-No hay problema.- respondió sonriéndome. Sabía que ella no estaba bien, pero no quiere verse débil frente a los demás, es algo que la caracteriza. Tomé su mano y dejé suaves caricias con mis dedos sobre ella. El resto del camino se quedó en silencio, su mirada se encontraba perdida y su ceño se fruncía de vez en cuando. Estacioné frente a mi casa.- ¿Vas a bajar?.- pregunté abriendo su puerta. Ella levantó la vista y sonrió. Bajó del coche para pararse a mi lado. Ambos caminamos hacia la entrada pero me detuve frente a la puerta.- Ignora lo que mi madre pueda decir.- ella asintió encogiéndose de hombros. Toqué la puerta un par de veces hasta que escuché unos pasos. La puerta se abrió segundos después. Mi madre me recibió con una sonrisa, la cual desapareció al ver a mi acompañante.

-¿Qué hace ella aquí?.- preguntó. Sentí como Keiler se tensaba a mi lado.

-Mamá, por favor. Solo vengo por unas cosas.- dije.

-Puede esperarte afuera, no quiero a una criminal en mi casa, creí habértelo dicho.- concluyó. Me dió una mirada fulminante y luego se fue. Dirigí mis ojos hacia Keiler y ella solo mordía la parte interna de su mejilla.

-Creo que es mejor que te quedes aquí.- dijo levantando la vista hacia mi.

-Keiler, ignora lo q...

-Quédate aquí. Nos vemos mañana. Iré a casa.- me interrumpió y besó mi mejilla. Luego comenzó a caminar en otra dirección. Solté un bufido y la seguí.

-Déjame llevarte al menos.- propuse.

-Estoy bien, en serio. No te preocupes.- continuó con su camino y yo volví a casa.

-Me alegra que se haya ido.- habló mamá desde el sofá.

-De verdad no quiero escucharte ahora.- fue lo único que dije mientras subía en dirección a mi habitación.

Una vez allí me lancé sobre la cama. ¿Por qué todo siempre tenía que ser tan difícil entre Keiler y yo? Es la única persona que realmente me ha gustado y todo es complicado. Luego de una hora pensando, me decidí a llamar a Noah ya que Keiler se estaba quedando con ellos un tiempo, al parecer las cosas estaban algo mejor.

Llamada Telefónica.

-Hola Taylor.- contestó.

-Noah, ¿Como estás?.- pregunté.

-Bien, ¿Tú?.- respondió.

-Dentro de lo que se puede, bien. Los días han sido algo extraños.- comenté.

-Ni que lo digas. ¿Cómo vas con Keiler?.- habló. Suspiré.

-Mamá prácticamente no la dejó pisar la casa.- solté.

-¿Donde están ahora?.- preguntó. Me senté frunciendo el ceño.

-¿Keiler no ha llegado?.- pregunté.

-No, creí que estaban juntos.- respondió.

-Se fue hace una hora, no quiso que la acompañara. ¿Estas hablando en serio?.- comenté.

-Taylor, te juro que no ha llegado.- contestó.

-Te llamo en un rato. Adiós.

Fin llamada telefónica.

¿Qué demonios? Ella dijo que iría a casa. Marqué su número cientos de veces y no tenía respuesta. Estaba muy preocupado.

Keiler's POV.

-Apaga esa maldita cosa.- dijo. Solté un bufido y lo apagué. Estaba recibiendo llamadas de Taylor y Noah constantemente.

-Dijiste que podría encargarme de él si lo capturaba.- dije.- "Conseguirás la información de la forma que tu quieras, pero bajo mi supervisión. Lo atrapas, lo traes aquí y es todo tuyo".- cité las palabras que él me había dicho.

-No entiendo que quieres conseguir, ya lo tenemos.- habló.

-Está ocultándome algo, lo sé.- hablé.

-¿Cómo lo sabes? Keiler, ya basta con esto.- se alteró un poco.

-Porque fui parte de eso antes, se cuando alguien me oculta algo. Mira, prometo que no le haré nada, pero déjame entrar a hablar con él.- pedí. Bert bufó.

-Solo diez minutos.- dijo. Asentí y me levanté para dirigirme al otro edificio. Donde se encontraba gran parte de los mafiosos existentes, cada uno en su celda. Mientras recorría el lugar, noté las miradas y escuché algunos asquerosos susurros, hasta que llegué a la de Dmitry.

-Warren, estaba esperando verte por aquí.- dijo. Me molestaba aquella sonrisa que siempre llevaba, no me creía el papel ese de que nada le afecta.

-¿Qué es lo que no me estás diciendo Dmitry?.- pregunté. Él, me observó en silencio.

-¿Por qué tendría que ocultar algo?.- se escogió de hombros.

-Puedo hacer que tu estancia aquí sea la peor que puedas recibir...

-Basta Keiler.- me interrumpió. Se puso de pie y se acercó a las barras de fierro que nos separaban.- Ambos sabemos la clase de persona que eres, puedes hacer pensar a todos que has cambiado, pero la furia que llevas dentro no la puedes ocultar de mi. Tus ganas de sentir esa adrenalina, tus ganas de usar un arma y matar siguen ahí. Lo dejas al descubierto cada vez que hablas conmigo Warren. Pero... tu instinto es el que falla, crees que estás a salvo. Pero yo no soy el problema, ¿creíste que James se fue de Londres por temas personales? Él siempre estuvo metido en esto, incluso va a ir por ti.

Could be...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora