Capítulo 21: Te hare recordar

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Calle fue montada a la ban negra, junto con la mayor.

– ¿Por que buscarme de esa forma? Ahora todos van a hablar de mi – la castaña gruño una vez se cerró la puerta.

– Tienes suerte de que no van a estar hablando de tu muerte, por qué pensé matarte allí mismo – Está finalizó desinteresada y amenazante.

– ¿Para donde vamos de todas maneras? – Está preguntó mirando por la ventana.

– Hacia tu primer cliente – está comentó simple, desviando su mirada hacia su móvil.

– ¿Cómo que primer cliente? – Está preguntó sería, escondiendo lo aterrorizada que se encontraba.

Hoffman levantó la mirada, depositandola en la chica – ¿Tienes... Miedo? – está preguntó inclinándose hacia alante – Solo volverás al trabajo, ¿Que es lo que esa chica te ha hecho? – Está finalizó asqueada con la actitud de la castaña.

La castaña se quedó callada, no queriendo comentar, o al menos no sabiendo que contestar.

– Rafael, llévame a la casa, esta chica necesita un recordatorio de quien es – está anuncio al chófer.

– Si Señora – Este respondió, cambiando de dirrección.

– ¿Que vas a hacer? – Está preguntó dejando ver el miedo en su voz.

– Solo haré que recuerdes a tu vieja amiga – Está comentó simple, volviendo la mirada hacia el móvil en su mano, marcando un número – Necesito que prepare la mesa – Está observó a la chica – y los cables – finalizó viendo como la castaña tragaba hondo.

» Mierda « maldijo en su mente, sintiendo como el efecto del licor se le iba de su cuerpo, como balde de agua fría, haciéndola empezar a sudar, y un escalofrío recorriera su cuerpo, quedando consiente de lo que ocurrió, ocurría y ocurrirá.

– Agarre el trabajo, no importa con cuántas personas me tenga que acostar, lo haré bien, solo no me vuelvas a llevar ahí – Está suplicó, ganando una mirada de la mujer

– ¿Estás suplicando? Sabes cuánto odio que hagan eso – Está gruño, inclinándose y tomando bruscamente el mentón de la castaña – Está personalidad no me gusta para nada, y juro eliminar el causante de este cambio en ti – Finalizó soltandole con brusquedad, inclinándose de nuevo hacia atrás.

» eh metido a Poché en peligro « está pensó odiandose a si misma, mientras cerraba los ojos – No la mates, la sacaré de mi vida – Está susurró con la voz quebrantada, un nudo en la garganta.

– Yo misma me haré cargo de eso, debiste tomar mi consejo cuando me preguntaste, y tenías que hacer una sola cosa – Está escupió las palabras con decepción y frialdad – Era vengarse, más nada – Está suspiro – Y decidiste enamorarte de alguien que no vale la pena, el amor te hace débil, tienes que entender eso Daniela – Está finalizó.

– Me sentía más fuerte sabiendo que tenía a alguien más quien proteger a parte de mi hermana – Está confesó, bajó mientras miraba hacia la ventana.

– Y mira lo que te trajo – Está finalizó dejando el auto con un silencio sepulcral, causando incomodidad en la castaña.

El recorrido permaneció callado, cada vez aumentando la ansiedad de la castaña, al llegar a la mansión de la rubia, está se bajó, arrastrando a Calle por la camisa, haciéndola entrar en la casa. Una vez adentro la voz de su hermana llamo su atención.

– ¡DANI! – Está se escuchó en un sollozo, viendo como se llevaban a la castaña.

– No te preocupes bebé, estaré bien – Calle intento de prometer, viendo como su hermana se encontraba sentada en el sofá, observando hacia ella mientras tenía a un sujeto al frente de ella sentado con una pistola en la mano, descansando en su pierna.

– Hermana – Juli susurró, un sollozo más alto comenzando a apoderarse de la sala, antes de escuchar un disparó, y el sollozó cesar.

– ¡JULIANA! – Calle gritó del susto, intentando de volver a la sala, siendo detenida por Hoffman, quien le colocó un cuchillo en el pecho.

– Camina – Está ordenó, presionando más el cuchillo.

Está retrocedió observando a la entrada de la sala, antes de darse la vuelta, mordiendo su labio inferior – Como le hayas hecho algo a mi hermana, juro que tú serás la próxima a la que mate – La castaña amenazo.

Hoffman dejó escapar un sopló incrédulo – Termina primero con el Sr. Garzón, y luego hablamos de mi – Está sonrió de lado, llegando a las escaleras del sótano, empujando a la chica por estas.

Calle cayó abajo, quejándose de dolor, mientras aniquilaba a la mujer con la mirada.

– Esa mirada te queda mejor – La rubia sonrió, levantando a la chica.

– No tenías que empujarme – Está se quejó de dolor, gruñiendo.

– Te estabas demorando demasiado, y los clientes no esperan – Está comentó desinteresada caminando hacia la mesa de metal que se encontraba en el medio de esta.

Acostó a la chica en este, luego de unos segundos de forzejear, amarrando los brazos y las piernas a esta con correas de cuero.

– Tranquila, ya has pasado por esto antes, no te va a doler – Hoffman susurró, quitándose los anillos que llevaba, y cualquier cosa que fuera de metal, antes de caminar hacia otra mesa, donde se encontraban distintos tipos de materiales, para torturar, desde los más medievales hasta los más modernos, tomando unos parchos blancos y caminando nuevamente a la chica, colocándose los en la frente.

Tomó una correa – abre – Comentó, y la chica negó con la cabeza – Dije que abriera – ordenó, espetandole un alfiler ancho en el hombro.

La castaña gritó de dolor, y al cerrar la boca, Hoffman había colocado la correa en su boca.

– Buena chica – Está susurró con una clase de cariño extraño, mientras acariciaba el rostro de la menor, y caminaba hacia las mesas nuevamente, tomando unos cables, que tenían dos clases de placas al final de este. Jalo una máquina como el desfibrilador, encendiendo la y parándose detrás, atras de la cabeza de la chica, quien dejó su vista posar en la rubia, viendo como la mayor juntaba las dos placas frotandolas mientras escuchaba el sonido de la máquina subiendo su número.

– Esto va a pasar, muy, muy rápido – La rubia comentó despegando los cables y llevándolos a ambos lados de la cabeza de la chica, con una sonrisa sádica en su rostro, haciendo gritar a la chica, al hacer contacto con su piel.

El sonido retumbaba por las paredes, de la repentina corriente invadiendo su cuerpo desde la cabeza, antes de perder el conocimiento.

Te Entregare Mi Corazón - [Completado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora