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La idea de irme a otro país era en todos los sentidos descabellada. Mis padres, personas que lo que siempre han deseado es mi bien me dijeron que lo pensara mejor, que lo consultara con mi almohada y que no me fuera con prisas, que tenía tiempo y si lo que quería era despejarme, la solución eran unas vacaciones y no dejar mi país. Justo ahorita, a la madrugada es cuando se me aclaran las ideas, solo quiero escapar pero el escape no me resulta adecuado cuando se aproximan exámenes, tengo un lío en la cabeza y no se como salir de el, estoy desesperada y ya no me importa nada.

Me levanté de mi cama, el sueño se me había ido hace ya varios días, prendí la lampara, me senté frente a la computadora y la encendí. Odiaba que Nate no me dejara tranquila tanto física como mentalmente, mas de una vez escuché decir a mi padre que se marchara, que yo no quería verle y a mi madre contestarle el teléfono a hurtadillas para decirle como iban las cosas conmigo, pues las cosas no van bien mamá, van del asco. Había faltado al colegio porque estaba segura de que iría a buscarme y tan solo la idea de verlo me aterraba y con eso del celular apagado solo buscaba ignorarlo hasta que entendiera que lo odiaba. Pero el dolor no terminaba, es más, parecía crecer conforme los días sin verlo, sin hablarle, sin besarle.

Entré a los correos y le envié uno a Liam.

¿Cómo vas con la universidad?

Ni siquiera sé porque pregunté aquello, la verdad es que no me interesaba, el sabía que no me interesaba.

¿Por qué estas despierta tan tarde?

Medio sonreí y no tarde en recibir una llamada entrante de facetime. La acepté sin importarme cuan desastrosa me viera y pronto vi su rostro iluminado por una lampara al igual que el mío, se veía casi o igual de cansado que yo pero había una pequeña diferencia, sus ojeras se debían a los deberes universitarios y no al desamor.

-Estás hermosa. -Me sonrió como lo hace cuando quiere reconfortarme. Me conoce a la perfección.

-Luces cansado.

-No mas que tú, deberías dormir.

-No puedo. -Me examinó por unos eternos segundos como si quisiera descubrir mis sentimientos, sentimientos que ni yo misma conozco.

-Quisiera poder estar ahí. -Aún cuando estábamos a kilómetros de distancia, sus palabras sinceras y delicadas fueron suficientes, las lagrimas comenzaron a caer por mis ojos lentamente, lagrimas que traté de evitar por días y consiguió sacar con una mirada directa al corazón, al corazón que justo ahora está hecho pedazos y parece no querer sanar.

Cigarette || Nate Maloley EDITANDO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora