Capítulo 21

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Anakin se inclinó en el lugar en el que antes había estado el hombre.

—¿Qué demonios?—murmuró el jedi sin levantarse.

—¿Papá?—llamó Luke sacándolo de sus pensamientos.

Anakin se incorporó de nuevo y se volvió hacía el chico.

—¿Qué sucedió?

El chico se lo dijo.

—¿Te habló de Quink?

Luke asintió con la cabeza a la vez que ayudaba a su madre a levantarse.

—¿Cómo hizo eso?

Anakin se volvió a verlo sin comprender.

—¿Cómo hizo para que yo no pudiera moverme? es como si me hubiera...desconectado, no podía moverme, los músculos simplemente no me respondían—trató de explicarlo Luke.

—No lo sé—admitió Anakin—pero lo averiguaré, eso tenlo por seguro—se volvió hacía Padme—¿puedes pedirle a tu guardia que venga?—la senadora asintió—si una persona te atacó no me extrañaría que pronto hayan más. R2 localiza a Slandhar y dile que la senadora está en peligro.

El droide le contestó con un pitido a la vez que le mandaba el mensaje al protector de Padme.

—¿A dónde irás?—preguntó Padme hablando por primera vez.

—Tengo que terminar mi misión e informarle al Consejo de este ataque—contestó Anakin mirándola.

El rostro de Padme adquirió un semblante serio que habría servido para muchos, pero no para Anakin.

—Volveré pronto—le aseguró el jedi acercándose a ellos.

Le depósito un beso en la frente a la senadora y le colocó una mano en el hombro al muchacho.

—Pronto todo esto terminará—les prometió Anakin—Slandhar ya está aquí—les comunicó un segundo antes de que llegara C-3PO a comunicarles su presencia.

Padme salió a recibirlo y Luke hizo ademán de irse, pero Anakin lo tomó del brazo.

—No ha sido tu culpa—dijo sabiendo perfectamente lo que estaba pensando el chico.

—Sí, sí lo fue, si no hubieras llegado ahora estaría muerta o herida—negó Luke decidido.

—No fue tu culpa—repitió Anakin—hay cosas que nadie puede manejar, (¡no me interrumpas!), esto no es tu culpa, él fue mejor que tú y mejor que yo, no es tu culpa, deja de pensar eso porque no lo es, esfuérzate por hacerlo mejor la próxima vez—lo tomó del mentón y lo obligó a verlo a los ojos—cuídala mientras yo no estoy, ¿vale?

El chico asintió con la cabeza después de una pequeña pausa, Anakin le dio un beso en la frente antes de salir, de camino a su nave se encontró a Slandhar hablando con Padme.

—Maestro Skywalker—saludó el hombre sorprendido—no esperaba verlo por aquí.

—Venía a traerle un mensaje a la senadora y cuando llegué me encontré con que mi mandado fue de mayor utilidad de la que esperaba.

—Vaya que sí, le debo un agradecimiento, por ayudar a mi protegida.

—Para mí es un placer y me sería de gran consuelo saber que usted se quedará con ella mientras yo se lo comunico al Consejo.

—Por supuesto, ese es mi trabajo—contestó Slandher con una inclinación.

—Muchas gracias—dijo Anakin inclinando la cabeza.

—Maestro—dijo Slandher.

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Al llegar al Templo se apresuró a buscar al maestro Yoda, lo encontró con los iniciados, entrenando, al verlo llegar el maestro les pidió a los niños que pararan.

—Buenos días maestro Skywalker—dijeron todos al unisono.

—Buenos días—contestó Anakin, para después volver su atención al maestro—espero no interrumpir maestro, pero necesitaba hablar con usted urgentemente.

—A descansar podéis ir vosotros—dijo el jedi volviéndose hacía los niños.

Con una inclinación grupal los niños salieron, el maestro Yoda le hizo un gesto con la mano para que caminaran, Anakin lo siguió en silencio un rato hasta que Yoda rompió el silencio.

—Tus pensamientos confundidos están—observó el jedi.

—Es así como me siento, maestro—contestó Anakin—Esta mañana me dirigía a la casa de la senadora a cumplir con mi misión cuando tuve un mal presentimiento...—le habló del intentó de asesinato hacia la senadora y de la forma en la que el hombre había dejado a Luke inmóvil.

—Tú descripción de este hombre es muy parecida a la descripción del joven Luke.

Anakin lo miró sin comprender.

—Quink se reunía con personas así, según lo que nos dijo el hijo de la senadora, Obi-Wan cree haberlos visto antes.

—Tengo una misión para ti Anakin—escuchó la voz del maestro Windu a su lado.

—¿Qué misión maestro?

—Has que tu misión deje de ser secreta—contestó Windu con una mirada determinante.

—Como ordene, maestro.

Hizo ademán de retirarse, pero el maestro Windu lo detuvo de nuevo.

—Hay algo más, ya va siendo hora de que tomes un nuevo aprendiz, y tengo uno que te complacerá.

Star Wars. Un Nuevo ComienzoWhere stories live. Discover now