Capítulo 40

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El silencio invadió la habitación durante un tiempo, después ninguno sería capaz de decir cuanto tiempo habían tardado así, pudieron ser segundos, minutos, quizás horas, pero para ellos fue eterno.

Este silencio se vio interrumpido por un sollozo de parte de Leia, esto hizo que Anakin volviera a la realidad, se puso el sable en el cinturón y miró a su alrededor, Luke estaba tirado en el piso a escasos centímetro de la puerta, estaba sangrando en la frente debido al golpe que se dio cuando Padme lo empujó, pero esto no parecía molestarle, por su expresión Anakin supo que el chico hacia lo imposible por permanecer despierto, estaba demasiado débil, Anakin pudo notarlo con tan sólo mirarlo.

Leia seguía junto a Anakin, las lágrimas que llevaba tanto tiempo conteniendo ahora corrían libres por sus mejillas, la chica se dejó caer de rodillas y lloró en silencio un buen rato, a ella al igual que su hermano se le notaba débil, tenía el cuello cubierto de sangre y el cabello se le pegaba a la cara ocultando su rostro, Anakin se inclinó junto a ella y la atrajo hacia sí, la joven soltó un sollozo ahogado a la vez que se abrazaba a su padre.

—Tranquila, shhh, está bien, ya está bien—la chica lloró un rato en su regazo hasta que Anakin la separó un poco y le puso una mano en la barbilla, pero la joven negó con la cabeza—shhh, sólo quiero ver que tan profundo es, déjame ver—Leia quiso negarse pero no se atrevió y levantó la cabeza.

Anakin examinó la herida sin llegar a tocarla, no podía decir nada sin antes lavar la herida pero a simple vista le pareció que no era tan profunda.

—Está bien, sólo necesitas limpiarla.

Dicho esto le depositó una beso en la mejilla con cariño y se levantó ayudando a la joven.

—Iré a... lavarme—murmuró la joven limpiándose la cara.

Al jedi no le gustaba la idea de que la chica anduviera sola por la casa antes de que él se asegurara de que no había nadie más allí, pero en ese momento tenía que atender a Luke y por alguna razón sabía que ya no habrían más problemas.

Observó en silencio a la chica mientras esta salía, sólo entonces se acercó a Luke, el chico ahora tenía los ojos cerrados y descansaba la cabeza en el piso, al pararse Anakin a su lado el chico abrió los ojos y lo miró, él también estaba asustado pero había aprendido a ocultarlo, Anakin se había encargado de eso, Anakin se puso de cuclillas a su lado y le pasó una mano por el cabello, Luke cerró los ojos un segundo con gesto cansado.

—¿Puedes levantarte?

El chico abrió los ojos y hizo intentó de moverse, pero estaba demasiado débil como para tan sólo pensar en levantarse, miró de un lado a otro negando, ni siquiera era capaz de hablar, Anakin lo tomó de los brazos y lo levantó, fue hasta la habitación de este y lo dejó en la cama.

Anakin le apartó el cabello de la frente y le miró la herida, no era más que un rasguño, fue al baño y volvió dentro de un rato con una tualla húmeda y le limpió la herida, al terminar el chico se lo agradeció con una mirada, una mirada que reflejaba mucho dolor, Anakin le acarició la mejilla un momento, dentro de poco Luke no pudo contener las lágrimas por más tiempo y estas empezaron a rodar por sus mejillas.

—Descuida, la traeré de vuelta— murmuró Anakin limpiandole las lágrimas que recorrían sus mejillas.

Se quedaron así un rato hasta que el chico se durmió, lo cual no le llevó mucho tiempo, Anakin se levantó y salió de la habitación, al pasar junto a la habitación de Leia se detuvo, abrió la puerta y asomó la cabeza, la chica estaba acostada dándole la espalda, a simple vista parecía que estaba dormida, pero Anakin supo que no era así debido a su respiración agitada, en silencio entró en la habitación y se acercó a ella, se sentó en el borde de la cama y le puso una mano en la cabeza, la joven cerró los ojos con fuerza.

Hace mucho tiempo que no se sentía así de asustada, por primera vez en mucho tiempo recordó que no estaba sola, y que había personas que velaban por ella, a pesar de que en Naboo le habían dado todo lo que ella necesitaba y más, ese lugar no era su hogar, las doncellas y la reina eran muy buenas con ella, pero ninguna de ellas era su familia, y ahora que había vuelto con su familia se daba cuenta de ello, de lo mucho que los necesitaba y de que su hogar no era Naboo, ni tampoco Coruscant, su hogar estaba con su familia, con su hermano, y después de eso no podría volver a Naboo, no le importaba como o por qué, pero en ese momento lo decidió, no volvería a alejarse de las personas que le importaban, no volvería a dejar a su hermano, este lo había dado todo por ella, y ella lo había abandonado a la primera de cambio, ese fue su mayor error, si ella no se hubiera ido quizá él no hubiera tenido que pasar por todo lo que había pasado solo, y ahora que por fin volvía a sentirse en paz sucedía esto, su hermano demasiado débil como para tan sólo pensar en que podría caminar prontamente, y su madre desaparecida y raptada por esos hombres, jamás se había sentido tan inútil en toda su vida, y al ver a su padre allí entendió que él se sentía exactamente igual.

—Ayúdame a ser útil, me cansé de ser una carga, ¿qué puedo hacer para ayudarte a cuidar de Luke y buscar a mamá?—le pidió Leia en voz baja aún dándole la espalda.

Anakin se inclinó hasta quedar a su altura y le murmuró al oído.

—La única ayuda que yo necesito es que tú estés tranquila y no tengas miedo.

—No puedo hacerlo—sollozó Leia con un nudo en la garganta—entre más pienso en ello más miedo me da, ¿qué sucede si Luke no mejora? ¿o si le hacen algo a mamá?

Anakin le paso una mano por el cabello peinandola con los dedos.

—No pienses en eso, nada de eso sucederá mientras yo pueda evitarlo— le aseguró Anakin en voz baja— te juro que encontraré a Padme y la sacaré de donde que sea que este, aunque eso me cueste la vida, pero ten por seguro que la traeré de vuelta—le prometió Anakin.

Y esa era una promesa que pensaba cumplir.

Star Wars. Un Nuevo ComienzoWhere stories live. Discover now