—Ya vuelvo —habla, mientras toma mi rostro con ambas vamos, deposita un beso en mi frente y esboza una sonrisa. La observo alejarse y Camilo abre la puerta del auto para que ella suba. No puede ser.

Los veo alejarse y me quedo ahí como idiota hasta que su auto ya no es visible para mis ojos. Suelto un suspiro para alivianar la tensión que siento y luego de pasar mi mano por mi rostro, entro.

Sólo unos minutos después ya estoy bajando a la sala sólo con un pantalón de dormir y sosteniendo mi computadora con una mano, mientras que en la otra llevo una taza de café. Me dejo caer en mi sillón, dejando la taza en la mesa de en frente. Abro el documento que se supone debo terminar y sólo miro el cursor parpadeante frente a mí, tal vez si debí aceptar ver la jodida película con ella, hubiese tenido la excusa perfecta para decir "no, tu y yo tenemos una puta película que ver" Joder.

¿Cómo no se me ocurrió a mí dar a componer el maldito auto antes?

Miro mi reloj y ya ha pasado una hora, una hora completa y solo pienso en que deben estar por ahí viendo la película que Natalie quería ver, una hora completa que se supone que tendría que haber terminado este documento, miro mi reloj nuevamente y estoy a punto de levantarme para llamarla a su teléfono celular cuando escucho la puerta principal abrirse y ella aparece detrás quitándose su abrigo.

No digo una palabra, finjo estar concentrado escribiendo no sé qué estupidez que se me ocurra escribir cuando escucho sus pasos llegar hasta mí, levanto un poco la mirada cuando me está entregando una bolsa de papel.

—Te traje algo... son donas glaseadas —dice, elevo la mirada a sus ojos con los míos entrecerrados.

—¿No es que no tenías dinero? —digo, tomando la bolsa con una ceja enarcada.

—Bueno, Camilo las compró —tiro la bolsa en la mesa de en frente y continúo con lo que sea que estoy escribiendo. Ella mira la bolsa y me mira a mí suelta una leve risa que me hace reír.

—A la mierda Camilo, me voy a comer esas malditas donas —digo, tomando la bolsa nuevamente, ella vuelve a reír y llevo la vista a sus ojos —oye, trae la película que querías ver, veamos que familias mueren esta vez por dos inconscientes que dicen amarse.

—¿No tenías trabajo que hacer? —dice, sentándose a la par mía tomando una de las donas.

—Sí, tú la miras, yo trabajo —ella esboza una sonrisa y se pone de pie para luego subir las escaleras a toda prisa... malditas donas glaseadas están muy buenas, lástima que vengan de Camilo y no me sienta confiado.

Unos minutos después ya viene bajando los escalones a toda prisa, llevo mi mirada a ella de una forma distraída al escuchar sus pasos pero de inmediato me fijo en la pijama color fucsia que lleva puesta.

Definitivamente, visto ahí, creo que es uno de los mejores colores que puedan existir, ella gira hacia mí y de inmediato llevo mi mirada a la computadora como si nunca mi vista a estado en esa curva, comienzo a teclear mi nombre porque no sé qué otra cosa más teclear.

—Pensé en ti, así que elegí Rápido y Furioso —dice, me limito a asentir porque la verdad no puedo levantar la mirada a ella sin que se me levante otra cosa y suelto una carcajada precisamente por la película que vamos a ver, ella me mira y de inmediato se ríe percatándose también.

Se sienta a la par mía de piernas cruzadas luego de que la película comience, inicio a borrar todas las mierdas que he escrito y ahora si con más seriedad comienzo a hacer lo que tenía que hacer. Natalie como siempre deja su cabeza sobre mi hombro y se me dificulta un poco escribir pero sin embargo, dejo que ahí se quede por algunos minutos hasta que siento que las pestañas me pesan.

Cierro la laptop para irme a dormir, y cuando voy a decírselo la observo, se ha quedado dormida hecha un ovillo a la par mía, viéndola así no puedo evitar pensar en lo tierna que se ve, pero de inmediato mi vista se va a sus piernas cuando ella se remueve y abre medianamente sus ojos.

—¿Nos vamos a dormir? —le digo, ella bosteza mientras asiente y dejo la computadora sobre la mesa en frente.

—Tú ve a dormir, yo me quedo aquí —dice, acomodándose en el sofá tomando un cojín.

—Una mierda es que se va a quedar aquí —digo, de manera reñida, ella suelta una leve risa sin abrir los ojos por lo cual, me pongo de pie y la tomo en brazos para subir a toda prisa las escaleras con ella en risas.

—David, vamos a caer rodando por estas escaleras.

—Me ofendes —finjo indignación mientras subo el último escalón —¿Lo ves? No ha pasado nada —por ahora.

Llevo hasta la puerta de su habitación que ya tiene una flor púrpura en la entrada, la puerta está entreabierta y sólo me basta con empujarla con mi pie para que se abra completa. Llego hasta su cama y la dejo en ella de una manera suave.

—¿Lo ves? Sana y salva, no me subestimes —le guiño un ojo, ella sonríe y por unos instantes sus orbes oscuros se clavan en los míos —buenas noches —digo, cortando el contacto visual caminando hacia la puerta de la habitación.

—Buenas noches —le escucho decir, me giro para cerrar la puerta y le esbozo una sonrisa que ella corresponde hasta que la madera blanca con la flor púrpura queda ante mis ojos.




_________________

Grupo en Facebook: Leyendo a Rox.

Instagram: r1aguirre

Recién Cazados © (Borrador de la 1era edición)Where stories live. Discover now