cristal —. No soy un Cambiaformas puro como tú, Nina. Ni tampoco uno cuya habilidad diluida ha sido potenciada como le ha pasado a nuestro perro aquí presente — al escucharla, Ryker gruñe de forma baja con molestia. Nhor lo ignora y continúa hablando mientras que con la mirada perdida observa el rostro del niño que flota frente a ella —. Soy una imitación creada a partir de ingredientes que han sido mezclados en una probeta. Un Cambiaformas "mejorado" sin... debilidades.

Mi corazón bombea fuertemente en mi pecho mientras proceso las palabras de Nhor. Ella fue creada al igual que este niño.

Son experimentos de Matías.

Inmediatamente, un intenso sentimiento de pena me embarga. Mis cinco años de encarcelamiento parecen una nimiedad en comparación con toda una vida, que es el tiempo que ella ha pasado en este lugar. El sólo pensamiento hace que mi corazón se retuerza de forma dolorosa.

De repente, recuerdo que mi mano continúa entrelazada con la del gran hombre a mi lado pues éste, al percatarse de mis tristes emociones, presiona sus dedos contra los míos como si quisiese reconfortarme. Mis ojos ascienden y se encuentran con su ambarina mirada. Su ceño está ligeramente fruncido como si, de algún modo, sintiese cierta preocupación por mí.

Ryker parecía tan amenazante y salvaje tras el cristal de su celda. Sin embargo, ahora me doy cuenta que actuaba tal y como cabría esperar al enjaular a un lobo. Aprisionado en un lugar tan reducido, confuso con su nuevo cuerpo, desconfiado ante la adversidad...

Mi brazo roza ligeramente la cálida piel del suyo y un intenso hormigueo atraviesa mi extremidad asolando en poco tiempo todo mi cuerpo. El rubor asciende por mi cuello y cubre mis mejillas. Avergonzada por su imponente cercanía trato de alejarme y de deshacer el agarre de nuestras manos.

El ceño de Ryker se profundiza y presiona su mano alrededor de la mía impidiéndome, así, escapar.

La sangre seca cubre el lateral de su rostro y tiñe la parte superior de su camiseta blanca, pero él no parece darse cuenta. Ryker no aparta su mirada de mí y una pesada losa se instala en mi pecho. Su presión se incrementa con cada segundo que pasa dificultando mi respiración, que se acelera sin remedio ante su escrutinio. Probablemente se esté preguntando porque estoy comportándome de una forma tan extraña y es que lo único que quiero... lo que necesito ahora mismo es crear espacio entre nosotros y poder respirar.

De repente, el movimiento de Nhor capta mi atención y, por un momento, me olvido del intenso e irracional efecto que Ryker, un hombre con el que apenas he tenido contacto físico, está teniendo sobre mí.

Nhor acorta todavía más el espacio existente entre ella y la urna dando un corto paso con sus pies descalzos sobre las claras baldosas del laboratorio. El ancho camisón que apenas la cubre más allá de su cintura se balancea con el simple movimiento dejando a la vista durante un par de segundos la cabeza de la serpiente grabada en su piel para, después, volver a quedar oculta bajo la blanca tela.

El deseo del ave enjaulada © #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora