Capítulo 29

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Después de dar un par de vueltas por los pasillos del cuartel, sin encontrar nada interesante en que entretenerse fue a buscar a su padre.

Ya había pasado una semana desde su charla con Quink, como era de esperarse el chico ni siquiera había intentado contactar a su antiguo maestro como este le había pedido, todo lo contrario, los primeros días no hacía más que mirar en todas direcciones a ver si había rastro del jedi/sith, o lo que fuera en ese momento.

Al llegar a la oficina de Anakin la encontró vacía por lo que decidió sentarse a espararlo, después de media hora apareció su padre, a su lado venía el hombre al que había conocido el otro día, Wink si no le fallaba la memoria, el chico los saludó con una inclinación de cabeza.

—Niño—saludó el hombre con tono seco.

El chico sintió un escalofrió al escuchar como lo había llamado, pero hizo lo imposible por disimularlo, claro que esto no pasó desapercibido para Anakin, pero tampoco dijo nada, ya tendría tiempo después para hablar con el chico.

—Luke, podrías buscar a Keithlin y Ahsoka y pedirles que vengan un minuto—le pidió Anakin, con una mirada que le dio a entender que esperaba que durara bastante en volver.

El chico asintió a regañadientes y fue a hacer su cometido. En cuanto el chico se fue Anakin le pidió a su compañero que se sentara y fue a su escritorio a buscar algo, en cuanto lo encontró volvió sobre sus pasos y se sentó enfrente del hombre y le tendió el informe.

—¿Qué es esto?—preguntó Wink, después de ojearlo un rato.

—Lo que me pediste la semana pasada—respondió Anakin con una mirada significativa.

—¿Está todo?

—Todo lo que se puede conseguir en un momento como este—asintió Anakin.

—Gracias—dijo al fin el hombre antes de irse.

Se quedó un rato sentado pensando en el muchacho, algo andaba mal, de eso no había duda, y era algo más que los efectos temporales del coma, cada vez se le notaba más débil y cansado, en lugar de ir cada vez mejor empezaba a recaer, en especial desde aquel día en que le informó sobre Quink.

Perdido en sus pensamientos no se percató de que alguien tocaba la puerta hasta cuando ya la persona se hartó de tocar y empezó a llamarlo por su nombre, se levantó rápidamente y abrió la puerta, poco le faltó al chico para darse de bruces contra el suelo, Anakin lo tomó de los hombros para evitar que se cayera.

—Maestro Skywalker—murmuró el chico.

Anakin tardó un momento en reconocer al aprendiz del maestro Mundi.

—¿Cómo estás?

—¿Bien y usted, maestro?

—¿En que puedo ayudarte?—inquirió Anakin amablemente.

—El maestro Mundi, le manda a decir que pronto su presencia empezará a hacer falta en el Templo.

—Bien, dile que no esperaré a que eso pase.

—Si maestro—parecía que quería añadir algo más, pero se lo pensó mejor y se retiró con una inclinación.

Anakin no pudo evitar pensar en su propio aprendiz al ver a aquel chico, pero no al chico tímido y callado que era ahora, sino más bien el chico hablantín y simpático que había sido antes de Qunik, le pidió en silencio a la Fuerza que no fuera él quien encontrara a ese monstruo y de ser así que estuviera con Keithlin o Obi-Wan ya que de no ser así el mismo se encargaría de hacerlo pagar por todo lo que le había hecho a su hijo.

—Mmm, ¿maestro?

Anakin levantó la vista, y como si lo hubiera llamado ahí estaba Luke, mirándolo como si esperara una respuesta.

—Lo siento, ¿Has dicho algo?

El chico puso los ojos en blanco.

—Dije que Keithlin estaba en una reunión con no se quien y Ahsoka salió en una misión hace poco—volvió a decir Luke negando con la cabeza, en ese momento un hombre entró rápidamente en la oficina.

—Siento molestarlo señor, pero tiene que ver esto—se disculpó el hombre rápidamente.

—¿Qué sucede?—preguntó Anakin al percibir su temor.

—Tiene que verlo con sus propios ojos, señor—algo en su voz le dijo que no estaba de broma.

—Bien—estaba a punto de decirle al chico que se quedara ahí, pero este le suplicó en silencio que le dejara ir— Ven.

El chico se lo agradeció con un gesto y ambos siguieron al hombre hasta una habitación de comando donde el chico nunca había estado y en cuanto entró deseo no haberlo hecho nunca.

En suelo habían dos personas tiradas, por la expresión en sus rostros y en las de las demás personas supo que estaban muertos, se le formó un nudo en el estómago al ver el mensaje que estaba escrito en la pared, con sangre.

¿SIGUES CON TÚ DECISIÓN EN PIE?

Star Wars. Un Nuevo ComienzoWhere stories live. Discover now