Cigarette || Nate Maloley EDITANDO

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Me subí al auto de Nate y esperé a que el hiciera lo mismo en el asiento del conductor. Cuando lo hizo, arrancó el auto inmediatamente sin decir una palabra. Sus manos apretaban con tanta fuerza el volante que comencé a aterrarme pero yo tampoco dije nada, no quería provocarlo aún cuando me encontraba bastante molesta con el y su maldita actitud de mierda.

Al llegar a mi casa aparcó el auto frente a está pero no bajé, permanecí ahí sentada mirando los poquitos rasguños nuevos que tenía en el rostro, si sigue así su cara nunca va a ser la misma.

-¿No piensas bajar? -Preguntó bruscamente para después tocarse el puente de la nariz cerrando los ojos claramente frustrado.

-¿Qué pretendías al armar ese escándalo? ¿Te sientes mas hombre? ¿Tu ego es mas alto ahora que le rompiste la cara?

-Te lo cogiste. -Murmuró sin mirarme aún como si el verme a la cara le quemara los malditos ojos.

-Si y a un montón mas, con la mitad de la escuela he tenido algo que ver Nathan pero aquí la diferencia es que no me importa, ni siquiera conozco el nombre de aquel idiota. -Le dije intentando sonar calmada y dejándole claro que soy una zorra pero que no me interesa. -Pero ahora te quiero a ti ¿sí?

-No quiero hablar contigo. -Bufé al escucharlo sonar como un niño pequeño. Como pude pero sin mucho esfuerzo me coloque a horcajadas sobre el y lo obligue a mirarme. -Quítate de encima Simon.

-¡No hagas esto! Es como si me tuvieras asco, Nathan no se si te diste cuenta pero somos exactamente iguales, tu te has tirado a un montón de tipas al igual que yo lo he hecho con chicos ¿y eso qué? Nunca te reprocho nada.

-Es diferente.

-No, no lo es. Ahora estamos juntos y te quiero muchísimo. -Le dije y coloque mis dos manos en sus mejillas coloradas de los golpes -Dame un beso. -Me acerqué a el y al ver que ni siquiera se movió junte nuestros labios, me correspondió aún sintiéndose distante, duramos unos segundos besándonos hasta que me acomode mejor en sus piernas ganando que detuviera mis movimientos colocando sus manos en mis muslos.

-De verdad necesitas quitarte de encima. -Dijo serio separándose de mis labios y después sonrió lo cual me basto para salir del auto e ir corriendo a mi casa donde probablemente mi madre había visto todo por la ventana de la cocina.