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Estacionó el auto frente a mi casa, justo en ese momento mi madre me acababa de enviar un mensaje diciéndome que no estaban en casa, que me cuidara y que no bebiera alcohol.

-¿Quieres entrar? No hay nadie en casa. -Eso parecía inocente en mi mente pero al salir las palabras de mi boca realmente sonó como una propuesta a tener sexo en el sofá, para mi sorpresa Nathan ni se inmuto, solo asintió, bajó del auto y me ayudo a bajar a mi tal cual caballero.

Entramos en casa y fui descortésmente por un vaso de agua, estaba cansada pero no quería que el se fuera, quería hablar con el. Sus pasos torpes me siguieron por el camino a la cocina, no le ofrecí, solo bebí el agua.

Me senté descuidadamente en la barra donde normalmente mi madre pica las verduras sin importarme el hecho de que mi vestido se había levantado tan solo un poco dejándole a Nate una vista de mis muslos, nuevamente ni se inmuto porque parecía tener la mente en otras cosas mucho mas interesantes. Mi primera opción fue ser grosera con el.

-¿Puedo saber que te ocurre? Porque no te voy a mentir, estaba muy entusiasmada por esa fiesta y porque te vería pero al parecer tu no y eso me encabrona mucho pendejo. -Lo ultimo lo dije en español esperando a que entendiera que no era una propuesta de matrimonio si no mi manera de expresar mi enojo. Sus cejas se levantaron con sorpresa.

-Lo lamento. -Fue lo único que dijo. Vaya, ahora yo parecía la estupida melodramática aquí.

-Bien, esta bien, no importa ¿sabes? Lamento haber reaccionado así. -De pronto me sentía avergonzada porque a fin de cuentas no somos nada mas que amigos y yo estaba siendo tan patética. Me levanté de la barra, le pase por un lado dispuesta a salir de su vista, pero su mano me tomó del brazo obligándome a parar, sin mucha fuerza y sin poner resistencia me atrajo a el.

-En serio lo lamento ¿Si? Yo también tenia un montón de ganas de verte pero al final resultaron cosas que me llenaron la cabeza de mierda y soy un idiota lo juro. -Asentí con la cabeza sin mirarlo aún. -Pero supongo que estamos a mano tomando en cuenta que me has metido un jodido susto, maldita sea Simon. -Solté la risa, lo mire, el también estaba riendo y ni siquiera me había dado cuenta de que el tenia puestas sus manos en mi cintura muy cerca de mi.

Ni siquiera lo pensé dos veces, me acerque mas, lo tome del cuello y le plante un beso en los labios a aquel muchacho tan apuesto que me había quitado el sueño por semanas.

Cigarette || Nate Maloley EDITANDO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora