Te Entregare Mi Corazón - [Completado]

Capítulo 36: Faltas tú

Este corrió hacia el fregadero vacío, vomitando al instante, mientras en su mente pensaba hasta el mal del que la castaña iba a morir.

Se dirigió a su cuarto, cambiándose de ropa y tomando las llaves de su mesita de noche, con ella la escopeta que tenía guardada en el almario. Salió de su habitación, cogiendo el móvil, y dirigiéndose a la salida de la casa, marcando el número de Calle nuevamente.

- Estás jugando con fuego, juró que te haré quemar viva - este gruño una vez la chica le contestó.

📲 - Entonces será divertido, tú sabes, bailar en tus cenizas - está comentó con un tono de malicia, cambiando el rumbo de las palabras del chico.

Este gruño, golpeando el guía con el celular, finalizando la llamada y arrojándolo hacia el asiento del pasajero.

------- Con Calle -------

La chica sonrió a la llamada, antes de dejar su expresión ponerse sería, llevando su móvil hacia su bolsillo. Entretanto dejando su vista moverse hacia el vehículo frente a ella, abriendo la puerta del atrás, y tomando al chico por las piernas, arrastrándolo hacia la casa abandonada del bosque.

La casa estaba decaída, no tenía puerta ni ventanas, las hojas secas eran vistas en todo el suelo, enredaderas invadian el sintio por las rupturas que tenían las paredes y el techo.

Los ruido inentendibles de un chico captó su atención, llevando su mirada hacia el lugar de donde provenían.

- Mario, si hablas enojado se me hará difícil entenderte - está comentó con suavidad, dejando que cualquiera que la escuchara, se estremeciera.

Calle dejo su vista bajar, observando la sangre saliendo de su boca, por la ausencia de su lengua, manchando todo su torso.

Juanpa empezó a levantarse, y la castaña lo sintió, pateando al chico en la cara al darse la vuelta, causando que golpeara la parte trasera en la pared cerca, volviendo a dejarlo inconsiente, con nueva sangre manchando el suelo.

La castaña amarró al chico; cuatro sogas, atando el cuerpo de este, tenía una en la mano izquierda, atada a la pared, otra en la mano derecha, atada en la otra pared, de la misma manera que estaban sus pies.

- ¿Que haré contigo? - Comentó en un tono cantado, mientras caminaba hacia Mario, quien estaba sentado en una bañera con agua, amarrado a esta para que no pudiera salir, mientras encima tenía dos maderas, aguantando una lata de ácido.

Esta levanto la mano, moviendo el dedo y golpeando levemente la lata, dejando un poco del líquido caer en el agua, ocasionando que el chico se horrorizara más al ver que el líquido se acercaba a él.

- Me preguntó si te excitaria ver tu cara de horror, de la misma manera que te exitaba viendo la de la chica - pegándose a su pecho, causando un horrible grito de dolor salir de sus labios.

Luego de sonreírle, se levantó caminando hacia donde se encontraba Twan, el chico estaba en una silla, en la esquina de lo que antes hubiera sido la sala del hogar. Tenía una estela de sangre seca recorriendo desde donde una vez estuvo su oreja hasta donde terminaba su mentón.

El sonido de un vehículo llamo su atención, y Juanpa lo escucho, gritando por ayuda; lo cual la chica no se lo tomo muy bien, sacando una cuchilla de la bota.

- ¿Quieres gritar? Te daré una razón para que lo hagas - Gruño acercándose al chico, con unos ligeros movimientos, corto varías linea en su torso, antes de cortándole el miembro, seguido de esto se lo introdujo en la boca - No vas a salir con vida de aquí, no importa cuanto llores - Está finalizó, sacudiendo la sangre de la cuchilla y volviéndola a guardar.

Caminó hacia lo que una vez era el mostrador, tomando la pata de cabra, dejando el metal causar un escalofrío por su cuerpo, antes de esconderse.

Sebastián se bajó del carro, cargando la escopeta, mientras caminaba hacia el sitio. Entrando a este, paralizándose al ver a Juanpa. Bajó la guardia, acercándose al chico.

- ¿Que te han hecho? - Este preguntó horrorizado con el aspecto del chico, viendo la sangre saliendo de él hasta empezar a formar un charco debajo de este.

Juanpa empezó a dejar sonidos desesperados salir, posando su mirada detrás del chico, antes de poder empujar lo que tenía en su boca, dejando salir un grito lleno de dolor, miedo y desesperación.

- ¡DETRÁS DE TI! -