Capítulo 28

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Al escuchar pasos en el pasillo se apresuró a dejar la esfera en su lugar y alejarse del escritorio, pero al abrirse la puerta, apareció Keithlin no Anakin, soltó el aire que estaba conteniendo y saludó a la mujer. Una pequeña sonrisa se asomó en el rostro de Keithlin.

—¿Así que te pesque con las manos en la masa?—preguntó Keithlin, divertida.

—¿Cómo?—preguntó el chico, que jamás había escuchado ese terminó.

—Significa que te encontré haciendo algo que no debías—se apresuró a explicar la jedi.

—¿Qué le hace pensar eso?—preguntó Luke, temiendo que se lo hubiera dicho a su padre.

La sonrisa de Keithlin se hizo aún más amplia.

—Soy la tercera de nueve hermanos, créeme, se muy bien cuando intentan ocultar algo que no debieron de hacer.

Luke no dijo nada.

—Descuida no le diré nada a tu maestro— añadió Keithlin tomando la esfera que había en el escritorio.

Eso le bastó a Luke para saber que lo había descubierto, le dirigió una tímida mirada de agradecimiento.

—Ven, te llevaré con tu madre.

—¿Y mi maestro?—preguntó Luke.

—En una reunión del consejo—contestó Keithlin— ¿Necesitas ayuda?—añadió al ver que al chico se le dificultaba moverse, el joven estaba a punto de negarse, pero Keithlin no le dio tiempo de replicar cuando ya le estaba ayudando.

—Yo puedo solo.

—Eres tan malo mintiendo como tu maestro—comentó Keithlin, pasándose el brazo de este por su hombro.

El chico hizo ademán de replicar, pero Keithlin se le adelantó de nuevo.

—Como ya te dije tengo ocho hermanos, o al menos los tuve, y pregúntales cuantas veces lograron hacerme cambiar de opinión.

—Ya, ya, ya entendí—dijo Luke—Entre más te conozco más me recuerdas a mi madre—comentó el chico después de un rato.

—¿En que sentido?—preguntó Keithlin, divertida.

—Igual de mandonas—contestó Luke, entre serio y divertido.

A penas y pudo esquivar el manotazo que le envió Keithlin, antes de recibir un coscorron de parte de su madre.

±¿Mandona yo?—preguntaron ambas a la vez.

—¡Oh no! ¡yo!—repuso el chico con ironía.

No tardó en recibir dos miradas amenazantes de parte de las dos mujeres.

—Jummm. Mejor vayamos a mi habitación antes de que cambie de opinión y te mande a tu habitación y no te deje salir hasta que no pienses en lo que hiciste—dijo/ordenó Padme finjiendo estar lo más seria posible.

Keithlin extendió un puño y Padme se lo chocó entre divertida y severa, aunque no engañaba a nadie, estaba a punto de reírse.

—¿Nos acompañas Keith?

—Gracias Padme, pero tengo trabajo que hacer— dicho esto se despidió y volvió por donde había venido.

Padme tomó el lugar de Keithlin y lo ayudó a llegar a la habitación, al llegar lo sentó en el borde de la cama y se sentó ella en el sillón de enfrente.

—¿Tienes hambre? ¿Quieres comer algo?

A lo que Luke rechazó con un gesto.

—Estoy bien—dijo el chico respondiendo a la pregunta muda de su madre.

Star Wars. Un Nuevo ComienzoWhere stories live. Discover now