III

20.2K 721 182
                                    

Ya eran las tres de la mañana y aún seguían en ese bar, Alba ya se sentía más cómoda al lado de Natalia, aún que ésta última siempre intentaba picarla de alguna manera.

Se había enterado de que la morena era de Pamplona pero que había venido a la capital a estudiar Artes Escénicas.

-Me voy a echar un piti.-Anunció.

-¿Al baño?-Preguntó Alba.

-Sólo iré fuera si me acompañas.

-¿Ahora tienes miedo a la oscuridad?

-Créeme que puedes hacer bastantes cosas en la oscuridad.-Dijo pícaramente, lo que hizo que Alba se riera y aceptara acompañarla.

Lo cierto es que hacía bastante frío fuera, aún con sus chaquetas podían sentir el fresco de la madrugada.

-Debería de haber ido al baño.-Dijo la morena tiritando.

-No es para tanto.-Mintió Alba.

En lugar de contestar, Nat se acercó un poco más a la cara de Alba y comprobó gracias a la iluminación de la calle que las mejillas de la rubia estaban teñidas de rojo.

-Pues hay dos opciones Albita, o me has mentido y por eso tienes las mejillas así o te pongo cachonda.-Se carcajeó.

-Tampoco te lo creas tanto.-Dijo incrédula la más bajita.

-No es egocentrismo, es certeza.

-Pues tienes que mejorarla.

Y entre piques pasaron dos cigarros de Natalia en aquel escalón del pub. Se agradaban mutuamente a pesar de las molestias causadas la una a la otra.

Cuando entraron sus amigas estaban ya lo suficientemente borrachas como para marcharse a casa, pero tendrían que coger un taxi porque las líneas del metro y tren estaban cortadas y tenían que ir hasta Atocha.

Salieron del pub y, mientras Marta peleaba por indicarle la dirección al taxista por teléfono, las demás se despedían de la chica nueva.

-Ha estado bien la noche chicas.-Dijo amablemente.

-¡Tenemos que repetir!-Añade África.

-Cuando queráis.

-¿No necesitas taxi?-Pregunta Alba.

-Vivo a diez minutos de aquí, no te preocupes.-Le sonrió. La rubia le correspondió.

El taxi llegó y todas se despidieron de Natalia con dos besos, incluida Alba, que se puso un poco nerviosa por el primer contacto con la morena en toda la noche. Pudo sentir su olor a tabaco mezclado con la colonia que llevaba.

Cuando llegaron a casa, Marta y África decidieron quedarse a dormir por la pereza de moverse más. Así, Alba terminó durmiendo con María en su cama y las otras dos juntas en la cama de esta última.

-¿Qué tal te ha caído Natalia?-Dijo María ya acostada.

-Pues al principio mal, no te voy a mentir, pero ha arreglado bastante bien la situación, la verdad.

-Es buena chica en el fondo, un poco tira fichas contigo, pero nena, ojalá me tirara a mi una tía tan buena como ella.

-¿Qué dices?-Se rió Alba.-¿De dónde te sacas eso?

-¿Yo? Tengo ojos en la cara cariño.-Y acto seguido se durmió.

Alba se quedó pensando unas horas más hasta que el sueño le venció, pero no consiguió ver lo que le había dicho su amiga aún repasando una y otra vez las situaciones con la morena aquella noche. Optó por olvidarse de ella, sabía que no se iban a volver a ver, además del dato de que Natalia tenía novio.

Se despertó antes que sus amigas, y como no tenía mucho que hacer se dedicó a prepararles el desayuno para combatir la resaca que tendrían.

Terminó bastante contenta con el resultado y se lo dejó preparado para irse a su rincón de pintar.

Sorprendentemente encontró la inspiración y se pasó el resto de la mañana dibujando en el lienzo sin pensar en nada.

Cuando terminó observó su pintura, se quedó bastante sorprendida al darse cuenta de lo que se trataba su cuadro.

Parecía una chica sentada en el grifo de un baño, con un cigarrillo en la mano.

Por si ya no estás | AlbayWhere stories live. Discover now