075

2.7K 196 13
                                    

Nate

-Tengo hambre. -Desde que la traje a mi departamento no ha parado de quejarse y actuar como una niña, no me quejo, al menos no me está golpeando. Kate vino conmigo para asegurarse de que la iba a cuidar bien, me odiaba, lo sabía, pero socializar con ella no me interesaba en absoluto.

-Me siento mal. -Kate solo asentía, yo estaba sacando fruta del refrigerador, se estaba poniendo mas pálida de lo normal. -¿Qué hace este idiota aquí?

Por supuesto que hablaba de mi ¿hay otro idiota en la habitación?

-Come. -Le puse enfrente el plato de fruta picada, primero me miró insegura, me quise hacer la idea de que su miedo era solo un efecto secundario y no el verdadero sentimiento que tiene hacía mi.

-Eres un mandón. -Rodó sus ojos ahora colorados.

-Mierda. -Murmuré viendo el numero que me estaba marcando a estas horas de la madrugada. -Es la mamá de Simón.

Tomé el celular y contesté.

-¡Dime que Simón está contigo! -Estaba preocupadisima y aquello me recordó al sinnúmero de veces que mis amigos tuvieron que hacer lo mismo por mi.

-Si. -Suspiré, estaba ideando una excusa. -Estábamos en una fiesta y aunque no estaba tan borracha dijo que no quería que usted la viera de esa forma, estamos en mi casa y se quedó dormida.

No era una muy buena pero era mejor que decirle que su hija estaba drogada de pies a cabeza.

-Oh. -Solo dijo eso por unos segundos. -Eso está bien, solo, cuida de ella, no sabía que volvían a estar juntos.

Estaba a punto de contestarle.

-Nos vemos Nate, cuídate. -Me colgó y solté un suspiro frustrado al ver a Simón dormida en la mesa al lado del plato ahora vacío.

-Me voy. -Se levantó Kate. -Probablemente quiera matarte esta mañana, le mandaré un mensaje diciéndole que fue mi idea.

-No me interesa que quiera matarme justo ahora. -Seguí mirándola, aun en esa posición tan incomoda lucía en paz, todo lo que no era. Kate le restó importancia y caminó a la salida, se detuvo a unos pasos de la vuelta y se giró nuevamente.

-No creo que seas tan idiota como ella cree que lo eres. -Me reí sin ganas. -Si lo que hizo los puso en esta situación, aprovéchalo, no la dejes ir porque te aseguro que se va a perder y te vas a arrepentir de no haberla salvado.

Salió por la puerta dejándome desconcertado y pensando unos segundos. Volví a mirar a mi chica, la chica que no me podía ver ni en fotos y a la que amaba mas que a nadie en el mundo. Esa madrugada la cargué hasta mi habitación y opte por dormir en el sofá pero a decir verdad no pude ni siquiera cerrar los ojos, pasé horas tratando de entender como me había quedado tan enamorado de alguien y como había sido tan imbecil para arruinarlo.

Cigarette || Nate Maloley EDITANDO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora