Sueño y realidad

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Mis manos cobraron vida propia y pasaron por sus costados de manera lenta, dejando que mis uñas arañasen tortuosamente su piel. Rodeé su cintura con mis piernas a la espera de sentir aun más su dureza contra mí y entonces se separó de mis labios para mirarme.

Debía estar roja, acelerada y jadeante y por ello sonrió recreándose en lo que había logrado.

En ese momento ya no me importó nada, ya había comenzado el principio del fin así que me decidí a disfrutarlo. Lo agarré de la nuca para volver a pegar nuestras bocas y disfrutar del juego de nuestras cálidas lenguas.

En cuanto necesité más sabía bien por sus reacciones que él estaba dispuesto a dármelo. Fue en ese momento en el que su pantalón voló por el aire hasta estrellarse en el suelo. Aun así sentí que había demasiada tela entre nosotros y quise poner remedio a ello. Si ya su acto me hacía sentir fuego en mi interior ¿Cómo será al sentir su cuerpo entero desnudo contra el mío?

Vi cierta confusión al ver como me despojaba de la ropa con dificultad pero eso fue durante medio segundo, ya que después de eso fue el mismo quien me despojó del pequeño pijama que había llevado hasta ese momento.

Sentirme debajo suya tan sumamente desnuda y expuesta no me resultaba incómodo, ni siquiera violento, por lo que me quedé quieta viéndole simplemente mirarme. Sus ojos me quemaban con cada milímetro que avanzaban por mi piel y entonces su boca se lanzó a mi pecho logrando arrebatarme otro gemido.

Por la manera en la que devoró mi pecho me di cuenta de la experiencia que tenía haciéndolo, por lo que simplemente me dejé hacer enredando una de mis manos en su pelo.

Parecía no cansarse o más bien todo lo contario, disfrutaba del momento y yo simplemente disfrutaba cada movimiento de su experta lengua en mi pezón mientras sentía como la humedad entre mis piernas iba en aumento.

En cuanto abrí la boca para pedirle más, decirle que necesitaba sentirle en mi interior recordé que no sabía su nombre pero que eso no era un impedimento ya que él me miró demostrándome que sabía exactamente lo que iba a decirle.

—Estaba deseando que me lo pidieras —susurró con voz rasposa mientras que bajaba una se sus manos a mi sexo. No tuvo ningún impedimento de mi parte, al revés, me abrí más de piernas a la espera de sentir el contacto de sus dedos en mí.

Y ¡Dios mío que sensación! Era pura electricidad, pura química, el placer en estado pu...

Entonces de pronto todo se desvaneció. La oscuridad invadió el lugar y ya no veía ni sentía nada.

¿A dónde demonios se había ido todo?


La oscuridad no duró mucho rato, ya que un ruido me hizo volver a la realidad.

Cuando logré abrir los ojos, con dolor en el alma por tener que despertarme y no proseguir con mi hermoso sueño, me encontré con que el aun desconocido compañero de cuarto me estaba mirando con una gran sonrisa.

Tardé unos instantes en entender que era lo que estaba ocurriendo, hasta que finalmente llegó a mi cerebro la cruel realidad.

Había tenido un sueño erótico con mi compañero de cuarto.

—Parece que has tenido un buen sueño —dijo de pronto el desconocido de la cama de al lado haciendo que me sofocase aun más que en el propio sueño. De alguna forma muy extraña el sabía que decir y cuando decirlo para hacerme sentir totalmente incómoda y fuera de lugar.

—Buenos días a ti también —traté de cambiar de tema mientras que le dedicaba una breve sonrisa y me disponía a levantar de la cama.

—Has soñado conmigo ¿verdad?

Juegos salvajesWhere stories live. Discover now