Capítulo 26

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Ninguno dijo nada por un largo tiempo, al final Anakin se levantó y lo ayudó a levantarse, lo guió por varios pasillos. Al lugar al que fuera, siempre veía mucha personas trabajando, la mayoría se detenían cuando pasaban y hacían una inclinación hacia Anakin, lo cual sorprendió a el chico, pero no dijo nada, al final llegaron a una habitación circular, en la esquina había un escritorio lleno de cosas, y un par de sillones, en ellos se encontraban las mismas personas que habían estado el día anterior con Anakin, Ahsoka sentada junto a Laroth, y Keithlin junto a Wink.

Al verlos llegar ambas mujeres dirigieron automáticamente su mirada hacía Luke, mientras que Larhot miró a Anakin y Wink hizo como si no estuvieran ahí.

—Ya era hora, creí que nunca vendrías—masculló Wink, ganándose una mala mirada de parte de Keithlin.

Anakin le dirigió una larga mirada y luego se volvió hacía su hijo, sin apenas mover los labios murmuró.

—Eres mi aprendiz.

—¿Qué?—preguntó Luke estupefacto, pero fue lo suficientemente listo para hablar en susurros.

Anakin no contestó, lo miró una última vez antes de sentarse en el sillón restante, Luke tardó un poco más en reaccionar y fue a sentarse junto a su padre.

Los adultos empezaron a hablar sobre los problemas, Luke estaba muy ocupado recuperando sus fuerzas como para prestar a atención a lo que ellos hablaban, sólo pudo entender un par de cosas, como que los espías estaban cerca y que tenían muy pocos hombres y algo como que el arma estaba casi lista, pero con cada palabra que decían se sentía aún más confundido.

Convencido de que de esa forma no averiguaría nada se fijó en sus acompañantes, Laroth, tan siniestro como siempre, Ahsoka, la misma chica simpática que había conocido hace años, luego estaba la mujer que según escuchó era Keithlin, de cerca pudo ver que era más mayor de lo que esperaba, quizá la edad de su madre, años más, años menos, sus ojos eran color miel y tenían cierto brillo que demostraba rebeldía, el hombre a su lado no parecía ser del tipo de personas que sonríe muy a menudo, comparándolo con su antiguo maestro, Quink parecía ser una persona muy simpática, no entendía como a alguien como Ahsoka o Keithlin (a quien había conocido hace como dos segundos, pero ya le caía bien) le podía simpatizar alguien como él. Se quedó en silencio hasta que Keithlin volvió a poner su atención en él.

—¿Y tus modales dónde quedaron Ani?—preguntó Keithlin divertida.

Al chico le resultó extraño que ella le llamara así, Padme era la única que solía decirle así, pero esto no parecía molestarle a Anakin quien se apresuró a presentarlos.

—Mi aprendiz Luke, Luke ya conoces a Ahsoka y a Laroth, ellos son Winlow Jons y Keithlin Gronsp.

El chico inclinó la cabeza con respeto, la palabra aprendiz lo hizo sentirse algo incómodo, aunque le hubiera encantado ser el aprendiz de su padre eso no era algo que creyera que fuera posible, antes habría jurado que sólo era una forma de no llamar la atención, pero ahora no estaba tan seguro.

—Ah sí—asintió Keithlin—el hijo de Padme ¿verdad? Windu me dijo que sería tu aprendiz, pero no sabía que estaría contigo tan pronto, había escuchado que estaba inconsciente.

—Y así era—dijo Anakin, dirigiéndole a Luke una mirada significativa.

—Si, desperté hace unas semanas—murmuró el chico con la mirada en el piso.

La chica asintió en silencio, Anakin le puso el dedo índice en la barbilla y al chico no le quedó más remedio que levantar la vista, siguieron hablando unos minutos hasta que estos se despidieron, dejándolos solos, en cuanto ellos se fueron el chico lo miró y le dirigió una mirada significativa, el jedi respiró hondo y después se levantó.

—¿Qué está pasando? ¿y cómo es eso que yo soy...?

—¿Mi aprendiz?—preguntó Anakin mirándolo, el chico asintió en silencio—siento que te hayas enterado de esta forma, pero no he encontrado el momento—estás palabras dejaron perplejo a Luke, más de lo que ya estaba.

—¿Qué quieres decir?—preguntó Luke con un nudo en la garganta.

Anakin le dirigió una mirada cansada.

—Considerando todo lo que ha pasado el Consejo decidió que sería mejor que yo me encargara de ti.

—¿Entonces es cierto?—preguntó el chico sorprendido—¿eres mi maestro?

—Sí Luke—dijo Anakin después de un silencio.

El chico lo miró aún más sorprendido que antes, aunque no podía negar que le encantaba esa nueva noticia, no dijo nada, se quedó sin palabras, Anakin lo miró un segundo más y luego se sentó en el escritorio, se le notaba exhausto, el chico se habría preguntado cuando había sido la última vez que había dormido una noche entera de no ser por que seguía demasiado estupefacto como para prestar atención a otra cosa.

Cuando hubo recuperado el habla se levantó y se acercó a Anakin, cuando lo tuvo enfrente el jedi lo miró esperando que dijera algo, pero en lugar de esto el chico se refugió en sus brazos aún sorprendido, Anakin no dudo en corresponderle.

Star Wars. Un Nuevo ComienzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora