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El lunes por la mañana y el resto de la semana me levanté con la mejor cara de cualquier estudiante de 18 que no reflejara la mierda que era por dentro y me dediqué a hacer mis deberes, trabajos y cualquier cosa que evitara a toda costa pensar en mis desgracias o en el cuerno que me puso Nate. Viernes, dos semanas después del desastre mis amigas llegaron a mi casa a eso de las 8:00 de la noche y me invitaron a una fiesta, mis tres mosqueteras son buenas persuadiendo pero yo no iba a caer tan fácil, me faltaban ganas para una fiesta.

-Solo seremos nosotras cuatro -Insistió Sophia, no pude evitar rodar los ojos apostado para mi misma que esas tres no tardarían ni dos segundos en dejarme para liarse con un muchacho.

-No tengo ganas. -Les dije la verdad y lo dejaron pasar rendidas. Horas mas tarde ya estaban resignadas y nos pasamos el tiempo las cuatro en la cama mirando nuestros celulares, nadie hablaba, todas estábamos sumidas en nuestras redes sociales, de pronto Kate pegó un brinco de la cama y miró con asombro la pantalla de su smartphone llamando nuestra atención.

-¡Qué porqueria! -Sus mejillas se enrojecieron. Volteó el celular para que pudiéramos mirar la razón de su enfado. Una foto que subieron a snapchat donde sale Derek Luh (el chico que tiene a Kate loca y amigo de mi ex novio) con una chica besándose, hasta eso, la foto me parecía adorable si no hablamos del barullo que se ve al rededor por motivo de la fiesta pero claramente no podía decirle eso a mi mejor amiga y menos cuando parece querer matar a cualquiera que se le ponga enfrente. Minutos más tarde las cuatro íbamos en camino a la fiesta, Kate se puso histérica y definitivamente no podíamos dejarla ir sola, se volvería completamente loca ahí, entonces nuestra única opción fue acompañarla a esa estupida fiesta para vengarse de su estupido free. Pero mi preocupación era otra, me preocupaba que Nate estuviera en la fiesta, ni siquiera sabría cómo reaccionar, hasta el momento la llevo bien evadiendo a toda costa el tema, hasta el momento las cosas me funcionan bien si las ignoro.

La casa y la fiesta tenían pinta de universitarios y por eso me quedó claro que Nate estaría allí. Traté con todas las fuerzas borrarlo de mi mente y no pensar en el y salimos del auto, Kate echaba chispas por los ojos mientras buscaba a Derek, aquel chico nunca me ha caído bien, insisto. Después de unos minutos de buscarlo afuera, entramos a la casa y no tardaron en ofrecernos alcohol, pensé en negarme pero mi mano aceptó el vaso automáticamente, necesito beber. A los minutos, tal como lo había predicho mis amigas se perdieron entre la gente, no soy muy alta y no llevo tacones y fue una ventaja para pasar desapercibida y continuar bebiendo del vaso con alcohol sin que nadie interrumpiera mi momento. Caminé entre las personas, necesitaba urgente un baño para poder verme al espejo, quizás luzco como un desastre pero ¿de que me quejo? Desde antes de Nate yo ya lo era y probablemente es tiempo de que retome mi vida. Al entrar al baño que se encontraba en la planta alta no perdí tiempo y me quité el enorme suéter depresivo que llevaba puesto, me solté el cabello y ante el espejo fingí la mejor de las sonrisas. Una vez que salí me fui directo a la cocina para buscar bebidas, un chico estaba sirviendo las cervezas y aproveché para pedirle una, este me la tendió y me miró con una sonrisa.

-¿Estudias en el campus? Nunca te había visto.

-No voy en universidad. -Me encogí de hombros, el rubio hizo una mueca de asombro.

-Juraba que tenías mi edad. -Negué con la cabeza divertida. El chico es lindo, pero ese es el problema, demasiado lindo. De igual forma me quedé aquí a conversar con el sentada en la barra y bebiendo mucho, me hizo reír mucho y me contó muchas cosas de el,  mi amigo de la peda se llama Tobby. De repente vi el barullo de chicos entrar a la cocina entre risas y palabrotas, Nate iba con ellos, el muro que construí durante esas dos semanas se derrumbó cuando me miró a los ojos.

Cigarette || Nate Maloley EDITANDO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora