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El 23 de diciembre me dediqué principalmente a hacer mis maletas para mas o menos una semana, me siento agradecida de no ser una chica tan superficial y poder lograr que todas mis cosas tengan lugar en una sola maleta. Por la tarde Nate me estuvo mensajeando cada minuto preguntándome sobre el asma y todas sus preocupaciones a lo que yo le respondí una sola vez con un "cállate un rato". En los costados de las maletas coloqué mis medicinas y algunos inhaladores así como también en mi bolsa de mano. Mis padres se habían marchado ayer por la mañana dejándome la casa sola para una buena noche con mi novio; sin embargo lo único interesante que hizo fue quedarse dormido en mi abdomen mientras veíamos una película, por la mañana se fue para poder arreglar sus cosas y me dijo que volvería por mi a las 8:00 de la noche.

Justo a esa hora Nate entró por mi puerta mientras que yo intentaba ponerme ágilmente unos pantalones.

-¿No sabes tocar? -Le dije en broma abrochándome la ropa, el cómodamente y relajado se acostó en mi cama.

-Si pero tenia esperanzas de encontrarme con una buena vista como la que me regalaste. -Guiñó un ojo y yo rodé los míos. -¿Ya estás lista?

Asentí y el me ayudó a bajar la maleta hasta el auto, me aseguré de que todo estuviera en su lugar y perfectamente cerrado tal cual me habían repetido mis padres una cuarenta veces y cerré la puerta principal con seguro dispuesta a marcharme.

El camino se me hizo corto y preocupante, Nate conduce como un loco y a pesar de mis reclamos logramos llegar cerca de las 9:00 al lago. Estaba nerviosa, toda la bendita familia de mi novio se encontraba ahí por las fiestas, me había esforzado por vestir y lucir bien pero sin embargo no me parecía suficiente, era consciente de que sus familiares eran adinerados y yo me sentía muy fuera de lugar antes de entrar por esas puertas. Nate bajó todas mis cosas y las suyas también sin dejar que le ayudara con nada, al tocar la puerta de la enorme e increíble cabaña me pegué mas a Nate y entrelacé mi mano con la suya, pude ver la sonrisa que trató de esconder pero no le dije nada. Una niña nos abrió la puerta, de ojos verdes y cabello rubio que aparentaba ternura y unos 5 años. Con un acento extrañó y marcado gritó que Nate estaba aquí y salió corriendo escaleras arriba; la mamá de Nate que solo había visto en fotos nos recibió con una sonrisa de esas que necesitas para saber que no molesta tu presencia aquí, aunque si lo haga.

-Llegaron muy pronto. -Besó la mejilla de su hijo y después le robé la atención al consentido de los Maloley.

-¡Tu debes de ser Simon! Nate me ha hablado muchísimo de ti, me siento encantada de tenerte aquí. -Me envolvió en un abrazo y vi a Nate rascarse la parte del cuello nervioso. -Vayan a acomodarse en la habitación y la familia los espera en la fogata que preparamos. -Nos invitó a pasar con un gesto de mano y antes de que comenzara me dio un leve apretón en la mano -Bienvenida Simon.

Cigarette || Nate Maloley EDITANDO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora