Capítulo 18

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No one's POV.

Las horas pasaban y nadie se percataba de lo que pasaba, Noah aún seguía en la fiesta y los demás no daban pistas de donde estaban. En la carretera principal las sirenas de la policía y ambulancias ensordecían a las personas, una camioneta sin apenas daños mayores y una motocicleta totalmente arruinada provocaban la congestión del camino. Por otro lado, Keiler había despertado con un fuerte dolor de cabeza, sus ojos no se podían cerrar y por entre los fierros de su celda notaba el alboroto de agentes moviéndose de lado a lado por alguna suceso ocurrido.

-Necesito rápido una ambulancia en la carretera principal.- escuchó una voz salir desde el teléfono. La chica bufó y volvió a acostarse.

Keiler's POV.

Anoche no había podido dormir nada, la cama estaba matando mi espalda y además hubo mucho alboroto en la madrugada, al parecer había ocurrido un accidente. Necesitaba mover mi cuerpo, hacer ejercicio o algo, ya no podía estar quieta.

-Walter, necesito moverme.- dije. Él me observó con diversión.

-¿Qué quieres que haga yo?.- preguntó. Idiota, estoy segura de que disfrutaba verme aquí. Walter era un tipo no muy joven, pero tampoco viejo, tenía unos vente y tantos, creo. Era el más simpático de todos aquí.

-Aburrido.- susurré. Volví a sentarme.

-¿Tienes los documentos del chico de ayer?.- preguntó otro policía a Walter.

-Sip, los documentos de su motocicleta igual, así que solo faltan los resultados para ver si llevaba alcohol en su sangre.- respondió él.

-Bien, lo que supe es que no está para nada bien, tuvo un golpe muy fuerte en la cabeza.- comunicó.- ah, y la chica tiene visita.- dijo señalándome. Walter asintió.

-A mover el cuerpo Keiler.- dijo burlándose de mi. Me levanté y fui a la sala, esta era distinta a las otras. Ahora nos separaba un vidrio y se comunicaba por medio de un teléfono.

-Hola Grease.- la saludé, ella tenía una cara realmente preocupante.- ¿Está todo bien?.- pregunté.

-eeh...Keiler.- dijo, noté que sus ojos se aguaban.

-Me estas preocupando Pinky, ¿qué pasa?.- repetí.

-Keiler...Taylor ha tenido un accidente.-dijo al otro lado de la linea. No dije nada.- anoche fue a un bar con Noah y bebió de más. Cuando se fue en su moto nadie se dio cuenta, chocó con una camioneta.- dijo. Recordé el alboroto de ayer y todo se unía ahora.

-¿Él está bien?.-Pregunté. Negó con su cabeza mientras secaba las lágrimas de sus mejillas.

-El golpe ha sido muy fuerte... No recuerda nada Keiler, ni siquiera se acuerda de Noah y Josh. Esta en el Pacific Allience.- habló. No podía articular palabra, estaba en shock. Me levanté y me fui de allí con ganas de gritar a los cuatro vientos que estaba jodidamente enamorada del estúpido que había chocado.

Es un poco tarde ¿no crees?...

Los policías venían corriendo tras de mi pero no le di importancia, llegué a la oficina del jefe de los agentes.

-Acepto.- dije viéndolo frente a su escritorio.

-Est...

-Con una condición.- lo interrumpí.

-No estas para pedir condiciones Warren.- dijo.

-me necesitas ¿no?.- hablé. Este suspiró.

-¿Qué condición?.- preguntó.

-debo ir al hospital antes.- pedí.

-ok, inicias mañana, ahí podrás ir. Llamaré a los demás para informarte lo que debes hacer, en unas horas te mandaré a llamar.- dijo. Asentí y me fui a mi celda.

¿Qué tanto era lo que recordaba Taylor? ¿Recordará aunque sea un poco? Estaba comenzando a creer que quizá es mejor así. El comenzaría su vida de nuevo sin preocupaciones ni desilusiones. Horas después vino Walter y me desató las manos.

-Eres libre. Suerte.- dijo. Me dirigí hacia la oficina del agente de hace horas atrás. Aún no se como se llama.

-¿Que debo hacer?.- pregunté al entrar. Me senté frente a él.

-Mañana debes estar aquí a las diez de la mañana, se te asignará un compañero de trabajo, con el que entrenarás y enseñarás todo lo que sabes. Debes saber que te pondré un brazalete para asegurarnos de que no te escapes.

-¿es necesario trabajar con alguien?.- pregunté.

-Si.- dijo.- ahora tu mano.- la estiré y me puso un brazalete extraño.- nos dará tu ubicación.- dijo.- Puedes irte a casa, nos vemos mañana.- se despidió me levanté y me fui de allí. Detuve un taxi con mi mano y le di mi dirección. Al llegar a casa le dije al sujeto que esperara para ir a buscar el dinero y le pagué.

Observé el que era mi hogar y me alegré de por fin estar ahí. Subí la escalera para dirigirme al baño de mi habitación donde me di una relajante ducha, en la que estuve unos cuarenta minutos.

Al salir me puse mi ropa interior y sobre esta un hoodie que llegaba un poco más abajo de mi trasero. En mis pies puse unas zapatillas de dormir. Escuché un ruido abajo en el garaje.

Bajé allí pero no había nada. Vi la hora y eran las nueve de la noche, el horario de visitas en el hospital era hasta las diez.

Tenía un completo dilema en mi cabeza, iba o no. Si iba tenia oportunidad de verle, deseaba verle, pero si no iba, podía dejar esto hasta aquí y hacer las cosas mucho más faciles... para él. Como soy una jodida egoísta escogí la primera.

Tomé las llaves de mi moto y conduje hasta allá. Aparqué y rápidamente entré.

-Hola, habitación de Taylor Collins por favor.- le dije a la secretaria. Esta al verme retrocedió asustada.- estoy libre, ve las noticias.- hablé calmandola. Ella asintió.

-Hab...habitación 416.- respondió. Asentí y subí. Al llegar me sentí observada. James, Jack, Scott, Grease, Noah y Josh estaban ahí. El primero se acercó a mi.

-¿qué haces aquí?.- preguntó. Al segundo se unieron los demás. Levanté mi mano mostrándoles el brazalete.

-Es genial que lo aceptaras.- dijo Noah. Luego me abrazaron. Sonreí.

-Esto te hace condenadamente sensual.-opinó Josh. James golpeó su cabeza.

-puedes pasar Keiler.- dijo Noah.- pero no recuerda nada.- aclaró asentí. Me detuve frente a la puerta soltando todo el aire contenido en mis pulmones. Tomé la manilla y abrí la puerta. Escuché como tarareaba una canción e inconscientemente sonreí.

-hola.- saludé. Dirigió su vista hacia mi y se sentó. Llevaba una venda al rededor de su cabeza.

-¿eres mi nueva enfermera?.- preguntó con una sonrisa. Eso dolió. Mis ojos se aguaron. Su sonrisa se borró al instante.- ¿eras amiga mía tambien?.- preguntó.  Sonreí intentando ocultar mis lágrimas.

-No, solo una enfermera me mandó aquí. Para ver como estabas.- mentí. Él asintió. Saqué las llaves de motocicleta y jugué con ellas ocultando mis nervios. Él dirigió su mirada a las llaves y frunció el ceño.- es mejor que me vaya.- dije caminando a la puerta.

-¿Keiler?...

Could be...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora