Capítulo 12

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Estoy a punto de entrar en completo pánico.

Los flancos de mi visión se cierran centrando la imagen de lo que está frente a mí. Como en un túnel, la periferia se oscurece delimitando la claridad del fondo. El sudor, frío en comparación con el calor abrasador que comienza a extenderse por mis extremidades, desciende por mi nuca provocando que mis finos cabellos rubios se adhieran a la humedad de mi piel.

— Mierda, mierda, mierda... —parece que soy incapaz de formular cualquier otra palabra.

Las instrucciones de Nhor habían sido claras: "La habitación se encuentra al final del pasillo. En su interior encontrarás dos transformadores, uno que controla la energía que mantiene nuestras celdas y otro que alimenta al resto de las instalaciones. Éstos tienen forma de "cajas" blancas con una puerta que deberás abrir para acceder a los cables que tendrás que cortar...Recuerda que únicamente debes sabotear el transformador situado a la izquierda desde tu posición frente a la puerta"

¿Dos cajas? ¿Cables? ¿Transformador de la izquierda? ¡No veo nada de eso!

En su lugar hay un extraño aparato casi tan grande como yo y que no parece tener ningún tipo de puerta o panel de acceso. Se asemeja más a un enorme radiador con un depósito cilíndrico elevado sobre uno de los laterales y cuatro "antenas" con forma de bujía que se erigen en la parte superior.

Observo el armatoste con cierta confusión. ¿Cómo se supone que voy a desactivar esa cosa? ¿Y si, en lugar de dejar sin energía únicamente a las instalaciones, me cargo todo el sistema, incluido el de nuestras celdas? Entonces, no se produciría un contraste de temperatura entre ambos lados del cristal y la base del plan se desmoronaría.

Los segundos pasan lentamente, pero en mi histérica mente parecen transcurrir demasiado rápido y la angustia me llena. Tan sólo veinte segundos se sienten como si fuesen dos horas.

Debí haber sabido que esto pasaría, que no iba a ser tan fácil como Nhor lo había pintado.

Cierro los ojos con fuerza tratando de recobrar la calma. La visión de la oscuridad que llena mi mente, en lugar del extraño transformador frente a mí, hace que poco a poco consiga controlar mi respiración que había comenzado a acelerarse. Demasiado similar a un carro sin frenos, con el rumbo ya fijado y sin posibilidad de detenerlo.

Vamos, Nina. Puedes hacerlo. No eres estúpida.

Piensa.

Observo el transformador. Parece herméticamente cerrado. Por más que intente buscar un punto de entrada, no consigo encontrar ninguna parte débil en su resistente estructura metálica.

¿Y si destruyese ese extraño tanque que se eleva sobre el lateral derecho? Rápidamente desechó la idea negando con un ligero movimiento de mi cabeza. Si el depósito contuviese algún tipo de gas podría causar una explosión provocando, así, mi irremediable muerte en el proceso.

Mis ojos siguen la línea de la parte superior del transformador estudiando con detenimiento los pivotes con forma de bugía que surgen de la zona. ¿Serán piezas importantes?

Madre mía... esto es demasiado difícil.

Coloco ambas manos sobre los laterales de mi cabeza y tiro ligeramente de las raíces de mis cabellos. Camino de un lado para otro, dentro de la minúscula habitación, mientras mi cerebro lanza un montón de ideas... cada una peor que la anterior.

Entonces, me detengo en seco pues me doy cuenta de un leve zumbido que parece surgir de la gruesa estructura de metal que se encuentra junto a mí. Mis manos caen, lánguidas contra mi cuerpo, mientras me voy acercando con lentitud y de forma silenciosa. Me detengo junto al transformador y, con cuidado, aproximo mi oreja y agudizo el oído.

El deseo del ave enjaulada © #3Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin