Capítulo 37

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Ya era cercana la media noche cuando Padme se levantó de su cama al notar que Anakin no estaba, se puso la bata que estaba detrás de la puerta y salió, sabiendo donde encontrarlo caminó hasta la habitación de su hijo, de camino a esta pasó por la habitación de Leia y se detuvo, entró en silencio y la miró, la chica dormía en el sillón aún con la ropa del día anterior.

Padme se acercó y le acarició el cabello, sin querer despertarla, la cobijó y pasó a la habitación del chico, allí estaba Anakin que al igual que su hija dormía en el sillón, Padme se sentó en el brazo del sillón y con un leve empujón le despertó. Anakin se despertó sobresaltado, pero al verla se tranquilizó.

—Ve a descansar yo lo cuido— murmuró Padme en voz baja.

Anakin iba a replicar, pero Padme se le adelantó.

—Ya lo has cuidado lo últimos días, ve a descansar.

Anakin asintió y se levantó.

—De paso podrías dejar a Leia en su cama, se quedó dormida en el sillón y no quise despertarla.

—Claro—asintió Anakin depositándole un beso en la frente.

Padme ocupó su lugar y se cruzó de brazos mirando al chico, hace un par de días que se había desmayado pero seguía sin despertar y al igual que la otra vez no encontraban ninguna razón coherente de por qué el chico no despertaba. Se sentó a su lado y le despeinó el cabello, el joven se movió en sueños y llamó a su hermana. Padme le acarició la mejilla y le beso la cabeza.

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Anakin se levantó muy temprano al recibir un mensaje del Consejo, dejando a C-3PO con la tarea de decirle a Padme a donde iba, salió de la casa y fue a caminar, cuando ya consideró que se había alejado lo suficiente recibió el mensaje, era de Obi-Wan.

—Maestro—saludó Anakin con una cortesía innecesaria.

—Hace mucho tiempo que deje de serlo— repuso Obi-Wan negando con la cabeza.

—Lo sé—replicó Anakin con una sonrisa.

Obi-Wan negó con la cabeza divertido.

—Y pensar que hace un par de años habrías dado lo que fuera por dejar de llamarme así—comentó Obi-Wan con una sonrisa.

—Han pasado muchas cosas desde entonces.

Obi-Wan asintió con la cabeza.

—¿Cómo sigue Luke?

El rostro del jedi se endureció.

—No hay cambios.

—Para eso te llamo, el Consejo cree haber encontrado a Quink y quieren saber si quieres liderar la misión.

Anakin lo meditó un segundo en silencio, en verdad deseaba ver a ese hombre bajo las rejas, pero algo le decía que él no era el indicado para ese trabajo, pero también pensó en el niño que ahora estaba en una especie de coma por su culpa y sintió la sangre hervirle, sacudió la cabeza alejando esa rabia de su interior, al final negó con la cabeza.

—No, yo no soy el indicado para ese trabajo, aunque quedaría más tranquilo si te encargaras tú de eso.

Obi-Wan lo miró un minuto en silencio pero al final asintió.

—Iré personalmente.

—Gracias maestro.

Obi-Wan asintió y un segundo después la imagen parpadeó y desapareció, Anakin se quedó un rato allí mirando el alba en el horizonte, después de un rato de levantó.

Volvió sobre sus pasos hasta llegar a la casa, se detuvo antes de entrar, al volverse vio a una silueta sentada en el césped, se acercó despacio y se sentó a su lado, Leia no dijo nada, ni tampoco lo miró, tenía la vista fija en las cataratas, era un lugar muy bello, pero en ese momento ella no tenía la capacidad para pensar en otra cosa que no fuera su hermano.

Anakin se quedó en silencio observándola, ya no había rastros de la niña que una vez había sido, ahora tenía más rasgos de mujer, toda una señorita como le gustaba llamarla, aunque a pesar de todo se parecía bastante a Luke, los mismos ojos azules, la misma forma de morderse el labio cuando enfurecía o estaba concentrada como en ese momento, su sonrisa, todo. Después de un rato la joven bajó la cabeza y empezó a arrancar el césped.

—¿Por qué le sucede esto?

Anakin no contestó, no lo sabía, la joven sollozo en silencio, Anakin le puso una mano en el hombro.

—Él estará bien, no te preocupes.

—¿Cómo puedes pedirme que no me preocupe? mi hermano lleva inconsciente ya no sé cuanto tiempo y no puedo estar tranquila.

—Entiendo que estés preocupada, pero esto ya le había pasado antes, estará bien.

La joven no replicó, de alguna forma necesitaba garantizarse a sí misma que todo estaría bien. Anakin la atrajo hacia sí y esta dejó caer la cabeza en su regazo con los ojos cerrados.

—Él estará bien, estoy seguro.

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—Mamá— Padme se despertó sobresaltada al escucharlo—mamá, Leia, ella... —a pesar de seguir con los ojos cerrados Padme pudo distinguir un cambio en su respiración— Leia.

—Luke, ¿puedes oírme?

—Leia...

—Shh, Leia está bien.

—No, no, Leia... —de repente se calló y empezó a temblar con brusquedad.

—¡¡Anakin!!

El chico no dejaba de temblar y empezó a gritar, antes de lo que habría esperado la puerta se abrió de golpe dejando ver a Anakin seguido muy de cerca de Leia quien venía tan pálida como su hermano.

Padme miró a Anakin con temor en sus ojos. Este se acercó rápidamente al chico y le puso una mano en la frente, el chico no dejaba de gritar y en poco tiempo la joven también lo hizo, rápidamente Anakin alzó al chico y lo sacó de allí, lo llevó de inmediato al "hospital" si es que se le puede llamar así a las dos habitaciones continuas con los equipos necesarios que se ubicaba en la planta más alta del edificio.

Ambas mujeres lo siguieron apresuradas, Anakin dejó al chico en la camilla mientras dos medidroides llegaron a atenderlo.

—Su presión sanguínea es alta, sufre espasmos, respira con dificultad—iba diciendo el droide mientras el otro le ponía una mascarilla de oxígeno— permiso para continuar—dijo el droide volviéndose hacia Anakin, este se volteó y miró a Padme y a Leia, esta se abrazaba a su madre con fuerza mientras hundía su rostro en su hombro.

Anakin asintió en silencio intercambiando una mirada con Padme, esta asintió y tomó a Leia del brazo e intentó moverla pero esta no se dejó se había plantado al piso y no iba a permitir que nadie la moviera de ahí, no hasta que su hermano estuviera bien.

Padme batalló un segundo con ella, pero esta no le permitió hacerlo, Anakin se acercó a la joven y la sacó alzada de ahí, la joven gritó y pataleó en sus brazos de camino hasta la sala de estar, pero por más que gritó y suplicó Anakin no la soltó, el jedi no la soltó hasta llegar al sillón, pero Leia no se dejó vencer tan fácilmente, en cuanto su padre la soltó se levantó del sillón y salió corriendo, pero no había llegado ni a la puerta cuando Anakin la tomó de la cintura y la volvió a poner en el sillón, siguieron así un rato hasta que Anakin se cansó y la tomó de los hombros.

—¡Ya basta!—Leia enmudeció en el acto, su padre no solía gritar. Anakin respiró hondo antes de continuar—Ya basta—repitió en voz baja—Luke me necesita en este momento y no puedo hacerlo si estoy aquí ocupado contigo, cálmate, si algo sale mal te avisaré, pero dudo mucho que lleguemos a eso, pronto volveré ¿está bien?

La chica asintió asustada, el rostro de Anakin se suavizó, la atrajo hacia si con un corto abrazo.

—Todo va a estar bien no tengas miedo.

Star Wars. Un Nuevo ComienzoWhere stories live. Discover now