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Las cosas comenzaron a ir de maravilla, la escuela estaba portándose bien conmigo, la relación con mi madre había mejorado tan solo un poco y me había estado mensajeando con Nate toda la semana, a todas horas y eso de verdad me tenía muy ilusionada.

El fin de semana estaba a tan solo unas horas y por supuesto que ya teníamos planes. FIESTA.

Baje del auto de Kate, me mandó un beso y se fue, entre a la casa donde mi madre y mi padre estaban sentados en el sofa viendo una película y abrazados, la escena era demasiado tierna como para tratarse de mis progenitores ew.

-Hola. -Saludé, ambos se voltearon a mirarme.

-Simon ¿Saldrás esta noche? -Pare en seco casi al llegar a las escaleras, me volteé con una sonrisa inocente y ellos se miraron cómplices, malditos.

-¿Puedo salir esta noche? Prometo regresar temprano, lo saben. -Yo estaba preparada para ponerme a chillar ahí mismo. Los dos se volvieron a mirar y mi madre se encogió de hombros.

-Si puedes ir, pero con una condición. -Me fue imposible no rodar los ojos.

-¿Que?

-Nate tiene que venir a cenar la próxima semana.

Bendito sea el momento en el que le hable a mi madre sobre el chico, solo fue una cita y como mil quinientos mensajes, no me pidió matrimonio por dios, estamos en el siglo XXI.

Cigarette || Nate Maloley EDITANDO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora