Capítulo 34: Esta desgraciada

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A la vez que retira aquella prenda que tanto la fastidiaba, sonrió de lado mientras llevaba su mirada hacia el rostro ajeno, admirando como este se tornaba de diferentes sobras rojas, hasta el punto de llegar al tono carmesí, mientras se mordía el labio inferior, y mantenía los ojos cerrados, dejando salir uno que otro suspiró. Esta imagen le pervertía más la mente a Calle, quien no podía controlar sus impulsos, al querer capturar los tan tentadores labios de la contraría con los suyos, pero al momento de inclinarse hacia al frente, unos ruidos invadieron su momento, deteniendo a ambas en lo que hacía, llevando su mirada hacía la puerta.

- ¡NO SOY NIÑERA DE NADIE! - La voz irritada de Juliana se escuchó opacado por la puerta de madera, seguido de unos pequeños ladridos que confrontaban el grito de la chica.

Calle gruño frustrada, y de mala manera, puesto a que sus deseas pecosos tendrían que esperar para otro momento, a lo que la peli-azul no era quien para aguantar la risa que invadía de repente aquella habitación. La castaña se retiró, acomodándose la camisa para que pareciera algo normal, mientras caminaba hacia la puerta, una vez la abrió se encontró con una Juliana con una expresión inquisitiva, observando a sus pies, dejando ver al perrito sentado en sus dos patas traseras, entretanto movía las dos delanteras frente a él, pidiendo que lo cargarán.

- Eres una espanta polvo - Calle gruño acuclillándose y tomando al pequeño con delicadeza entre sus manos, mientras caminaba nuevamente a la cama.

- ¿Eh dañado algo? - Preguntó la chica confundida levantando una ceja, al permanecer observando a la pareja.

- Para nada - Poché comentó con una sonrisa en su rostro, y un tono burlón que no pasó desapercibido por la castaña, quien volvió a gruñir murmurando algo ininteligible, entretanto depositaba al perrito en las manos de  Poché.

Juli asintió con lentitud e inseguridad, al no estar del todo confiada de lo que la peli-azul le comentó, al percatarse de como Calle la observaba con la mirada, jurando que si las miradas matasen, ella estuviera tres metros bajó tierra, quien sabe si más profundo - Entonces... - Está empezó aclarando  su garganta, y desviando la mirada hacia Poché, intentando de romper la tensión entre ellas - ¿Cómo se llama el pulgoso? - preguntó.

- Ramón - la peli-azul contestó simple sin pensarlo, colocando al perrito en la cama y jugando comenzando a jugar con él.

- ¿Ramón? - Calle burló llevando una mano hacia su boca intentando de aguantar la risa - ¿En serio? - Está pregunto incrédula, mientras depositaba sus ojos en los de la chica, y levantaba una ceja.

- ¿Algún problema? - Preguntó la chica observando a la castaña mientras fruncía el ceño, haciendo un puchero, la castaña levantó ambas manos en defensa y con una sonrisa negó con la cabeza.

- Sentenciaste al perro al suicidio con ese nombre - Está burló, y el cachorro gruño.

- A él le gusta - La peli-azul reprochó cruzando los brazos, enfrente de ella apuñalándola con la mirada.

- De la misma forma que a ti te gusta tu ridículo apodó - Calle volvió a bufarse, inclinándose y tomando a la chica por el mentón, depositando un beso en la nariz de la chica,para luego caminar hacia la puerta.

- Eres una idiota - Poché comentó entre dientes, mientras sentía sus mejillas arder un poco.

- Así me amas - La castaña respondió con un tono victorioso.

- ¿Cuando es que dijeron que se iban a casar? Ya solo le falta el anillo de lo tanto que discuten - Juliana comentó moviendo los ojos en irritación, mientras mantenía un leve sonrisa en sus labios, dejando a ambas chicas calladas - Se levantó - Comentó seguido observando a la castaña, cambiando por completo el tema.

Te Entregare Mi Corazón - [Completado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora