XVI

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Las chicas llevaban sin verse casi una semana debido al estrés de los exámenes que habían tenido, pero hablaban todas las noches por teléfono.

El viernes, la rubia tenía un hueco libre, por lo que decidió llamar a la morena para preguntarle si podía quedar, pero lamentablemente la otra chica se negó, diciendo que tenía que estudiar.

Alba suspiró y colgó el teléfono, para después quedarse un rato revisando sus redes sociales, no pudo recurrir a María porque había salido a Dios sabe dónde.

Estuvo aburrida hasta que llegaron las ocho de la tarde y oyó el timbre, pensó que era su compañera de piso, ya que era muy común que se olvidara las llaves.

Abrió y se encontró con la morena, que tenía una sonrisa enorme en la cara.

-¡Sorpresa!-Dijo levantando los brazos. Alba se rió y la abrazo fuerte, hasta sintió como sus pies se levantaban del suelo.

-Te he echado de menos jo.-Confesó la rubia con un puchero en los labios.

-Y yo.-Contestó dándole un beso en los labios para, posteriormente, entrar a su casa.

-¿No tenías que estudiar?

-La verdad es que sí, pero me he aprendido un poco y he dicho: me apetece ver a la rubia. Y aquí estoy.

-Qué mona eres Natalia.-Dijo Alba con una sonrisa.

-¿Te apetece que te traiga una Cocacola?

-¿No debería ser yo la que te lo ofreciera?

-Tu casa es mi casa, guapa.-Contestó para después desaparecer por el pasillo y regresar segundos más tarde con dos latas.

-Gracias.-Sonrió Alba al cogerla, dando un beso en la mejilla de Natalia como agradecimiento.

-¿Dónde está María?-Preguntó mirando alrededor, sentada en el sofá con un brazo por encima de los hombros de Alba.

-Pues no lo sé, creo que está por ahí follando.

-Eh, me acabo de acordar de lo que me dijiste la semana pasada y me está dando un poco de asco.

-¿El qué?-Preguntó Alba confusa.-¡Ah! Ya me acuerdo.-Dijo riendo.

-Flipante.

-¿Qué es flipante?

-Que estrenara el sofá antes que tú.-Contestó riendo.

-¿Quién te dice a ti que no lo he estrenado?

-¿Lo has hecho?-Preguntó sorprendida Natalia.

-No.-Contestó riendo.

-Con que con esas estamos ¿no?-Dijo ante la contestación, acto seguido, se lanzó hacia la rubia para un ataque de cosquillas.

Alba no paraba de rogar que la morena parara y así dejar de sufrir, pero a Natalia le encantaba ver a su compañera reír.

En ese momento sonaron una llaves en la puerta, para posteriormente, aparecer María a través de ella con la nariz roja y un abrigo de plumas.

-¡Joder, qué frío!-Exclamó tiritando.-Eh, vosotras, que desde fuera parece que están matando a alguien.

-Y casi me mata.-Contestó Alba.

-¡Qué mentirosa!-Se indignó Natalia.

-El amor, que es muy malo.-Ironizó María.-¿Me voy a quedar de sujetavelas toda la noche?

-Mmm,-Natalia hizo un gesto pensativo.-Yo creo que sí.

Alba observaba la interacción entre las chicas y se reía de sus contestaciones.

-No pasa nada Mary, jugamos a la Play las tres y ya está.-Consoló Alba, que sabía lo mucho que le gustaba la consola a su amiga.

-Bueno, entonces vale.

Se sentaron en el sofá y la única opción que tenían era un juego de coches, en los que se podían utilizar varios jugadores. Los piques entre Alba y Natalia se hicieron presentes desde el primer momento, tocando algunos de los botones del mando de la otra para que no pudiera avanzar.

-¡Para!-Gritó Alba apartando la mano de la morena de su pierna.-¡Natalia, que nos gana la Mary!

Y así fue, María ganó la carrera y se levantó para celebrarlo con unos bailes.

-Dedico mi victoria a todos aquellos que alguna vez dudaron de mi.-Dijo poniéndose seria, haciendo a las otras chicas reír.-Ahora me voy a estudiar, que ya va siendo hora.

Cuando se retiró a su habitación, Alba se levantó del sofá e indicó a la morena que abriera las piernas para poder sentarse entre ellas y así poder jugar mejor.

Estuvieron un rato más hasta que se cansaron y pusieron una película.

Y a pesar de no ser una fiesta de viernes por la noche, las dos chicas disfrutaron como si lo fuera en compañía de la otra.

Por si ya no estás | AlbayDove le storie prendono vita. Scoprilo ora