Capítulo 11

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"Lo sabe" ¿cómo era eso posible? ¿se lo había dicho Anakin antes de irse? ¿lo había descubierto por sí mismo? ¿o conocía lo suficiente a Anakin para saber el afecto que le tenía a los niños y a ella? No lo sabía, lo único que sabía era que tenía un nuevo aliado, uno en quien podía confiar, Obi-Wan no los delataría, quizá no los ayudaría abiertamente, pero eso era pedir demasiado, con que no dijera nada ya era mucho y no podían pedirle más.

Volvió a su casa y encontró a Luke en su habitación con un transmisor en las manos hablando en murmullos, era el mismo que les había regalado Anakin a Leia y a él para su cumpleaños número diez, el mismo año en el que Leia se había ido a Naboo, Anakin les había dicho que con eso se podrían comunicar donde fuese que estuvieran. Padme sonrió satisfecha y volvió a su habitación, eso era lo que necesitaba el chico, hablar con Leia le haría bien.

A la mañana siguiente cuando bajó a desayunar encontró a su hijo en la sala, al verla llegar abrió la boca como si fuera a decir algo, pero cambió de idea y la volvió a cerrar, parecía dudar pero al final dijo.

—Tengo entrenamiento, pero...

—Pero no vas a ir, hoy te quedaras aquí y no saldrás de esta casa hasta que yo lo considere adecuado—lo interrumpió Padme.

Esto pareció agradarle al chico que asintió con la cabeza.

—Dudo mucho que Quink lo permita, vendrá a buscarme—no lo decía como una excusa, como habría hecho hace un par de horas, lo decía porque temía lo que fuera a pasar si iba a buscarlo.

—¡Qué venga!—sentenció Padme con el ceño fruncido.

Luke asintió no muy decidido y volvió a su recamara a paso lento y haciendo muecas con cada paso que daba, si iba a pasar todo el día en esa casa tenía que buscar con que entretenerse.

Padme lo vio salir algo insegura no sabía si debía preguntarle que había pasado o si tenía que esperar a que se le pasara y luego preguntarle o si era mejor que Anakin hablara con él, algo indecisa decidió lo último y se dispuso a desayunar cuando escuchó gritos, sintió un nudo en el estomago, los gritos venían del cuarto de arriba.

Recorrió como un rayo toda la casa hasta llegar a la habitación del chico, abrió la puerta y lo encontró revolcándose en el piso y gritando a todo pulmón, corrió a su lado sin saber que hacer.

—¡Haz que pare! ¡haz que pare!

Padme no supo que hacer, tan sólo le acarició el cabello desesperada por no poder hacer nada, torpemente empezó a murmurarle palabras reconfortantes, el chico siguió gritando hasta que no pudo más, de repente dejó de gritar y empezó a respirar entrecortádamente, dudosa Padme se inclinó a su lado.

—Luke.

Al escucharla el chico se sobresaltó, la empujó así atrás y retrocedió asustado.

—Tranquilo, soy yo.

El chico la ignoró y siguió retrocediendo. Padme se acercó a él algo dudosa, pero sin temor.

—Tranquilo—repitió a la vez que se ponía a su lado.

Pero el chico la volvió a alejar de él empujándola, pero esta vez lo hizo con más fuerza, tirándola al piso.

—¡Déjame! ¡Vete!—exclamó el chico temblando de pies a cabeza.

—Luke, soy yo, soy mamá, no te haré daño—murmuró Padme en tono maternal aún tirada en el piso.

—¡Déjame en paz!

Dicho esto Padme sintió una ventisca, que después pudo reconocer como la Fuerza proveniente del niño, el suelo a sus pies empezó a temblar y las cosa a su alrededor a moverse.

—Basta, Luke detente, mira lo que estás haciendo, esto no eres tú, no hagas lo que él quiere que hagas.

El chico no parecía haberla escuchado y si lo hizo no dio muestra de ello, Padme iba a añadir algo más cuando una silueta rodeó la habitación y llegó al lado del chico, no pudo escuchar lo que decía, pero sabía que estaba hablando.

Al principio había pensado que era Anakin, era el único hombre que entraba en la casa, pero al verlo mejor se dio cuenta que no era así, no era su esposo, era Obi-Wan, de haber pasado eso hace veinticuatro horas se hubiera sorprendido, pero con lo hablado la noche anterior no le sorprendió.

Lo escuchó hablar con su hijo, pero no supo que decían, Luke intentó empujarlo a él también como había hecho con Padme, pero Obi-Wan no se dejó y lo rodeó con los brazos evitando que se moviera, Luke se revolcó en sus brazos intentando soltarse, pero Obi-Wan era mucho más fuerte, siguió hablando con el chico intentando que se tranquilizara, mientras más hablaba más se tranquilizaba el chico, pronto las cosas dejaron de temblar y el chico terminó rendido en los brazos del maestro con una capa de sudor en la frente y lágrimas en los ojos, estaba tan exhausto que Padme estaba segura de que si Obi-Wan lo soltaba se caería, Obi-Wan lo tomó en brazos y lo dejó en el sillón, se inclinó junto a él y le limpió las lágrimas que recorrían sus mejillas con delicadeza.

—No dejes que tus sentimientos te controlen, tú eres más fuerte que esto—murmuró Obi-Wan con suavidad.

Luke no pudo evitar recordar que su padre una vez le había dicho algo parecido, entonces levantó la vista y vio a su madre, no pudo evitar que más lágrimas recorrieran sus mejillas, se sentía la peor persona del mundo, había lastimado a su propia madre.

—Perdóname, te hice daño, lo siento.

Padme se acercó al muchacho y lo abrazó.

—Estoy bien.

Obi-Wan se escabulló en cuanto Padme se acercó al muchacho y fue a la planta baja, se sentó en el sofá y esperó.

De cierta forma comprendía a Anakin, él mismo había sido como un hijo para él y sabía que Anakin lo veía como un padre, Obi-Wan hubiera dado lo que fuera por él, pero en estos momentos no podía hacer mucho, el amor seguía estando prohibido para los jedi y si la verdad salía a la luz Anakin sería expulsado de la Orden Jedi y eso era lo que menos quería, que la persona que había sido como un hijo para él, terminara expulsado por el hecho tan simple de enamorarse.

Esperó pacientemente hasta que vio a Padme abrir la puerta, la senadora caminó a paso lento hasta donde se encontraba él y se sentó a su lado.

—Gracias, no podrías haber llegado en un momento más oportuno—le agradeció Padme.

—No es nada y en verdad siento que tenga que estar pasando por esto. ¿Cómo está Luke?—inquirió Obi-Wan.

—Descansando—contestó Padme en tono seco.

—He hablado con el Consejo—anunció el maestro mirándola—están dispuestos a buscar un responsable, pero sin pruebas, no podrán hacer nada y por el momento Luke es el único que nos puede ayudar.

—Ya ha pasado por mucho, no puedo pedirle esto, no ahora— negó Padme decidida.

—Lo sé, pero tendrá que hablar, tarde o temprano tendrá que hacerlo.

—Sí, pero no ahora, ni esta semana.

—Para la otra semana ya no tendrá las marcas de los golpes—observó Obi-Wan con suavidad.

—¿Quién se encargara de buscar las pruebas?

—Por el momento nadie en especifico.

—Bueno, cuando tengan a alguien dile que venga aquí y podrá ver las heridas, pero no le preguntaran, no hasta que se recupere.

—Y hasta que vuelva Anakin— aventuró Kenobi indeciso.

Padme dudo, pero al final asintió.

—Hasta que vuelva Ani.

Star Wars. Un Nuevo ComienzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora