—Nooo —digo, al recordar que lleva pintalabios rojo, pero continúa llenando mi rostro de besos sin importarle mis advertencias, hasta que finalmente deja de hacerlo. Se baja del auto, colgando su bolso de su hombro y me da un adiós con su mano una vez que está fuera del vehículo.

—Por cierto —habla, cuando saco mi pañuelo para limpiar el resto de su labial —iré a ver el apartamento por la tarde ¿vendrías conmigo?

—Por supuesto, envíame un mensaje cuando pase por ti.

—Bien —ella asiente, miro mi reloj y veo que ya me he pasado de la hora que se supone que debo estar y ni de coña aparezco a la hora que el caga-billetes me dijo, no sé con qué mentira llegaré frente a Oliver ahora, pero tal vez mi nuevo look lo distraiga.

Y eso es lo que pasa.

Para mi suerte, al entrar a la sala de la reunión, luego de ignorar la atención de todos los empleados sobre mi persona, Oliver está tecleando en su computadora, al notar mi presencia mira su reloj, pero al ver mi rostro de inmediato su entrecejo se frunce y cierra su computadora.

—¿Qué hay, maldito caga-billetes? —saludo, tomando lugar a su derecha y Oliver me mira con sus ojos entrecerrados.

—¿Qué hiciste tu barba de hippie? —interroga, le muestro mi cara de desaprobación acomodando mi saco, en ese momento siento vibrar mi celular en el bolsillo izquierdo de mi pantalón y lo saco de ahí en el instante que la imagen de Natalie se forma en mi cabeza.

—Perdí una apuesta con Natalie —digo, restándole importancia —era eso o usar tacones todo el día.

—¿Apuesta? —replica de inmediato, lo escucho reír cuando desbloqueo la pantalla de mi celular y el nombre de Andi es el que brilla en el aparato.

—Hace más abdominales que yo ¿Puedes creerlo?, ya me estaba burlando de ella cuando alcancé los 180 sin descansar y ella hizo 220 —contesto, viendo las palabras de la pelirroja en mi teléfono.

De: Grano en el culo Andi.

"Pero que bien te ves"

Decido ignorarlo, continúo hablando con el caga-billetes cuando otra vez vuelve a sonar para preguntarme por qué no contesto y me dan ganas de tirar el teléfono por la ventana.

—Por cierto, moveré a Andi a otro departamento —le digo a Oliver, quitando la atención de mi teléfono para que él no lo note —o me cortan los huevos —miento, la verdad creo que a Natalie ni siquiera le importa, tal vez debería probarlo —ahora necesito un secretario.

—¿Un secretario? —Cristal, la nueva secretaria de Oliver, se acerca y deja una taza de café frente al caga-billetes. En ese momento escribo la respuesta a Andi, quién no tarda en mostrarse indignada.

Para: Grano en el culo Andi.

"No tengo por qué contestarte, aunque ya estoy perdiendo tiempo escribiendo esto, por lo tanto, voy a aprovechar para decirte que no me importa del todo si te gusta o no"

De: Grano en el culo Andi.

"Solo estaba siendo amable, adiós"

Me masajeo la sien y tomo la taza del café de Oliver para darle un sorbo, él solo está viéndome con su ceño levemente fruncido y dejo la taza de nuevo en su lugar para volver mi atención a él.

—Sí, secretario, Oliver —recalco—. Andi ya me está volviendo loco.

Y no en el buen sentido.

Antes me volvía loco, en el sentido cachondo, eso fue antes que las cosas se complicaran, que yo me casara y descubriera que estaba compartiendo fluidos con Camilo el casado, quién para iniciar no me cae tan bien.

Recién Cazados © (Borrador de la 1era edición)Where stories live. Discover now