Capítulo 8

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Keiler's POV.

Salí del lugar y fui al salón donde tenía clases, la compartía con Grease y James. Toqué la puerta y entré.

-Señorita Warren, llega tarde.- dijo el señor Drops, maestro de filosofía.

-Lo se.- respondí caminando a mi asiento al lado de Grease. No quería estar aquí.

-Fuera de mi clase.- habló molesto. Reí burlandome.

-Que sensible está profesor.- caminé a la puerta y salí dejándolo con la palabra en la boca.- estúpido.- susurré al salir.

Honestamente, no quería estar en el colegio, así que me decidí por ir a mi moto e irme de este lugar. Conduje hasta casa y me encerré por un buen rato en ella, sin contestar llamadas ni constantes mensajes de los chicos ya que me dormí y no escuché nada.

El reloj bordeaba las diez de la noche, salí a caminar un rato, no había comido nada desde la mañana pero aún así no tenía hambre, pensé tantas cosas que mi estomago se había cerrado.

Llegué a un pequeño parque que nunca había visto, miré recordando el camino de regreso a casa y me senté sin preocupaciones, mi mente divagaba en cualquier lugar.

-Miren a quien tenemos aquí...- dijeron tras de mi, volteé rápidamente y vi a Christopher.

-¿que quieres?.- pregunté retrocediendo un paso.

-que Frank deje de darme problemas en mi ciudad, se que está aquí hace ya tiempo, quiero que se vaya.- respondió.

-pues dile entonces, a mi déjame tranquila.- dije, él se rió y sentí como dos hombres tomaban mis brazos. Forcejeé para soltarme pero fue imposible. Christopher se acercó lentamente con una sonrisa en su rostro.

-No eres tan fuerte Keiler.- dijo pasando sus asquerosos dedos por mi mejilla derecha. Me aparté.

-Lo dice quien trae a dos hombres más para protegerse.- bufé. La sonrisa se borró. Recibí un golpe en el estomago por eso, me dejó sin aire. Al recuperarlo tosí e intenté soltarme de nuevo. Imposible.

-Escúchame bien princesa.- me agarró con fuerza de las mejillas.- aquí la con menos ventaja eres tu, no seas ruda conmigo.- dijo.

-Diles que me suelten y enfréntame como hombre, no seas cobarde.- reapondí. El rió y volteó. Sus hombres me botaron al suelo.

-No cambias Keiler.- rápidamente giró y me lanzó una patada a las costillas, al lado derecho. Gemí por el dolor.- te diré una cosa.- esta vez fue una patada en el estomago, se agachó para quedar más a mi altura.- dile a Frank que se vaya y que deje de matar a mis hombres, esto es solo una advertencia.- se levantó y me soltaron, no me podía levantar, el costado derecho me dolía demasiado.- oh, para no hacértelo tan facil.- vi que sacó una pistola de adentro de su chaqueta y sin pensarlo me disparó en la pierna izquierda. Grité, ardía y dolía mucho.- ya sabes que hacer. Adiós Keiler.- se fue dejándome sola y adolorida.

Estaba perdiendo mucha sangre y por primera vez en la vida quería que alguien apareciera y me ayudara. Son solo las diez de la noche y nadie camina por este lugar.

Me quité el poleron que me había puesto antes de salir, las mangas las enrollé y apreté sobre mi pierna herida. Estaba sudando por el dolor y respiraba más rápido cada vez. Dolía como el infierno.

Me limpie las manos ensangrentadas con el mismo poleron. Con dificultad saqué mi celular del bolsillo trasero de mis pantalones, lo desbloqueé para llamar a Bruce, era al único que le podía hablar en esta situación. No contestó. Cuando lo necesito no contesta.

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