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-Quiero irme. -Le dije, él asintió, nos levantamos y nos fuimos. Las cosas eran sencillas con el, ni siquiera nos despedimos de nuestros amigos. Al entrar al auto lo primero que hice fue tomarlo del cuello de la camisa y besarlo, no lo besé lento y romántico y el no fue condescendiente porque había captado mi punto más rápido de lo que yo lo hice. Su lengua se movía frenéticamente igual que la mía, ambos estábamos en nuestros cinco sentidos pero se sentía el calor en ambos cuerpos. Como pude, con el estupido vestido abriéndose por completo y dando una buena vista de mis muslos me subí arriba de el, sus manos viajaron con emoción por mi espalda, sin percatarme yo estaba moviendo mis caderas provocando mil cosas en Nate y por supuesto, en mi. Sus manos pecadoras y rápidas viajaron mas abajo y después subieron al cierre del vestido y lo bajó completamente, ayudándole me quité la parte superior aun sin separar mis hinchados labios de los suyos, pero el se alejó para poder mirarme con descaro, mi brasier era negro y de encaje cosa que sin duda lo puso feliz y con los ojos brillándole como estrellas. Me volví a acercar a sus labios y sus manos se colocaron en otro lugar provocando pequeños jadeos de mi parte. Las cosas sin duda estaban en descontrol y yo no quería parar pero el lo hizo, estupido caballero.

-No vamos a hacerlo aquí. -Susurro alejándose de mis labios, podía escuchar su corazón palpitando al igual que otra cosa y el tenía el puto descaro de decirme que parara. Bueno, este muchacho tiene problemas serios. Gruñi y le pegue con mis manos en el pecho.

-Pero yo quiero. -Hice un puchero.

-Yo también quiero, no sabes cuanto, pero quiero hacer las cosas bien contigo mi amor. -Me acomodo el cabello detrás de la oreja y sonrió. Me acomodé el vestido.

-Hacerlo aquí está bien para mi. -Insistí.

-Te voy a llevar a casa. -Lo miré enojada y frustrada, di un largo suspiro y me bajé de su regazo para acomodarme en mi asiento. Me encargué de hacerme la enojada en todo el camino. Al llegar a mi casa todas las luces estaban apagadas a pesar de ser temprano, no me bajé.

-Puedo hacerte una mamada si quieres. -Dije y Nate estalló en carcajadas.

Cigarette || Nate Maloley EDITANDO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora