Capítulo 47

347 31 10
                                    

Esa tarde al volver al cuartel el chico no podía estar más feliz, una gran sonrisa de felicidad y orgullo inundaba su rostro mientras que un sable de luz colgaba de su cinturón, su sable de luz. Al verlo llegar Leia se apresuró a llegar a su lado entre preocupada y agradecida.

—Al fin llegas, tienes que venir pronto—lo apremió la chica sin apenas saludarlo.

En el acto la sonrisa se borró de su rostro y se apresuró a seguir a su hermana.

—¿Qué sucede? ¿Está todo bien?

—Alguien te está esperando.

—¿Pero quién?—preguntó el chico confundido, no recordaba que tuviera ninguna conversación pendiente con nadie, ¿o si?

—No sé quien es, pero asegura conocerte y quiere verte.

Esto sólo dejó más confundido al chico.

—¿Cómo se llama?—quiso saber el chico que seguía muy confundido.

Leia no contestó en seguida, era claro que no se había fijado en ese detalle.

—¿Que nunca puedes traerme la información completa?—bromeó el chico con una pequeña sonrisa.

—Aggg, no es mi culpa no saberlo, tú tampoco lo sabes todo, además él no me lo dijo...

Luke la miró con una ceja arqueada situándose a  su lado.

-Bueno bueno, puede que si lo haya mencionado...

La sonrisa del chico se hizo más amplia.

—Bueno bueno, si lo dijo, es sólo que ya lo olvidé—admitió la chica encogiéndose de hombros—creo que empezaba con D, ...Deyin.. no, así no, ... Dekian... no, era...

La sonrisa del chico se esfumó de pronto.

—Dakel—murmuró el chico.

—Sí, ese era, pero entonces eso significa, ¿que si lo conoces?—quiso saber la chica.

Luke asintió, pero no dio detalles.

—¿Cuándo llegó?

—Hace un rato, sufrieron una emboscada, pero me parece que está bien, aunque...

El corazón del chico dio un brinco al pensar que algo le había podido llegar a pasar, conocía al joven desde hace muy poco tiempo, pero le había tomado un cariño especial a él y a su maestro, no podía ni imaginar lo que les habría podido pasar.

—¿Qué sucede Leia? ¿Qué es lo que no me quieres decir?—quiso saber el joven preocupado, conocía muy bien a su hermana, sabía perfectamente que algo grave había sucedido.

—Yo..., yo no soy quien debe decírtelo, ese..., ese no es mi deber.

—Leia, por favor...

—No puedo decírtelo, pero...—añadió antes de que este la interrumpiera— pero quizás pueda mostrártelo. 

-------

Después de dejar a su hijo a salvo en el cuartel, fue al Templo, dejó la nave en el hangar superior y fue directo a la cámara del Consejo, de camino se encontró a su antiguo maestro quien venía acompañado de un joven jedi a quien no conocía, el joven parecía haber sufrido un ataque, su ropa parecía chamuscada y tenía heridas de balas por varias zonas de su rostro y extremidades. Al verlo Obi-Wan se acercó a él seguido del jedi.

—Anakin.

—Maestro—saludó el hombre con una pequeña sonrisa—creí que había salido para Astree esta mañana.

—Tuvimos ciertas complicaciones y no pudimos salir—se apresuró a explicar Obi-Wan situándose a su lado—Anakin, él es Enyel Laryons, estaba como embajador en Alderaan desde hace un año, esta mañana al volver a casa sufrieron una terrible emboscada, según parece esta estaba planeada para el senador Organa—dijo Obi-Wan sin rodeos.

Anakin frunció el ceño.

—Creí que el senador Organa se encontraba en Coruscant.

—Esa era la idea—terció Enyel—pero me temo que eso no era así, el senador Organa venía con nosotros, pero me temo, que él fue capturado.

—Esto es un caos—dijo Anakin caminando—hace tan sólo unas semanas que la senadora Amidala también fue raptada.

Enyel frunció el ceño.

—No tenía idea de que la senadora Amidala hubiera sido raptada—comentó el jedi mirándolo.

Anaikin se encogió de hombros.

—Es algo reciente y no quisimos alterar el pánico entre los ciudadanos, por el momento es algo confidencial—dijo Anakin mirando a su maestro.

Obi-Wan asintió.

—No debemos perder la calma. Esto es más grave de lo que aparenta, si esto sigue así, pronto nos quedaremos sin senadores.

—No diga eso maestro, haremos lo imposible para evitar que los demás senadores corran peligro, además ten por seguro que esto no se quedará así, pronto los encontraremos, tanto a Pad... a la senadora Amidala como al senador Organa—le aseguró Anakin más seguro de lo que se sentía.

Obi-Wan no contestó, no parecía estar complacido con las palabras de su antiguo aprendiz, sabía que sus razones eran más personales de lo que este intentaba aparentar, pero no pensaba decir nada en presencia de Enyel, a pesar de confiar en él, sabía de sobra que el joven no era sordo, ni tonto, si él decía algo al respecto podría poner en una situación incómoda a Anakin y eso era lo que menos necesitaba en estos momentos. Al mirar a Anakin supo que él sabía su opinión sobre ello, pero este tampoco dijo nada.

Siguieron caminando hasta llegar a la cámara del Consejo, Anakin y Obi-Wan tomaron sus respectivos asientos mientras que Enyel se situó en el centro de la habitación y espero a que la reunión diera inició.

Yoda tomó asiento y la reunión dio inicio.

------

Al salir del aeroascensor Luke apresuró el paso hasta llegar al otro lado del pasadizo, allí había un chico, su cabello era castaño oscuro, era un poco más bajo que Luke y aparentaba un par de años menos, el chico había cambiado mucho desde su último encuentro, ya no lucía aquel brillo infantil en su mirada ni tampoco parecía tan inquieto, pero lo que más asustó a Luke fue su mirada apagada, ya no parecía un niño, Alderaan se lo había quitado, le había quitado esa mirada de felicidad, ahora sólo parecía uno más, uno más de aquellos, un jedi más.

Fue entonces que el chico se dio cuenta de su presencia, se volteó despacio y lo miró, ni siquiera hizo señal de alegrarse o de reconocerlo, simplemente lo barrió con la mirada antes de hacerse a un lado.

—Hola Luke.

Su voz sonaba destrozada lo cual hizo que la preocupación del chico aumentara, fue en ese momento que vio lo que Leia no quería decirle, se situó junto al chico y siguió su mirada, justo a unos metros de ellos a través del cristal Luke pudo distinguir a la niña en la cama, con un nudo en la garganta, se volteó y le colocó una mano al chico en el hombro, con un gesto algo torpe lo atrajo hacia sí y lo abrazó. Al sentirlo cerca el chico dejó caer su muralla y lo abrazó con fuerza llorando en su hombro.

—Shhhh, tranquilo, tranquilo, Mina va a estar bien—le prometió Luke dirigiéndole una mirada de compasión a la pobre niña que aguardaba en la sala continua.



Star Wars. Un Nuevo ComienzoWo Geschichten leben. Entdecke jetzt