Capítulo 36

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Anakin se levantó y lo miró a los ojos, la sombra de su mirada se reflejado en el rostro del chico.

—Lárgate, él no tiene nada que ver contigo, deja de molestarlo— le espetó Anakin con rabia.

—Vamos maestro Skywalker un gran jedi como usted no debería enojarse— su voz sonó áspera y amenazante, Anakin se contuvo para no dejar caer toda su furia sobre él, después de todo él tenía razón, era un jedi.

—Esfúmate.

—Si tú quieres, pero no me digas que no te lo advertí.

Un segundo despues el sith abandonó la mente del muchacho, pero esto no mejoró nada, todo lo contrario, en cuanto el hombre lo dejó el chico empezó a gritar y gritar aún más, por más que Anakin le hablara, lo abrazara, le consolara, no importaba lo que hiciera, el chico no paraba de gritar, más de una vez Anakin escuchó pisadas en el pasillo, pero siempre se detenían antes de llegar, y había veces en las que escuchaba a la joven intentando librarse del agarre de su madre, pero nunca llegaba a su destino.

Ya se podían ver los primeros rayos de sol cuando el chico se quedó sin voz y se desmayó Anakin lo tomó a pocos centímetros del suelo, lo acostó en la cama y lo arropó, el chico estaba demasiado pálido y no dejaba de temblar, aún inconsciente el muchacho no dejaba de quejarse entre dientes, Anakin le acarició el cabello con cariño, en verdad esperaba no encontrarse a Quink un día cercano, él mismo se encargaría de que pagara por sus crímenes.

En la otra habitación una niña lloraba desconsoládamente en el regazo de su madre.

—Shhh, tranquila, ya todo estará bien—intentó consolarla Padme, aunque ella misma lloraba.

No se explicaba como o por qué, pero de un pronto a otro el chico había empezado a gritar y hasta el momento no se había callado, y con él la joven no dejaba de llorar, fue entonces que los gritos cesaron, la chica hizo ademán de ir a la puerta pero Padme la detuvo.

—Quédate aquí.

—Pero...

—Shh, escuchame, Luke estará bien, pero ahora necesita ayuda, y no puedo ayudarlo si estoy ocupada aquí contigo, quédate aquí, por favor, descansa, iré a ver a Luke, ¿está bien?

La chica asintió vacilante, Padme la atrajo hacia sí y le beso la cabeza.

—Descuida, todo estará bien.

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Entró a la habitación y lo primero que vio fue a Anakin de rodillas junto a la cama con la cabeza entre las manos, en la cama estaba el muchacho, su rostro estaba muy pálido y su cuerpo temblaba.

Anakin no se volvió al escucharla entrar, ni hizo nada cuando ella se sentó al borde de la cama y tomó la mano de su hijo con cariño. Padme acarició el cabello de su esposo y lo abrazó con lágrimas en los ojos, Anakin dejó caer su cabeza hacia delante y permitió que lágrimas silenciosas recorrieran sus mejillas, cosa que hasta el momento no había atrevido a hacer en frente de su hijo, estaba cansado de no poder hacer nada por el muchacho, y aún más de no poder detener al sith, Padme le despeinó el cabello con cariño y le besó la frente a su hijo, se quedaron así un rato sin querer estar en ningún otro lugar.

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Pasaron dos días y no habían cambios en el muchacho, temblaba constantemente, sudaba frío, se quejaba de dolor y no despertaba.

Ambos padres estaban preocupados, pero ¿qué más podían hacer? el mayor problema era que Leia no era de la misma opinión.

Ambas mujeres estaban desayunando en el comedor, después de pedir a C-3PO que cuidara al chico Anakin se les unió, comieron en silencio un largo rato hasta que la joven no pudo aguantarlo más y dejó caer el tenedor en el plato haciendo un gran escándalo, ambos adultos la miraron.

—¿Cómo es que están tan tranquilos mientras Luke está así?

Anakin se pasó una mano por el cabello con gesto cansado, iba a decir algo pero Padme se le adelantó.

—¡No estamos tranquilos! No se puede estarlo mientras que mi hijo está así y es un injusticia de tu parte pensar eso, tu padre y yo hemos pasado las últimas noches en vela para cuidarlo, hemos hecho de todo para intentar que mejore, pero nada sirve, y las cosas empeoran si tú te dedicas todo el día a ignorarnos y echarnos la culpa de todo.

Leia no fue capaz de sostener su mirada, apartó la vista con furia y se arrecostó en la silla cruzada de brazos, ambos adultos siguieron comiendo, después de un rato Anakin levantó la vista de su plato y miró a Leia quien seguía cruzada de brazos sin querer comer.

—Come—dijo Anakin en voz baja.

Leia hizo caso omiso de su orden y siguió con lo suyo, Anakin dejó el tenedor en el plato y miró a la chica con una mirada severa, esta le sostuvo la mirada unos segundos, aunque al final la apartó.

—No tengo hambre.

—Ya empiezas como Luke—comentó Anakin con el ceño fruncido—tienes que comer.

—Pero...—empezó Leia, pero Padme la silencio con una mirada.

A regañadientes la chica se terminó su comida y sin detenerse en pedir permiso se levantó de la mesa y fue a la habitación de su hermano, al verla entrar C-3PO se apresuró a salir.

A paso lento se acercó a la cama y se sentó en la orilla, tomó su mano entre las suyas, se la llevó a los labios y la beso.

—¿Por qué me haces esto?—preguntó Leia con lágrimas en los ojos—vuelve, por favor, te necesito.

Dejó caer la cabeza en su pecho y cerró los ojos con fuerza, gruesas lágrimas rodaron por su mejilla hasta perderse en su barbilla.

—Tú eres más fuerte, vuelve a mi, por favor—le suplicó la chica en silencio.

Esto fue lo que encontró Padme al llegar a la habitación, la dejó ahí un rato hasta que la chica perdió la compostura y empezó a sacudir al chico fuertemente gritándole que despertara.

Padme se apresuró a intervenir y se llevó a rastras a la chica, quien sollozaba desconsoladamente, poco después de que ambas se fueran el chico se movió en sueños y llamó a su hermana, con la misma desesperación con la que la chica lo llamaba en estos momentos.

Star Wars. Un Nuevo ComienzoWhere stories live. Discover now