Capítulo 50: Terminando con el trabajo

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- Valentina, necesito pedirte un favor - Calle comentó con seriedad después de unos segundos, dejando la habitación en silencio.

Antes de poder proseguir con lo que pensaba, los ruidos de afuera de la habitación invadieron el lugar, causando que las tres observaran hacia la puerta con curiosidad.

Ramón brinco al suelo, parándose justo frente a la puerta para gruñir, y ladrar.

– R-Ramon, alejate de la puerta – Poche tartamudeo sin poder evitar el miedo que la comenzaba a invadir, al escuchar uno que otro disparó provenir de afuera.

Valentina se acercó al cachorro con la intención de tomar a este entre sus manos y evitar que le pasará algo, puesto que ya de por si estaban rompiendo una regla al traerlo.

Al aguantarlo y volver a incorporarse el silenció volvio a caer en el edificio, dejando a las tres chicas congeladas aún sin poder aoartar la mirada de la puerta.

Cuando Calle decidió, que la tensión se estaba convirtiendo demasiada, aclaró la garganta con la intención de hablar, la cual fue interrumpida al ver como la puerta se abría.

Al momento que esta se abrió, Ramón salto de los brazos de Vale, corriendo fuera de la habitación.

– ¡Ramón! – Valentina grito, con la intención de seguirlo, solo siendo interrumpida por la enfermera que había abierto la puerta.

– Debo recordarles que no se permiten mascotas en un lugar como este, y segundo, hay alguien en el edificio con arma, así que les pediré que no salgan de la habitación – Esta comento intentando de mantener toda la calma posible, a pesar de que se le notaba como su cuerpo temblaba levemente.

Las tres asintieron, observando como esta las observaba con seriedad. Los ladridos de Ramón se hicieron más persistentes, acercándose de nuevo al cuarto,

– Pulgoso irritante, ya cierra el hocico – Se escucho, seguido de otro disparó y un chillido adolorido.

Este quejido ocasionó que Calle se levantara bruscamente, frunciedo al sentir el dolor recorrer todo su cuerpo, haciéndola tambalearse un poco. Poche de igual forma se habia levantado, observando a Vale quien sin pensarlo abrió la puerta, dejando salir un grito una vez afuera.

La peli-azul, observó a Calle quien apenas podía estar estable, camino hacia ella – Amor, vuelve a recostarte, prometo volver en seguida – Esta finalizó depositando un beso en los labios de la chica, antes de salir de la habitación.

Calle negaba con la cabeza, sentía un hueco en su pecho, y un mal sabor en su boca, mientras maldecía los cables que la aguantaba, y el estado tan decrépito de su cuerpo. Se sentó en el borde de la cama, la ansiedad y los nervios apoderándose de su cuerpo, mientras su ojos cambiaban rumbo desde el reloj, hasta la puerta.

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Poche salio de la habitación, llevando sus manos a su boca, una vez observó a Valentina en el suelo con el cuerpo sin vida del cachorro en manos. Quien había dejado un rastro de sangre en el suelo, desde donde estaba el causante de su muerte, hasta la puerta de las chicas.

– A ti te estaba buscando – La voz macabra de la peli-negra se volvió a escuchar, lanzando un escalofrío recorrer el cuerpo de la peli-azul.

– ¡¿Porque mierdas haces esto?! – Valentina grito entre sollozos, mientras acariciaba la cabecita del cachorro, intentando desesperadamente traerlo de nuevo a la vida.

– Deja de llorar, es solo en perro – Matu burló, complacida con los rostros destrozados de las chicas.

– ¡Era mi hijo! – Poche gruño enojada, dando uno que otro paso hacia al frente – Fue un regalo de Calle, no se cual es tu obsesión con querer vernos mal – Esta finalizó sintiendo como las lágrimas se desprendían de sus ojos, recorriendo su mejilla.

Matu sonrió bajando el arma que tenía en manos, caminando despacio hacia ambas chicas.

– Yo solo quiero a Calle, pero observar el rostro de ustedes así, causa que mi cuerpo se estremezca y no me cansó de esta imagen – la peli-negra comento relamiendo su labio inferior – Me pregunto cual sería la expresión de tu rostro si le disparó a tu hermana  – sonrió de lado, una expresión sádica haciéndose presente.

Poche gruño, mordiéndose la lengua, mientras se paraba justo al frente de su hermana, quien aún no salía del shock, luego de tomarle tanto cariño al cachorro.

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Calle se encontraba más que inquieta, se estaba tardando demasiado para su gusto, sin poder aguantarlo, tomó los tubos que se visualizaban en sus manos, y los arranco todos de una, causando que la sangre, brotara de las heridas, y recorrieran su brazo hasta el suelo. Con pezades y cansancio se empujó hacia la puerta, gruñendo de dolor con cada paso. Al llegar a su primer destino, que abrio la puerta, el sonido de un disparo llego a sus oidos, congelándose en su lugar, mientras observaba como el suelo blanco se cubría de una sangre nueva.

Te Entregare Mi Corazón - [Completado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora