¿Te sientes bien?

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Michael:

—Ya, está bien, puedes quedarte aquí hoy, yo cuidaré de ti—Dijo Chris mirando el termómetro, preocupado.

—¿Está muy alta?—Pregunté cerrando mis ojos por un momento.

—Si, pero mamá me ayudará a cuidarte y no pasará nada—Dijo, puso sus manos en mi rostro y frente.

—Déjalas allí, están frías, es refrescante.

—Estás hirviendo, voy a traer trapitos con agua.

Abrí los ojos, lo vi saliendo de la habitación, Cerbero se acercó a mi y comenzó a lamer mi cara, luego se acomodo a mi lado, puso su cola en mi cuello.

Escuché unos pasos, sonreí pensando que era Chris, hasta que sentí la dulce voz de Laila.

—¿Te sientes mal?—Preguntó, su cabello rubio caía en hondas sobre las frazadas, sonreí para no preocuparla.

—Sólo un poco, ya pasara.

—Mi hermano es muy bueno curando a otros ¿sabias?

—¿Lo es?

—Él me cura siempre que me caigo, o cuando me enfermo y no me puedo levantar, él me prepara compotas, ¿y quieres saber un secreto?—Asentí cansado, Laila se acercó a mi oído—Sus compotas son mucho mejores que las de mamá.

Hice una mueca de impresión, Laila rió bajito, se acerco a la puerta para salir.

—Mike—Dijo llamando mi atención, haciéndome abrir los ojos levemente—¿Crees qué mañana Andrés y Jake puedan salir a jugar?

le guiñe un ojo junto a la mejor sonrisa que en ese estado podía dar para indicarle que si, ella se emocionó y salió de la habitación.

Estos últimos meses mis hermanos y los hermanos de Chris se habían vuelto buenos amigos.

Chris entró a la habitación, tenía los ojos cerrados pero los abrí al no oír más sus pasos, él me miraba con una mirada enternecida desde los pies de la cama, al notar mis ojos abiertos se puso rojo.

—Oh, si—Dijo acercándose rápidamente a mi con la fuente de agua y los paños.

Suspire al sentir uno de estos en mi frente, Cerbero se acomodó lo más lejos del paño que le fue posible.

—¿Quieres dormir?—Me preguntó Chris, asentí—¿Me voy?—Negué.

—Quedate, dame tu mano—Pedí, él se acerco más a la cama, me dio su mano sana, la tomé entre mis dedos y me dormí así.

Cuando desperté ya era de noche, Cerbero dormía sobre mi torso y Chris estaba acostado con algunas frazadas en el sofá de su habitación, casi frente a mi.

Mis ojos seguían sintiéndose pesados, así que lo miré por unos minutos antes de volver a dormir.

Tenía la pequeña esperanza de estar mejor en un par de horas.

—Mike—Oí una voz dulce llamándome, era la madre de los Evans-te he traído un poco de sopa que Mathew preparó para ti, él no pudo traertela porque está hablando con tu madre y luego irá a la farmacia, pero comela por favor.

Me senté con la espalda apoyada en el respaldo de la mesa, recibí el plato, la puerta principal fue abierta, Chris llamó a su madre desde el piso de abajo, ella fue con él, tomé la cuchara y probé la sopa, deliciosa.

La puerta principal volvió a sonar y la madre de Chris apareció en la habitación con mi cartucho de insulina en sus manos, ni siquiera yo me había acordado.

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