Capítulo 48

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Poco después de que la reunión diera inicio Keithlin y Ashoka interrumpieron la reunión con su llegada, con una pequeña inclinación de parte de las dos, ambas se disculparon y se apresuraron a tomar sus lugares, Keithlin en un asiento vacío junto a Yoda mientras que Ashoka se quedó de pie junto a sus compañeros. Tras recuperarse de la interrupción Enyel tomó la voz cantante y empezó a relatar lo sucedido, Anakin lo escuchó en silencio sin objetar nada. La situación empezaba a salirse de sus manos, primero los atentados contra Padme, y ahora contra el senador Organa; Obi-Wan tenía razón, si esto seguía así pronto se quedarían sin senadores, y definitivamente no podían permitirse esto, no podían permitir perder a las únicas personas que aún lograban mantener la cordura de los habitantes desesperados de la República. Anakin no pudo evitar sentirse mal al escuchar que el jedi que acompañaba a Enyel había terminado atravesado por un sable de luz, sabía que no debía preocuparse por eso, que no era digno de un jedi, que ni siquiera lo conocía; pero él no era como los demás jedi, él no podía evitar sentirse mal por todas las muertes ocasionadas por las guerras, y se sintió peor al escuchar que uno de los aprendices que los acompañaban había resultado herido y ahora se encontraba en muy graves condiciones.

 Obi-Wan sintió su frustración y se apresuró a colocarle una mano en el hombro con un suave apretón, Anakin se volteó y lo miró, su antiguo maestro negó con la cabeza levemente, Anakin sabía muy bien lo que este trataba de decirle, pero no podía evitarlo, Obi-Wan no lo comprendía, él jamás lo había logrado comprender, después de todo Obi-Wan no tenía una familia o una unión con alguien que corriera peligro inmediato a excepción de él mismo quizá.

En un momento dado su mirada se cruzó con la de Keithlin, el rostro de ella mostraba la misma pena que el de Anakin, si había una persona en ese lugar que lo comprendía era ella, después de todo ella también tenía una familia que la esperaba en casa, una familia a la que debía proteger y cuidar.

En cuanto el joven jedi dejó de hablar murmullos empezaron a escucharse en la habitación, definitivamente  todos estaban de acuerdo en algo, debían hacer algo al respecto, y debían hacerlo ahora.

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Después de muchos intentos Luke logró llevar al pobre chico a una habitación para que pudiera descansar, no fue trabajo fácil, pero entre él y su hermana lograron alejar al chico de Mina, Leia se adelantó para buscar a Keithlin mientras que Luke llevaba casi a rastras a Dekel hasta su habitación, al llegar lo sentó en el sillón y le tendió un vaso con agua, el joven bebió en silencio y despacio, aún parecía muy afectado y no había logrado articular una sola palabra desde hace un buen rato, Luke no supo que hacer así que espero a que Keithlin llegara, para ver que podía hacer ella.

Leia recorrió todo el lugar como un rayo hasta llegar a los aposentos de la mujer, pero no la encontró allí, la buscó en su oficina, en la de su padre, en el hangar, en la sala de reuniones, pero nada, en ningún lugar estaba, dándose por vencida la chica volvió con su hermano y Dekel.

Al escucharla entrar Luke la miró esperando encontrar a Keithlin con ella, pero Leia negó con la cabeza.

—Lo siento, no la encontré por ningún lado.

Iba a añadir algo más, pero en ese momento la puerta de la habitación se abrió de par en par dejando ver a Wink.

—¿Se puede saber en donde se encuentra su maestro? ¿o es que acaso eso también es confidencial?—preguntó el hombre recién entró sin molestarse en saludar.

Luke le sostuvo la mirada sin vacilar, entre más lo conocía más estaba seguro de que no le caía bien.

—Mi maestro salió hace unas horas, y no sé a que hora volverá, y a no ser que sepa en donde está la maestra Gronsp, puede salir de mis aposentos—le espetó Luke molesto.

El hombre estudió la habitación un momento en silencio deteniéndose en el chico en el sillón, por un momento sus ojos parecieron mostrar... ¿compasión? ¿cariño?

—Tú eres el hermano de la niña que llegó esta mañana.

No era una pregunta, pero aún así el chico asintió sin despegar la mirada de su vaso.

—Mmmm, ya veo—Luke estuvo a punto de despacharlo de nuevo, pero Leia lo detuvo con una mirada.—Se ve que es una niña muy valiente—al decir esto le colocó una mano en el hombro de forma tranquilizadora, con el contacto Dekel pareció tranquilizarse, ya que volvió a poner el vaso en su lugar y respiró hondo—Y fuerte, sobrevivirá—esto lo dijo en voz baja, se podría decir que con dulzura. 

Se separó del chico y volvió sobre sus pasos.

—Dile a tu maestro que lo necesito, y que en cuanto deje de estar ocupado haciendo nada me busque—añadió volviendo al tono grotesco y tosco que lo caracterizaba.

Dicho esto salió de la habitación dejando a los mellizos boquiabiertos sin poder creer lo que acababan de presenciar, ambos intercambiaron una mirada confundidos, ¿Wink comportándose cariñoso con Dekel? definitivamente ahí había algo extraño.

Leia se sentó en el borde del sillón.

—¿Quieren comer?

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Star Wars. Un Nuevo ComienzoWhere stories live. Discover now