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Simon

Me fui dando zancadas fuera de la exclusividad del festival para alejarme de su barullo y el ruido de los artistas, el sol se estaba escondiendo y eran aproximadamente las siete de la noche.

Del susto o el coraje después del susto se me había bajado la borrachera totalmente, escuché los pasos de alguien tras de mi y no tardó demasiado en alcanzarme y obligarme a girar mi cuerpo hacia el. Puse la mejor pose de diva enfadada que pude y alcé una ceja esperando por lo que sea que tuviera para decirme. Duramos por lo menos 5 segundos en silencio y después él simplemente sonrió, elevó sus comisuras y le brillaron los ojos divertidos.

-¿Tengo algo en la cara, acaso? -Lo cierto es que si estaba enojada, estaba bastante enojada, es verdad que quería ponerlo celoso con aquel chico pero no pretendía que lo matara a golpes, yo simplemente quería un poquito de atención.

Ahora lo odio por provocar un lío.

-La verdad es que no, estás preciosa como siempre. -Rodé los ojos ante su excelente labia.

-Entonces ¿qué es lo que quieres? No te bastó arruinar al chico solo porque me besó, ya no pierdo nada con escuchar tu mierda. -La mirada se le ensombreció tan solo mencioné el beso, apretó la mandíbula y me tomó de la cintura pegándonos aún más. Sus ojos (mis favoritos) me miraron directamente.

-¿Es que tu no entiendes? Me importa una mierda ese y cualquier idiota que se te acerque, le puedo partir la cara a quien se me de la puta gana. Lo que no voy a soportar es ver como te come la boca otro que no sea yo, que ni se te pase por la cabeza el pensamiento de que solo porque no estamos juntos puede tocarte alguien más, después de todo sigues siendo mía. -Hizo énfasis en lo ultimo que pronunció. Me lo dijo a tan solo a unos centímetros de distancia y aunque sus palabras sonaron firmes y duras, nadie mas a excepción mía escuchó volviendo la situación más íntima, mas nuestra. Por unos segundos me quedé muda y me paralicé viendo la intensidad en sus ojos fríos.

-No soy tuya. -Alcance a decir débilmente, casi desvío mi vista a su boca que a esta distancia me parecía terriblemente tentadora.

Se cortó el cabello, él tiene la culpa, el cabello de esa forma me recuerda a cuando nos conocimos y eso me pone sensible.

-¿No lo eres? -Preguntó y negué como pude. -¿Entonces porqué desde hace rato te estoy agarrando el culo y tu no me has molido de un golpe?

Salí de mi trance al instante y le di un empujón con las manos en el pecho, el muy imbécil no se pudo evitar la carcajada y yo no pude sentirme menos idiota. Me ruboricé, ¿cómo es que no me di cuenta? estaba tan perdida en su mirada y sus palabras que ni siquiera me percaté del movimiento travieso de sus manos. Trágame tierra, soy patética.

Cuando estaba a punto de soltarle la peor grosería, me interrumpió hablando el primero.

-Voy a hacer lo que sea para volver a tenerte completamente sin importarme cuantas caras tenga que romper para lograrlo, amor. -Se acercó con agilidad a mí antes de que pudiera detenerlo, volvimos a conectar miradas, una de sus manos descansó en mi cintura y la otra acarició suavemente mi mejilla. -Soy tuyo.

Cigarette || Nate Maloley EDITANDO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora