XVII

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Alba llevaba unos días bastante enferma, el médico le había dicho que tenía gripe.

Natalia había intentado ir a su casa en distintas ocasiones, pero había conseguido un nuevo trabajo, y entre eso y los estudios no había tenido tiempo ara nada.

Decidió ir a verla el sábado, que era el día que libraba. Pero llovía bastante y llegó a casa de la rubia empapada.

-Holi.-Dijo con media sonrisa al entrar a la casa.

-Dios, te vas a poner peor que yo.-Exclamó la rubia con la nariz tapada, tenía mejor humor al ver a la morena.

-Sólo caen cuatro gotas.-Contestó Natalia.

-Sí, cuatro gotas.-Ironizó volviendo de su habitación con una toalla y ropa seca.-Venga, dúchate y ponte esto.

-Bueno,-Suspiró.-¿Qué tal estás?

-Algo mejor.

-Tengo una idea para solucionar tu gripe.

-Sorpréndeme.

-Vamos a darnos un baño caliente.-Informó cogiendo del brazo a la rubia y tirando de ella.-Y después te voy a hacer una crema de champiñones que te vas a quedar loca.

-Cómo me cuidas.-Dijo Alba sonriendo.

Natalia se encargó de llenar la bañera con la temperatura perfecta mientras la rubia buscaba las toallas y la ropa para después.

Cuando todo estaba preparado, las chicas se metieron con cuidado en el agua. Natalia se colocó con la espalda apoyada en una de las paredes y la rubia contra su pecho.

-Que calentita.-Exclamó Alba hundiéndose y dejándose abrazar por la morena.

-Mi madre siempre me hacía estos baños cuando estaba mala, pero son más divertidos contigo aquí.

-Qué mona eres, gracias por cuidarme.

-¿Y mi beso?-Preguntó haciendo un puchero.

-No te lo quiero pegar.

Pero Natalia lo quería, así que se conformó con un pico y varios besitos por la cara, que disfrutó cerrando los ojos.

-Somos tan cursis.-Reflexionó la morena, acariciando los brazos de Alba por debajo del agua.

-Es verdad,-Admitió.-Pero me sale ser así contigo.

-A mi también joder, estás hundiendo mi reputación.-Dijo riendo.

-¡Mira tú, qué pena!

Se quedaron en la bañera hasta que sus dedos se convirtieron en pasas y no tuvieron más remedio que salir.

Se pusieron un pijama calentito y se tumbaron en el sofá a escuchar música.

-Voy a hacerte la crema.-Añadió Natalia levantándose del sofá y dirigiéndose a la cocina.

-Esto no me lo pierdo.-Dijo la rubia siguiéndola.

Mientras Alba estaba sentada en la encimera, la morena preparaba la comida, dándose de vez en cuando unos cuantos besos.

Cuando terminó de cocinar se sentaron el la mesa y hablaron un poco de todo mientras comían. La rubia felicitó varias veces a Natalia por lo rica que estaba.

-¿Cuándo tienes el siguiente examen?-Preguntó Alba.

-El martes, tengo que estudiar mucho todavía.

-¿Necesitas ayuda?-Se ofreció.

-No te preocupes.

-Que sí, mira, tú te quedas a dormir, yo cojo los apuntes de María y, por cada pregunta que respondas bien, te doy un beso, y a la que respondas mal, te quitas una prenda.

-Vaya excusa más barata para decir que quieres verme desnuda.-Exclamó la morena pícaramente.

-Vamos.

Comenzaron con la ronda de preguntas, Natalia ganando varios besos. Sin embargo, acabó con la sudadera y la camiseta fuera.

En la segunda ronda sólo tuvo que quitarse los pantalones, lo demás lo acertó con bastante suerte.

-Te lo sabes bien, sólo has fallado tres veces.-Informó la rubia.

-Qué pena, no me has visto desnuda.

-Ahora mismo lo soluciono.

Se lanzó contra ella para comenzar una batalla de besos y mordidas, ambas acabaron desnudas en la habitación, teniendo la sesión de sexo que tanto habían extrañado.

Como Natalia prometió, durmió en aquella cama, con Alba prácticamente encima de ella, sus piernas enredadas y ambas respirando pesadamente.

Por si ya no estás | AlbayWhere stories live. Discover now