Capitulo 3: La curiosidad mata al gato

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– ¿Pero que diablos te pasa? – Grito furiosa Erika, llamando la atención de Paula.

– Pues... A la verdad nada – Paula contestó hundiendo los hombros, sobándose el brazo.

– No te preguntaba a ti – Erika comentó irritada, moviendo los ojos en notable disgustó.

– Oh, ¿me hablas a mí? – Calle contestó como si no supiera nada, antes de observar hacia el salón, y ver a un profesor levantando una ceja, con la mirada preguntando algo – Pues que pena, tengo que entrar al salón – Está finalizó, dándose la vuelta y entrando al aula, ignorando los gruñidos de la contraria – Nos vemos luego, chica – Fue lo último que añadió, dirigiéndose a Paula.

– Hasta luego Calle – Comentó Paula despidiendo la con la mano, antes de darse la vuelta, viendo a Erika que la observaba con una mirada penetrante.

Calle pudo escuchar como la tal Erika le reclamaba a Paula sobre lo sucedido, pero decidió darle vista larga e ignorarlo, sentándose en una de las silla más alejadas de la parte frontal.

La castaña miró por la ventana, solo para empezar a dejar sus pensamientos divagar, en la peli azul que había visto, sintiendo como su corazón daba un brinco, al recordar el rostro de la chica, con un sentimiento de irritación hacia la que la lastimó.

-----Con Poché-----

Poché había entrado al baño, mirándose en el espejo, observándose los rasgos, sacudió la cabeza, y prendió la pluma, juntando sus manos para poder acumular el agua y limpiar su cara; con toda calma, se retoco el maquillaje, intentando de hacer lo más posible de que no se vieran los moretones.

Luego de terminar, recogió sus cosas y se marchó al salón que le correspondía. El cual era química, al entrar, el maestro la observó de arriba abajo, con una mirada juzgadora.

– Buenas noches, ¿Cuáles son estas horas de llegar? Srta. Garzón – El profesor comentó retirando un poco sus espejuelos.

Calle llevo su mirada hacia al frente, escuchando la voz de una chica, y levantó una ceja.

Poché miró hacia el suelo – Disculpa profesor, no volverá a pasar – comentó con un tono tímido.

– No creo que debería regañarla, después de todo no fue su culpa – La castaña defendió sin interesarles las miradas que recibía.

Este jadeo incrédulo – ¿Que sabrás tú, apenas acabas de llegar?  – observando a la castaña.

– Y me doy cuenta en el primer día, que eres un arrogante – Calle desafío, dejándole una mirada penetrante.

Este se quedó  callado, aclarando su garganta – Te lo dejaré como advertencia, para la próxima que vuelva a faltarme  el respeto, te irás a la oficina, junto con ella – finalizó para seguir escribiendo en la pizarra.

Poché, llena de nervios, no quiso ni saber quién la estaba defendiendo por lo que sin levantar la vista, dejo que sus pies la llevaran a su asiento; pues era un recorrido que tenía familiarizado, ignorando las risas y murmullos de sus compañeros, sin percatarse de la presencia de una castaña. Una vez se sentó en su silla, cruzo los brazos y bajo la cabeza.

La castaña se quedó pensando »¿Como es que una chica tan hermosa, pase por todo esto?« se dijo a si misma, observando la espalda de su compañera, ya que está se había sentado alante de ella, sin darse cuenta.

Calle se percató de que la peli azul, había empezado a temblar; un casi inexistente temblor para el que no prestará atención, pero como en ese momento toda su atención estaba en la chica, se pudo percatar de ese pequeño detalle, que causó que ella reaccionara y se inclinara hacía adelante, con delicadeza, susurrándole al oido.

Te Entregare Mi Corazón - [Completado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora