Capítulo 4

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Lo sentía cerca, pero eso era lo que más temía, intentó relajarse y concentrarse lo más que podía como le había aconsejado su padre, pero eso no le era posible con su maestro cerca, perdido en sus pensamientos no tardó en recibir un golpe en la pantorrilla, se volvió rápidamente, volvió a recibir otro golpe en el estómago, contuvo un quejido a la vez que se volvía justo a tiempo para parar otra estocada a pocos centímetros de su cuerpo, en cualquier otro momento se habría sentido bien de haberla parado, pero con Quink era como no haber hecho nada, siguieron así un largo y agotador tiempo en el cual Luke había recibido más estocadas de las que había logrado parar, lo cual ponía furioso a su maestro, después de recibir una estocada en el pecho sintió un manotazo en la nuca que lo empujó hacía el frente.

—¿Acaso tengo que repetirlo todo dos veces?—escuchó decir antes de recibir una estocada más, pero esta vez con más fuerza.—¿Ah?

—No maestro—contestó Luke con voz ronca.

—¿Cómo es que no logras parar nada?

Luke no contestó.

—Ya me cansé de perder mi tiempo— mientras hablaba le tiraba más estocadas, las cuales Luke no podía de parar y aunque lo pudiera hacer no se atrevió.

—Ya me canse de ti.

Sin mucho esfuerzo empezó a mandar estocadas a diestra y siniestra con fuerza, a pesar que el chico hacía grandes esfuerzos por frenarlas no lo lograba ya que cada vez Quink se la ponía más difícil, por no añadir que tenía los ojos vendados.

—¿Qué no puedes hacer nada bien?—mientras hablaba lo golpeo en la espalda con el palo de madera el que estaban practicando.

Luke hizo una mueca de dolor a la vez que recibía tres estocadas más, sin poder hacer nada más, se encogió sobre si mismo aguardando a que terminara, sintió un gran alivio al escuchar que alguien tocaba la puerta, Quink se detuvo y volvió su atención a la puerta, por un segundo Luke temió que lo ignorara, Quink le dirigió una última mirada de advertencia antes de abrir la puerta, desde donde estaba no podía ver quien era, pero estaba seguro que no era un maestro. Sin preocuparse por que lo vieran, se arrecostó a la pared con una mueca de dolor, sintió la mirada de Quink y levantó la cabeza.

—Tienes un mensaje, vas ahora y entrenamos hasta tarde o vas tarde.

—¡Oh no maestro! Es un mensaje urgente, no puede esperar—dijo la niña junto a él.

—¡Como sea! Vete y no vuelvas hasta el anochecer, ¡no me vayas a decir que no te lo advertí!

Luke se apresuró a salir de la habitación evitando renquear ya que no podía permitir que alguien lo notara, y siguió a la niña.

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Anakin la tomó de la cintura y la levantó sin dejar de besarla, la senadora rodeo a su esposo con las piernas y le abrazó el cuello con los brazos besándolo apasionadamente. Siguieron besándose hasta que Anakin fue capaz de tomar medida de sus acciones y se apartó con brusquedad.

—No—jadeo el hombre debido a la falta de aire, se separó de ella y volvió a ponerse la camisa—Aun es de día, cualquiera de tus doncellas podría entrar en cualquier momento.

—Las mantendré lejos—le aseguró Padme volviendo a juntar sus labios con un tierno beso.

Anakin negó con la cabeza con una sonrisa.

—Eres imposible—murmuró el jedi sin separar sus labios—te amo...

—Yo te amo más—lo interrumpió la senadora con tono seductor.

—...Y tu sabes que desearía gritar a los cuatro vientos cuanto te amo, pero—hizo una pausa en la que la volvió a besar—... pero tengo trabajo que hacer y tú una imagen que mantener—añadió con una sonrisa pícara observando el cuerpo a medio desnudar de su esposa.

Star Wars. Un Nuevo ComienzoWhere stories live. Discover now