Capítulo 18

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La habitación entera estaba a oscuras, salvo una pequeña luz proveniente de la luna, en lo profundo de la habitación había un niño, tenía las piernas recogidas y abrazaba sus rodillas, su mirada estaba perdida en la ventana.

Dentro de poco su hermana ya estaría muy lejos de su alcance, no sólo por la distancia sino también por la persona en la que estaba destinada a ser, una política, igual que su madre, mientras que él iba a ser un jedi como su padre, el chico temía que sus títulos los separaran, los políticos y los jedi nunca se llevaban, sus padres eran una gran excepción, y muy grande a decir verdad.

Su nueva vida como padawan iba a ser muy distinta de lo que él imaginaba, esa mañana había conocido a su próximo maestro, era un hombre de tez oscura y ojos profundos, era de una edad parecida a su padre, pero no se parecía en nada a él, se notaba a kilómetros de distancia que era un hombre estricto y de no ser porque estaba muy preocupado por su hermana ahora mismo estaría asustado por como serían las cosas con su nuevo maestro, a la mañana siguiente sería la selección de aprendices, todos los iniciados con la edad necesaria harían las prueba para seguir su entrenamiento como aprendices, a pesar de que aún no habían pasado las pruebas ya todos tenían un maestro fijo y para mala suerte del chico a él le había tocado el más estricto.

A la mañana siguiente se levantó temprano y se duchó, al terminar de alistarse salió de su habitación y se dirigió a la sala de entrenamiento principal donde se llevarían a cabo las pruebas.

Al terminar las pruebas Luke fue con su nuevo maestro a la sala de meditación correspondiente, Quink se sentó en un sillón y le dijo que se sentara, el chico se apresuró a sentarse enfrente del jedi.

—En lo que a mi concierne puedes hacer lo que quieras en tu tiempo libre, mientras estés en entrenamiento harás todo lo que yo te diga tal y como yo lo diga, sin quejas ni objeciones ¿entiendes?—Quink hizo una pausa en la que Luke asintió— todo lo que hagas tendrá consecuencias, buenas o malas, si decides hacerte el valiente y hacer las cosas a tu manera no quiero verte después lloriqueando, detestó las personas lloronas, haces algo mal y te aguantas ¿Queda claro? Cuando te diriges a mi me dices "maestro" o "señor" no miras a los ojos cuando hablas y no me interesa saber nada de tu vida personal, si no es sobre el entrenamiento no me preguntes ni me hables de nada ¿entendido?—decretó Quink con una mirada intimidante.

—Sí maestro.

—Muy bien, empezamos mañana a primera hora.

—Sí maestro.

—Puedes irte.

—Buenas tardes, maestro—iba a añadir algo más, pero se lo pensó mejor y con una pequeña inclinación se retiró.

A la mañana siguiente a primera hora tal y como le había dicho Quink estuvo listo, pero fue entonces cuando reparó en que no habían acordado un lugar, nervioso recorrió todo el Templo, desde las salas de entrenamiento en la planta baja hasta la enfermería, la parte más alta a la que se le permitía entrar, no encontró a su maestro por ningún lado, dándose por vencido volvió a la entrada de las habitaciones de los aprendices donde encontró a un muy enfurecido Quink, que lo miraba con el ceño fruncido.

—Menos mal que te dije que a primera hora, falta poco para el medio día.

—Lo siento maestro, no lo encon...

—Sin excusas, todas las mañanas me esperarás aquí a no ser que te diga lo contrario, te la perdono por ser la primera vez, nunca más.

—Sí maestro—respondió Luke mordiéndose la lengua para no replicar.

—Muévete tenemos mucho que hacer.

Lo tomó del brazo y lo llevó a rastras, Luke intentó soltarse, pero Quink lo agarraba muy duro, intento decirle que le estaba haciendo daño, pero en ese momento se encontraron con un maestro a quien el chico no conocía, él y Quink empezaron a hablar, pero Quink seguía sin soltarlo, y Luke no se atrevió a interrumpirlos.

Al terminar de hablar Quink lo guió hasta una de las salas de entrenamiento,y allí lo soltó, el chico se pasó la mano contraria por donde antes lo había estado agarrando el jedi, eso le dejaría una marca sin duda, sin preocuparse por eso empezaron a entrenar.

Ese día todo fue normal al igual que el resto de la semana, pero después de eso todo se vino abajo, Quink cada vez parecía más enfurecido, lo ponía a hacer mucho más de lo que le tocaba y lo hacía quedar mal con los demás maestros.

Un día Luke lo acompañó a una reunión del Consejo, en la reunión como era de esperarse el chico no dijo nada, tan sólo se quedó en silencio junto a su maestro, su mirada vagaba de un lado a otro sin detenerse en nadie en específico, quizá de vez en cuando volvía a ver al que estaba hablando o cosas por el estilo, pero eso no pareció gustarle a su maestro, quien le dirigía miradas asesinas cada vez que miraba a alguien directamente a los ojos, después de la reunión lo sacó a rastras de ahí y lo metió en la sala de entrenamiento de un empujón haciendo que perdiera el equilibrio.

—Si mal no recuerdo te dije que no se mira a los ojos a las personas, ¿o es que acaso hablaba conmigo mismo?—ironizó Quink.

—Yo no...—empezó Luke sin comprender.

La mano de Quink salió disparada a su mejilla en cuanto este empezó a hablar, el chico se llevó una mano a la mejilla herida sorprendido, no es como si nunca hubiera recibido una bofetada, sus padres se había salido de sus casillas un par de veces, pero era muy distinto sus padres a su maestro, además él no había hecho nada malo ¿o si?

—No me contestes, no quiero escuchar tus excusas.

—Per...

—¡Cállate! no quiero escucharte, te lo dije desde el primer día, no quiero oír excusas de ningún tipo, haces algo y te aguantas—dicho esto tomó lo primero que encontró y se lo arrojó.

Entre sorprendido y horrorizado el chico intentó esquivar lo que este le tiraba, al principio lo logró, pero Quink no se iba a dejar tan fácilmente, sin ninguna dificultad lo tomó de las muñecas y lo levantó, tomó una soga que había junto a la mesa y le amarró ambas manos a la espalda, después de esto lo amarró a una silla y le arrojó un balde de agua helada encima para que le doliera más el golpe, terminado esto siguió con lo que el llamaba "su trabajo de maestro" mientras el chico no podía hacer más que retorcerse y gritar.

Y las cosas no cambiarían mucho en los próximos años, esto hizo que el chico, un día hablador y simpático, pasara a ser tímido y callado.

Star Wars. Un Nuevo ComienzoWhere stories live. Discover now