Capítulo 3

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Sin despedirse de Padme tomó sus cosas y salió con sigilo de la casa, volvió a el Templo, aún era muy temprano por lo que se sorprendió al ver a Luke hablando con su maestro en la oscuridad de un pasillo, no logró escuchar lo que decían, ya que de un pronto a otro ambos se callaron y siguieron avanzando, no tenía idea de que estaban hablando, pero tenía un mal presentimiento. Siguió su camino sin poder quitarse la imagen de Luke y el maestro Quink hablando, algo no andaba bien, estaba seguro de eso, pero no sabía que era lo que andaba mal.

Sabía que Quink tenía mucho que ver con la actitud del chico, especialmente desde que lo había encontrado mojado, a pesar de que el chico no lo había demostrado Anakin sabía que ese día no sólo estaba mojado, el chico estaba golpeado, muy golpeado.

El resto del día se la pasó de acá para allá, siguiendo a quien podría ser un espía del Imperio, ningún lugar al que fue le ayudó de mucho, aquí y allá el hombre se encargaba de no dejar rastro de ningún tipo, iba a todos lados con un guardaespaldas y cambiaba de vestimenta cada vez que podía y al final del día Anakin no obtuvo más que un dolor de cabeza y una perdida de tiempo enorme, en el que podría haber hecho un montón de cosas que se le estaban acumulando.

Al terminar su misión regresó al Templo donde encontró otra cosa que lo sorprendió. El maestro Plo Koon hablaba con el maestro Quink, mientras Luke permanecía a un lado con la cabeza gacha mirando sus zapatos como si fueran la cosa más entretenida del mundo. Anakin jamás lo había visto tan tímido y callado.

La mirada de ambos maestros volvieron a fijarse en el muchacho quién se encogió aún más, si es que eso era posible, el maestro Koon le preguntó algo a Luke que Anakin no fue capaz de escuchar, Luke levantó un poco la mirada hasta quedar a la altura de su maestro, este le dirigió una mirada significativa antes de chico volver a bajar la cabeza y murmurar algo, Anakin estaba demasiado lejos para escuchar su respuesta, pero estaba seguro que lo que fuera que había dicho no era como para recibir el semerendo golpe que le dio Quink en la mejilla tirándolo al piso.

Esto fue lo último que supo Anakin, estaba tan furioso que no fue capaz de seguir viendo, sabía que si intervenía no haría otra cosa más que causarle más problemas al joven y eso era lo último que quería. Sin ganas de hablar con nadie se dirigió a la sala de meditación y se quedó ahí un buen rato, al salir, no sabía si por casualidad o por instinto, sus pies lo guiaron hasta la pista de despegue donde encontró al muchacho limpiando una nave, sin pensarlo se acercó a él. Al verlo, Luke inclinó la cabeza con respeto.

—Maestro Skywalker—saludó el muchacho más por costumbre que otra cosa, ya que no había nadie cerca que lo pudiera escuchar.

—Ven, tenemos que hablar.

—No puedo moverme de aquí hasta que el maestro Quink me lo ordene— se excusó Luke sin mirarlo.

—Yo me encargo de Quink, vamos.

—No me quiero meter en problemas, hablemos más tarde—dijo Luke con tono de súplica, pero Anakin no tenía tiempo para escuchar excusas.

Anakin lo tomó del brazo y lo jaló poniéndolo en pie, sin darle tiempo a replicar, lo llevó a rastras hasta su habitación, claro que evitando a toda costa la mirada de los jedi. Al llegar Luke abrió la boca como si fuera a decir algo, pero Anakin se le adelantó tomándolo de la barbilla y girando su cabeza hacia la izquierda para poder observar mejor el golpe en la mejilla derecha, aún se podía observar la marca roja de la mano de Quink y tenía el labio partido, con cuidado de no lastimarlo, le pasó una mano por el golpe examinándolo.

Luke lo miró un segundo, pero al ver que Anakin lo había visto se apresuró a apartar la mirada, Anakin lo soltó, Padme tenía razón, el muchacho estaba débil y se le notaba más delgado.

Star Wars. Un Nuevo ComienzoNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ